El cooperante navarro Iñaki Rey Bacaicoa tiene el corazón dividido entre su tierra y Ecuador. Jubilado tras una vida como profesor en La Compasión durante 15 años y educador en Cáritas otros 19, sigue apostando por desarrollar proyectos de cooperación en Cojimíes, parroquia de la provincia ecuatoriana de Manabí. "Quiero darle sentido a mi vida y me tira estar allí, pese a las dificultades", asegura Iñaki.

Olitense de 68 años, se jubiló en 2021. En Cáritas, fue encargado del centro de día San Miguel, más adelante responsable del programa de Acogida y, finalmente, del comedor social de Burlada. Además, fue promotor de las ludotecas en Navarra en los 90 e impulsor de Jus la Rocha. Y, por supuesto, eterno voluntario en Ecuador desde su época de profesor.

SU TRAYECTORIA

Es natural de Olite, pero vecino de la Txantrea de toda la vida, barrio pamplonés al que llegó con 5 años y del que se marchó a los 30 a la vecina Rochapea. Procede de una familia numerosa, con diez hermanos, entre ellos, el escritor Javier Rey, fallecido en 2020. Lector empedernido, se formó en Magisterio en la Escuela Normal de Maestros de Pamplona y comenzó su trayectoria profesional como maestro en La Compasión con niños de 6 y 7 años. 

Viajó a Ecuador por primera vez en 1992, donde conoció de primera mano la labor de Cáritas en Portoviejo (capital de Manabí) y, desde entonces, su vinculación con este país ha sido puramente "voluntaria". "Allí nunca he cobrado ni un sucre, ni un dólar, ni un euro... Del 92 al 2000 fui como voluntario todos los años", cuenta Iñaki. 

Ese año 2000 conoció a su pareja, mexicana, con quien vivió un año en México, regresaron a Pamplona y empezó a trabajar como educador en Cáritas en 2002. En 2016, regresó a Ecuador tras varios años de ausencia con motivo del terremoto de 7,8 para ayudar en los proyectos de reconstrucción. Fue entonces cuando descubrió Cojimíes, epicentro del temblor. Y se enamoró del lugar.

"Cojimíes, bordeada por el Océano Pacífico, tiene unas posibilidades turísticas tremendas, pero está muy empobrecida, la riqueza se reparte entre unos pocos. Además, se están produciendo recortes en servicios sociales, sanidad, educación... Un adulto mayor normalmente tiene que sobrevivir con 50 dólares al mes. En el centro de salud, los médicos no tienen ni un paracetamol para recetar y hay niños que no van a la escuela por no poder pagar su familia la ropa escolar", lamenta el voluntario.

Mapa de Cojimíes Google Maps

LOS PROYECTOS

Siguiendo el espíritu de Cáritas de atender a los colectivos más necesitados, desde hace año y medio da clases de alfabetización a personas mayores en la Casa del Niño de Cojimíes (un edificio perteneciente a la iglesia colindante), en una zona con un 30% de analfabetismo. "Es el colectivo más fiel, están con toda la ilusión del mundo", se alegra el profesor jubilado. Actualmente llegan a más de un centenar de personas mayores y su propósito es alcanzar a todos los habitantes de los 89 recintos rurales de Cojimíes, a muchas de las cuales resulta difícil el acceso por su topografía y por las distancias tan grandes.

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Imágenes de las clases de alfabetización de adultos que da Iñaki Rey DIARIO DE NOTICIAS

Es uno de los tres principales proyectos para los que requiere financiación. "Ahora mismo el equipo motor somos dos personas, con colaboradores llegamos a diez. Necesitamos medios para desplazarnos por las comunidades, conseguir materiales y más gente que se involucre. De hecho, estaríamos encantados si alguien quisiera ir de voluntario". Hasta el momento, se sostienen con su sueldo de pensionista.

Bibliotecas para todos

La segunda iniciativa, una biblioteca en la misma Casa del Niño, surgió gracias a la generosidad de Sardinas Isabel, que les ofreció gratuitamente un espacio en el barco que va a Ecuador a recoger el atún, para transportar los libros que recolectaron a través de Traperos de Emaús de Pamplona. Ya cuentan con más de tres mil libros. "Lo que en Navarra nos ha sobrado, en Cojimíes es todo un tesoro. Es muy utilizada, a los niños y jóvenes se les ha abierto un mundo". No exagera, ya que en torno a este espacio se llevan a cabo juegos, cuentacuentos, fiestas... que involucran a toda la comunidad.

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Imágenes de la biblioteca en la Casa del Niño de Cojimíes (Ecuador) DIARIO DE NOTICIAS

Pero su deseo va más allá: que cada recinto rural tenga su biblioteca o su espacio para la lectura y, a partir de ahí, que la gente se reúna, se organice y pueda producirse el desarrollo comunitario, que es lo que en última instancia se quiere. Precisamente, en la base y objetivo de estos proyectos está un tercer programa: los microcréditos. Cáritas impulsa la creación de grupos organizados que, a través de financiación externa o de la propia comunidad, inviertan en pequeños negocios como panaderías, heladerías, cultivos o cría de animales.

Sin obviar las dificultades que semejantes aspiraciones conllevan, Iñaki recuerda que, en su última estancia en Ecuador, un hombre mayor le preguntó si volvería a Cojimíes. Le dijo que sí, con desánimo, porque sentía que pocas cosas habían conseguido en ese último año. Pero la respuesta que recibió lo convenció: "No te equivoques Iñaki, lo principal es que habéis estado con la gente, que les habéis dado ilusión por vivir, y eso vale muchísimo. Tienes que volver".

Para los interesados en donar a estos proyectos, Iñaki Rey ha puesto a disposición esta cuenta ES64 3008 0138 9150 9874 7925

Imagen del patio de la Casa del Niño de Cojimíes, con la iglesia al fondo Edurne Navarro Bueno