Tienen una sociedad estupenda como punto de encuentro. Un nuevo porche cubierto y acristalado para echar la tarde o la mañana. Frontón, parque infantil, plaza de la Igualdad y paz. Mucha paz. A partir del próximo 26 de noviembre, también tendrán nuevos cargos electos en su Ayuntamiento. Tirapu, una pequeña localidad de Valdizarbe de 56 habitantes –en el día a día son la mitad– estuvo a punto de ser gobernada por gentes ajenas al pueblo. En las pasadas elecciones de mayo, a última hora y sin avisar, dos personas sin ningún vínculo con Tirapu se presentaron al Consistorio bajo las siglas de un partido. No había más listas ni alternativa. Los vecinos pelearon entonces para que se retirase la candidatura de estos dos paracaidistas. Y lo consiguieron. 

Para que la historia no se repita, y para que Tirapu no pase a depender de una gestora del Gobierno de Navarra, Sara Alcalde y María José Goñi han dado un paso al frente de cara a las elecciones parciales del próximo domingo, que se celebran en 30 municipios y 39 concejos de Navarra que ahora sí han conseguido sacar una candidatura. Ellas han decidido coger el relevo de Iñaki Lafuente, alcalde las dos últimas legislaturas, porque quieren que las cosas del pueblo se sigan decidiendo en el pueblo.

Alcalde, “valga la redundancia”, será alcaldesa. Goñi su segunda de a bordo. “Alguien tiene que ser”, reconoce Sara, que en la anterior legislatura ya participaba en el grupo de 10 personas que ayudaba al alcalde y los dos concejales. “Algo habrá que hacer”, añade María José, siempre dispuesta a echar un cable allí donde haga falta.

Sara y María José, delante del edificio que hace las veces de Ayuntamiento y Sociedad, con su nuevo porche cubierto y acristalado. Patxi Cascante

Sara, de 38 años, llegó a Tirapu con su pareja hace 12 en busca de una tranquilidad “que no se paga con dinero. Esto para mí es calidad de vida”. María José, vinculada desde hace 40 años y hasta ahora a caballo entre el pueblo y la capital, al jubilarse (68 años) ha decidido reformar su vieja casa –dice que la obra es más larga que la del Pilar, pero está a puntito de terminar– y trasladarse de forma permanente a Tirapu para huir del ruido: “Yo aquí soy feliz”. En una concurrida reunión vecinal, ambas quisieron contar con una tercera persona que les acompañara en el Ayuntamiento. “Este pueblo es agricultura básicamente, pues un agricultor o agricultora... Pero nadie quiso. Eso sí, todo el mundo nos dijo que nos ayudarán en lo que haga falta”, detallan. Sara y María José tomaron nota. “Hice un grupo de WhatsApp con todos los que estaban en la reunión y les dije, ‘no os vais a escapar ninguno’”, bromea Alcalde. 

Las necesidades

Tirapu “es un pueblo pequeño pero tiene sus necesidades; ocurren cosas y tienes que estar pendiente de la gente. Hay trabajo. Tenemos poco presupuesto y te tienes que mover, intentar ir al mayor número de reuniones y enterarte de cosas. Existen subvenciones y ayudas, y si no estás al día te quedas sin nada”, apuntan.

"Tenemos poco presupuesto y te tienes que mover, intentar ir al mayor número de reuniones y enterarte de cosas. Existen subvenciones y ayudas, y si no estás al día te quedas sin nada”

El pueblo tiene presencia “en un montón de entidades. Desde la Mancomunidad de Servicios Administrativos, con muchos pueblos de alrededor; la Mancomunidad de Servicios Sociales, a la que pertenecemos todo el valle y la sede está en Gares; la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona; el Consorcio de la Zona Media; el Pacto de Alcaldes por el Clima; y el Pacto contra la Violencia de Género que lidera el INAI. Tirapu tiene que estar en muchas cosas para hacernos notar, que se nos vea que estamos aquí”, relata Sara.

El pueblo acaba de saldar su deuda para el arreglo de calles “y tendremos que pensar nuevos proyectos para mejorar el pueblo”, dicen. Y buscar ayuda económica, por ejemplo, para arreglar el camino que sube hasta la carretera de Añorbe, denominado El Muro de Tirapu y muy frecuentado por maquinaria agrícola, vehículos en general y ciclistas. “Tiene casi dos kilómetros, y para Tirapu ese camino es un problema, porque ya hace cuatro años arreglamos 100 metros y nos gastamos veintitantos mil euros, que para este pueblo es una barbaridad”.

En su andadura política, es muy posible que se enfrenten a un proyecto mastodóntico como el del TAV a su paso por la localidad, “que nos lo comemos. Ya han marcado con estacas todos los campos que corresponden a Tirapu. Es algo que nos va a tocar de nuevas”, explican. Y les gustaría contar con “tres o cuatro parcelas para poder construir vivienda. En los últimos años hubo varias casas en venta, pero la gente que ha comprado no hace vida aquí. Las casas están vacías, y es una pena”, lamentan. 

Tirapu tiene relevo. Sara y María José quieren “seguir la misma línea de trabajo del anterior alcalde y concejales. Y hacerlo lo mejor que podamos”, resumen.