Si hay algo que hace única a Nafarroa, más allá de su increíble y rica historia, cultura, naturaleza o gastronomía, es su arraigo a mitologías fascinantes y personajes legendarios que dan vida a las festividades más auténticas. Si hablamos de mitología, se pueden mencionar a Olentzero, Tartalo, Basajauna, Lamia o Mari. Aunque si hacemos referencia a los personajes más famosos de los diferentes carnavales rurales, podemos mencionar desde el Lagunero de Tafalla hasta los Momotxorros de Altsasu, pasando por Satan de Olite, los Joaldunak de Ituren y Zubieta, o Ziripot y Miel Otxin de Lantz. A esa larga lista de personajes tradicionales podemos, a partir de ahora, sumarle uno nuevo: la Txitxila de Artajona.

Seguramente que la gran mayoría de las personas no sepan quién sea esta malvada bruja, ya que ni los propios vecinos y vecinas de la localidad tienen información fiable al respecto, “lo único que conocemos de la Txitxila son los recuerdos que nos han legado nuestros abuelos y abuelas”, explican Igor Iribarren y Unai Guembe, miembros de la Gazte Asanblada de Artajona e impulsores del resurgir de este personaje del carnaval rural. “Este será el quinto año que organizamos un fin de semana dedicado al carnaval rural en Artajona. En el 2018 se nos ocurrió la idea de volverlo a traer al pueblo ya que es algo nuestro, no muy conocido, y de alguna forma queremos que la gente lo conozca y se convierta en una tradición mas del pueblo”, inciden los jóvenes. 

No obstante, el retomar esta vieja tradición ha sido una ardua labor para los jóvenes que conforman la Gazte Asanblada, ya que la información que tenían acerca de la Txitxila era escasa; partían de los simples recuerdos de sus antepasados. “La generación de nuestros padres y madres fue quienes intentaron darle vida al carnaval rural por primera vez en Artajona. De hecho, sobre el año 1999 un grupo de ellos acudió a la residencia a preguntar a sus mayores, que en ese entonces tendrían alrededor de los 80 años, a ver qué conocían ellos del carnaval de la época”. Descubrieron que, a principio del siglo XX, existía un carnaval en Artajona con la figura central de la Txitxila, una bruja que personificaba la maldad.

Carnaval Rural de Artajona. Cedida.

Los detalles transmitidos a través de los años incluían canciones en euskera, el famoso grito del Guruguru, y la tradición de asustar a la gente con travesuras y bromas durante la celebración. “Se vestían con ropas viejas y trapos y salían a hacer el cabra por el pueblo. Hacían travesuras y asustaban a la gente que no iba disfrazada. Esa es la única información que nos ha llegado a nosotros”, detallan Igor y Unai. En ese momento, sus padres enfocaron la celebración del carnaval desde un punto de vista más de jolgorio. “Era simplemente un día de fiesta, comida y diversión. La tradición no arraigó y lo dejaron estar”, se lamentan.

El resurgir 2.0

Ante el resurgir del carnaval rural en los pueblos de alrededor, como Estella, Oteiza, Larraga o Tafalla, los jóvenes artajoneses se decidieron por impulsar el suyo propio. “El primer año que lo hicimos tuvo una aceptación que ni nos imaginábamos, buenísima, aunque el segundo año nos confiamos y resultó algo flojo. Luego estuvieron por medio los años de cuarentena y la vuelta fue bastante en declive. Hasta el año pasado, que además coincidió que fue un día muy frío, fue un bajón potente. Por eso mismo, este año hemos metido más caña y hemos colaborado con el colegio presentándoles una unidad didáctica completa. No solo eso, sino que se ha hecho una lista para que los críos que estuviesen interesados, se apuntaran y nosotros mismos, con la pequeña ayuda económica que nos presta el Ayuntamiento, les hacíamos el disfraz. Hemos visto que muchas veces lo que fallaba era eso, que la gente no se disfrazaba, no había disfraces y al final solo nos disfrazábamos los de la asamblea. Nuestra intención es que de una vez, esto arraigue bien, y la mejor forma de hacerlo es inculcándoselo a los críos desde que son pequeños. Que se les quede grabado ese recuerdo en la memoria”, detallan.

En cuanto a la fecha escogida, Unai e Igor explican que al ser “los últimos en llegar”, escogieron una fecha suelta que no coincidiese con cualquier otro carnaval de alguna localidad cercana. “El carnaval rural se va a celebrar el viernes 1 y sábado 2 de marzo y hemos intentado no pisarnos con otros pueblos, todo lo contrario, algo que hemos hecho es apoyarnos en ellos. Seguramente venga gente de Estella, Oteiza y Larraga a vestirse con nosotros y dar ambiente al pueblo”, inciden.

En cuanto a los actos, esto es lo que las personas que se quieran acercar hasta la localidad se van a encontrar: “El viernes lo enfocamos a los más críos haciendo un cuentacuentos en la plaza empedrada con una chocolatada. Para los jóvenes habrá torneo de mus; y el sábado empezaremos con herri kirolak para los txikis en el frontón viejo. De ahí pasaremos a la comida popular y un café concierto por la tarde. Sobre las 19:30 comenzará la kalejira importante, que culminará a las 20:30 en la Plaza de los Fueros con la quema de la Txitxila y una txistorrada para todos los asistentes”. 

Otra de las acciones que van a llevar a cabo para animar a que los y las vecinas salgan disfrazados es la de invitar a una copa durante la comida a aquellos que acudan disfrazados, ya sea con el propio disfraz de Txitxila, así como cualquier otro disfraz que represente el carnaval rural de algún punto de Nafarroa.

La Gazte Asanblada de Artajona

La Gazte Asamblada, iniciada en 2016, surge como respuesta a la necesidad de representación juvenil en la localidad. Con aproximadamente diez miembros activos, aunque muchos más que vienen y van, la asamblea se ha destacado por su enfoque reivindicativo y su compromiso con la dinamización del pueblo a través de la organización de charlas informativas sobre temas de interés, como el TAV.

Con un espíritu inicial de colaboración, la Gazte Asamblada se ha involucrado en auzolan y ha trabajado en estrecha colaboración con otras asociaciones. Su objetivo es ir más allá de las fiestas básicas, abordando cuestiones sociales y políticas relevantes para la juventud. “Mucha gente del pueblo no quiere mancharse las manos a la hora de opinar según en que temas. Nosotros decidimos que nos las íbamos a manchar y que íbamos a ser los primeros en salir con la pancarta a luchar por lo nuestro. Ya sea en apoyo a los chavales de Altsasu, en contra del TAV o lo que fuera”, denuncian. 

En ese sentido, la Gazte Asamblada ha logrado consolidarse como un agente de cambio en Artajona, siendo un punto de encuentro para aquellos que buscan un compromiso más profundo con su comunidad. “Nosotros íbamos mucho a Tafalla a ver alguna charla sobre temas de interés, de la realidad actual. Temas que a nosotros nos generaban esa inquietud y por desgracia en Artajona no teníamos la oportunidad de escuchar. Dijimos, si en otros pueblos lo hacen… ¿por qué no en Artajona? Vamos a movernos e intentarlo. Y así, sin tener mucha idea, y casi ningún apoyo, comenzamos organizando las charlas”, relatan Igor y Unai.

Al inicio de su andadura se tenían que reunir en los diferentes garitos que tenían las cuadrillas. Sin embargo, con el paso del tiempo consiguieron que el Ayuntamiento les cediese una sala en el edificio de la Escuela de Música. Lugar que han hecho suyo, y desde el cual tienen pensado continuar reivindicando su espacio en Artajona, además de seguir promoviendo las costumbres más arraigadas, que estas no caigan en el olvido