Tienen ya localizados casi medio centenar y su objetivo es ir conociendo todos los que había en Navarra, datarlos y conseguir su catalogación para que sean protegidos. Uno de los más famosos, el antiguo Yeregui de la Casa Consistorial de Pamplona, que marcó la hora del Chupinazo desde su fabricación en 1827 hasta 1991, fue fabricado por Juan Manuel Yeregui Canflanca SL, famosísimo autor de relojes de torre. En principio, lo ideó para la Iglesia de San Lorenzo, pero en 1849, “temiendo por su integridad, tras un bombardeo en la segunda guerra carlista”, lo trasladan al Ayuntamiento de Pamplona. Allí, siguió funcionando hasta 1991, año en el que se sustituye por el actual reloj radio controlado.
El pasado 4 de mayo un grupo de entusiastas de los relojes de torre y sus toques “decidimos constituir la asociación Amigos de los relojes de torre de Navarra/Nafarroako dorre-erlojuen lagunen elkartea, con sede en Dicastillo”. Son Josetxo Musquiz, de Aldaba, Alberto Comas, de Dicastillo, Eduardo Álvaro, de Altsasu, Izaskun Arsuaga, de Pamplona, y Xabier Álvarez Yeregui y Begoña Arruti, de Zumaia.
Alberto Comas explica que “nuestro objetivo es la protección y la conservación de los relojes de torre existentes en Navarra”, así como el estudio y la investigación, difusión y promoción de este patrimonio y de sus sonidos y toques”. Además se ofrecen para “prestar asesoría técnica a las diferentes instituciones para el desarrollo de proyectos de restauración de maquinarias históricas o de especial valor” y “conseguir que sean declarados Bienes de Interés Cultural, como la mejor forma de evitar su desaparición”. Para ello. según añade Comas, “resulta imprescindible realizar un inventario de los relojes de torre existentes en Navarra, así como el diagnóstico de su estado de conservación”.

El aficionado recuerda que “algunos de los que hemos formado la asociación ya hemos participado en la recuperación de relojes como el del ayuntamiento de Pamplona, situado actualmente en el Planetario, o los de Dicastillo y Muez”.
Aunque son auténticas joyas, no siempre se les ha dado el valor que tienen. “Somos conscientes de la dificultad que entraña este trabajo, dado la situación crítica en que se encuentran muchas de las torres de las iglesias en las que se hallan ubicados, y el desconocimiento por parte de las autoridades y de los ciudadanos del tesoro patrimonial que poseen”. Por eso, reconocen que “es de justicia felicitar a los ayuntamientos e instituciones de las localidades navarras que contribuyen a su salvaguarda y también a las personas que, de forma desinteresada, se preocupan por el funcionamiento de unas maquinarias que sin ellos ya estarían paradas”.
Por eso, hacen un llamamiento: “La colaboración con el arzobispado, los ayuntamientos y los concejos navarros es básica, así como la información y ayuda que nos puedan dar sus habitantes”. E invitan a sumarse a los aficionados a este mundo y contactar vía email relojesdetorredenavarra@gmail.com o teléfonos 679 660 337 (Alberto Comas) y 666 950 274 (Xabier Álvarez Yeregui).