Toda época influye en sus tradiciones, por inocentes y blancas que sean y los envuelven en el ambiente político y en la situación de la sociedad del momento. También pasa eso con algo que parece tan inocente como la Cabalgata de los Reyes Magos, y se hace normal que lo organice el Ayuntamiento pese a que el Estado sea laico.

Pese a que pueda parecer que es una tradición con siglos de historia a sus espaldas, no lo es tanto y en el caso de Tudela no es fácil encontrar el primer año en que se celebró una Cabalgata pero todo apunta a que el 5 de enero de 1939 fue el primer año en que se organizó algo parecido en el que las figuras principales eran los Reyes Magos de Oriente. El 8 de enero de aquel último año de la guerra civil, el periódico El Requeté publicaba un artículo en el que hablaba de “rotundo éxito” de la Cabalgata pese a la lluvia que cayó “que no logró deslucirla lo más mínimo”. La comitiva se puso en marcha a las 19.00 horas y describe el orden de la misma, que sirve para hacerse una idea de la sociedad en que se vivía entonces y del ambiente bélico, tanto que, vistos los componentes de la Cabalgata surge el recuerdo de los desfiles que se hacían en Alemania en esos mismos años.

El orden era el siguiente “Bomberos con antorchas, banda de Flechas y Pelayos, los tres Reyes en hermosos caballos acompañados de pajes, banda de Infantería, coches de la sección de Sementales, conduciendo una Margarita, una Falangista, uno de Falange y un Requeté, tres carros portadores de juguetes, autoridades militares y civiles, con el Jefe y el Secretario de FET y de las JONS, banda municipal y, por último, cinco alabarderos a caballo”. La crónica no tenía reparos en calificar de “magnífico” el paso de la misma por la calle Gaztambide donde “se alineaban en ambas aceras soldados de Infantería y una concurrencia enorme”. Además, tras dejar Sus Majestades juguetes en el Auxilio Social, Hospital, Misericordia, Asilo de Huérfanos y Ayuntamiento también pasaron por el Hospital Militar donde dejaron “abundante tabaco y a las mujeres del Hospital Civil chocolate” y como es natural, concluye la crónica “participaron del agasajo los niños de la zona roja, refugiados en Tudela”. Todo un retrato de la época.

Despedida de los Reyes Magos en el año 2003 en Mercadal para irse en un Tren Chispita J.A.M.

En Pamplona había nacido ya esta tradición en 1927 y en Tudela, aunque no había aún como tal, si existía un evento en el que se entregaban regalos a los menos favorecidos. Así lo narra una crónica de El Eco del Distrito de enero de 1930, en el período denominado Dictablanda, que hace pensar que ya existía un evento similar. “No hay cabalgata, no hay Magos que regalen juguetes a los niños pobres de las escuelas” y se da a entender que el Consistorio gastó este dinero en otras partidas ya que “extralimitaciones han venido a dejar anulada la simpática fiesta de los Reyes con la que se mantenía la ilusión de los más necesitados”. Solo un año más tarde (1931) se recuperó y el 6 de enero a las 11 entraron en el salón de plenos Sus Majestades (Mariano Urzáiz, Jesús Tuñón y Gonzalo Cortés con Ignacio Martínez y Julio Agramonte como criados) a los sones de la Marcha Real para repartir los regalos.

En 1932, primeras navidades republicanas, el nuevo régimen impuso también su sello y en el Ayuntamiento es el alcalde, Anselmo Blanco, y tres maestras (Antonia Monreal, María Álava y Encarnación Umbón, alguna de las cuales fue represaliada tras la Guerra Civil) entregaron más de 800 juguetes, de los que 340 fueron para niños de la beneficiencia. También se obsequió a los asilados en Misericordia, Huerfanicos y a los de la cárcel “con cajetillas de tabaco”. El espíritu republicano se deja notar en la crónica de El Eco del Distrito (su director Maro Castilla fue fusilado en 1936) en la que se hace notar “la falta de juguetes de tantas señoritas que enviaron en años anteriores” quizás al ser organizado por “nuestro ayuntamiento republicano-socialista” y se añadía que “las mujeres en Navarra, por muy bellas y jóvenes que sean, la mayor parte, sobre todo si son ricas en el concepto del dinero, no tienen nada de republicanas”. Los juguetes más repartidos fueron pistolas, patines y juegos de carpintería, quedando abandonados “las cajas de soldados, los aros y los caballos de cartón”. También durante la República la Liga de Mujeres Tudelanas, a cuyo frente estaba María Gaztambide, se encargaban de repartirlos.

En aquellos años se lamentaba cómo se habían “ido esfumando aquellas iniciativas de algunos jóvenes de la localidad de obsequiar a los niños de los asilos con juguetes” y recordaba como era “una mañana muy animada, simpática y caritativa ver a decididos jóvenes cabalgar en sus lujosas caballerías portadores de los objetos a los niños de Misericordia y Huérfanos, cuyo acto revestía de gran solemnidad y atracción”, en algunas publicaciones a eso se le llamaba también cabalgata aunque no fuera como se entiende hoy.

Guardias municipales sujetando el globo en el que se marchan los Reyes Magos de Tudela en 1993 B. Aldanondo

Tras la Guerra Civil

Durante los dos primeros años de guerra no se organizaron acto y hubo que esperar a 1939. El fin del conflicto trató de dejar atrás la tristeza, pero no los actos marciales y en enero de 1940, El Ribereño Navarro relataba la Cabalgata de forma muy similar a la del año anterior, con FET y de las JONS como eje clave, casi más que los Reyes Magos y marca, por primera vez, un recorrido desde la plaza de toros hasta la plaza de Los Fueros. “Por la calle Soldevila (hoy avenida de Zaragoza), hizo un alto en el edificio de Falange Española Tradicionalista de las JONS, bajaron los jefes de las jerarquías, el alcalde, autoridades militares y civiles y se incorporaron a los acordes del himno nacional, siguiendo por Gaztambide, plaza de Los Fueros hasta la Real Casa de Misericordia, donde los Reyes dejaron juguetes para los niños de dicho asilo”. De aquí siguió la comitiva por plaza de Los Fueros, Yanguas y Miranda hasta el Ayuntamiento, dejando varios cajones de juguetes. Les acompañaron la Banda Municipal y soldados de la sección de Sementales, bomberos y Cruz Roja, a los que se unieron carros con “niños vestidos de enanos”. Al día siguiente se repartieron juguetes con la presencia del “alcalde, concejales, jefes de Falange, autoridades eclesiásticas, militares y civiles”.

Al año siguiente, en 1941 se suspendió ya que una impresionante helada hizo imposible caminar por la calle.

Hay que saltar hasta enero de 1950 para ver grandes cambios en esta fiesta. Las crónicas de entonces hablan de un evento más organizado, cívico y menos marcial. Sus Majestades llegaron de Pamplona (procedentes de la Congregación de los Luises) a las 20.30, pese a que habían anunciado que sería a las 18.15, y lo hicieron “acompañados de un vistoso cortejo de heraldos, pajes y demás acompañantes”, mientras todas las campanas de la ciudad sonaban y se lanzaban cohetes. En la plaza de Los Fueros esperaban las autoridades y una vez allí “y quemado abundante incienso” saludaron a los niños de Tudela a quienes traían juguetes “porque sabían de antemano que los niños de Tudela eran buenos con sus papás y querían mucho al niño Jesús”. Tras la Cabalgata se marcharon a Cascante. El organizador era el Padre Baztán, que tenía como principales objetivos, “no desmerecer las anteriores, sino mejorarlas y la caridad hacia los pobres”.

En 1939, con los Reyes desfilaban Flechas, Pelayos, Margaritas, Falangistas y el ejército con antorchas

Pero en 1951 el evento tuvo mucho más empaque, si cabe, y organizado por las Congregaciones Marianas de Tudela fue un “gran éxito”. A las 19.30, mientras las campanas sonaban y se disparaban fuegos artificiales, dos heraldos “montando briosos caballos soberbiamente enjaezados” anunciaron la llegada de los Reyes Magos. La comitiva llegó precedida de soldados a caballo, después el abanderado de las Congregaciones Marianas “elegantemente vestido y también a caballo, a continuación el lucido cortejo de los Reyes cada uno en un precioso caballo, con trajes riquísimos y con su respectiva escolta de pajes, lacayos, ordenanzas y soldados y al final las carrozas con juguetes”. Tras su paso por la plaza de Los Fueros pasaron por Yanguas y Miranda, calle Villanueva (Herrerías), San Francisco Javier para terminar en la Virgen de la Cabeza “donde casi todo él está ocupado por gente humilde” y de allí marcharon en autobús a Buñuel. Más tarde en el Centro Mariano entregaron 200 cestas de comida a familias pobres que llevaban “arroz, garbanzos, tocino, pan, leche, naranjas y manzanas en cantidad según el número de familiares”.

Despedida a los Reyes Magos en Tudela Fermín Pérez-Nievas

Más modernos

Con el paso del tiempo el peso de la organización pasó a peñas y colectivos de Tudela hacia 1975 y a punto estuvo de desaparecer. Por ejemplo en 1977 se narraba que “en las dos últimas ediciones lo hizo el Grupo de Educación y Descanso (Frontón), pero desistió y fueron necesarias reuniones con las peñas y agrupaciones con colectivos para salvarla”. Finalmente la peña Ciudad Deportiva se hizo cargo de la organización con el apoyo económico de otros grupos y del Ayuntamiento. Ese año partió del Barrio de Lourdes y llegó a la plaza de Los Fueros hacia las 20.15. Agrupaciones folclóricas y musicales arroparon a los Reyes y a sus pajes y se hicieron 4 carrozas, “no muy largo pero bien organizado y atractivo”, contaban las crónicas. Mientras Baltasar se dirigió al público “una lluvia de balones caía sobre la plaza provocando el regocijo de los chavales”, eso sí, como suele suceder en Tudela generando “intervenciones de mayores totalmente inoportunas y abusivas”. Entregaron 2.500 regalos además de llevar presentes a los pequeños que estaban en la Maternidad y habían nacido desde el 1 de enero. También en ese 1977 que daba entrada a la Transición, tuvo su huella del momento, no en vano la crónica explicaba que “a la vez que los Reyes se encontraban en la plaza y los niños recogían sus regalos, varios jóvenes comenzaron a repartir propaganda propugnando una amnistía total firmada por diversas comisiones gestoras proamnistía”, eso sí, en contra de lo que pasaría hoy “este hecho no provocó ninguna alteración en el desarrollo del festejo infantil”.

En 1977, mientras los Reyes Magos saludaban, varios jóvenes pedían firmas para la Ley de Amnistía

Con el tiempo, la organización pasó a la Orden del Volatín y finalmente al Ayuntamiento. En Tudela hubo un tiempo en que se puso de moda que al día siguiente niños y niñas pudieran despedir a Sus Majestades. En ese terreno se trató de innovar, algunas veces se fueron a caballo, otras en tren y en los 2000 lo más habitual es que se fueran en un Tren Chispita que los paseaba por Tudela. Pero en esa moda destaca la salida de 1994, en que, a algún iluminado, se le ocurrió que se fueran de Tudela en globo “hubo una despedida efusiva en el Paseo del Queiles pero terminó con un accidentado aterrizaje en Montes de Cierzo”, nunca se repitió.

En 2021, ante la obligación de mantener las distancias, se organizó un espectáculo con bailarinas en la plaza de toros, donde los Magos saludaban.

Desde 2022, tras la pandemia, se organizó su llegada a través del puente del Ebro y desde 2023 lo hacen a lomos de dromedarias cuyo alquiler cuesta más de 18.000 euros para las 2 horas de servicio de ese día.

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Fotos de las Cabalgatas de Reyes Magos 2024 en Navarra Javier Bergasa / I. Aguinaga / U. Beroiz / I. Porto / J. Urriza / O. Montero / Ondikol / María San Gil...