Órdago a grande desde Sydney hasta Cuzco
Dos navarros han representado a Australia en el mundial de mus que se ha celebrado en Perú del 19 al 27 de octubre y han logrado la medalla de bronce
Dos navarros representan a Australia en el mundial de mus que se celebra en Perú y logran la medalla de bronce para el país oceánico. Parece un chiste, pero esta historia rocambolesca es real.
Xanti Izal, 31 años y de Zubiri, e Irene Sanjurjo, 31 años y de Estella, han quedado terceros en el 45º campeonato del mundo de mus que cada año organizan las Euskal Etxea que existen por el globo y que en 2024 se ha disputado en Cuzco del 19 al 27 de octubre.
Seguramente se hayan preguntado cómo diantres Xanti e Irene –hermana del exjugador y excapitán de Osasuna Oier Sanjurjo– terminaron echando órdagos a 10.000 kilómetros de Pamplona.
En abril de 2024, la pareja puso rumbo a Sydney por motivos laborales. A Xanti, ingeniero industrial, le contrató una empresa de energías renovables e Irene es project manager en una compañía de cosméticos.
Los navarros se enteraron de que en Sydney había una Euskal Etxea, Gure Txoko, y un día fueron a un pintxo-pote “para ver qué ambiente había” y conocer al resto de la diáspora vasca.
Entre cerveza y cerveza, la pareja se fijó en un cartel que anunciaba un torneo de mus y se inscribieron. “Nos pareció interesante, nos apuntamos y a la mañana siguiente no nos acordábamos de qué era el campeonato. No estábamos muy lúcidos esa noche”, confiesan.
La competición tuvo lugar el primer fin de semana de junio en la Euskal Etxea de Sidney, la pareja ganadora representaría a Australia en el mundial de Perú –Xanti e Irene jugaron sin ser conscientes de ello– y los navarros derrotaron a sus contrincantes.
Sin comerlo ni beberlo, Xanti e Irene podían formar parte de la selección australiana de mus, aunque de primeras declinaron esta oportunidad. “Somos buenos y nos gusta jugar al mus, pero no tanto como para ir hasta Perú a disputar un mundial”, pensó Irene en su momento.
“Acabábamos de llegar a Australia, nos estábamos instalando ¿y nos íbamos a ir a Perú? Nos venía muy grande”, creía Xanti al principio.
La pareja contaba con un mes, hasta el 1 de julio, para deshojar la margarita y dos elementos decantaron la balanza: en la anterior edición Australia había quedado última –peor no lo podían hacer y esto les tranquilizó y quitó presión– y el viaje incluía una visita a Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo moderno.
“Nos animamos porque podíamos hacer turismo. Nos lo tomamos como unas vacaciones. Fuimos a disfrutar, a pasarlo bien y sin grandes expectativas”, señalan.
De Estados Unidos a Venezuela
En el mundial compitieron 14 parejas que representaban a Navarra –recientes ganadores del campeonato de Euskal Herria en el que participaron 6.000 personas–, la CAV –dos parejas–, Australia, Argentina –ganadores–, Francia, Chile, Perú –dos parejas por ser el país anfitrión–, Venezuela, México, Estados Unidos y Canadá.
Cada día se disputaban dos partidas, un juez vigilaba el juego y tres “jueces supremos” dirimían las polémicas. “Era todo muy profesional. Nos pusimos nerviosos porque no imaginábamos tanto nivel y seriedad”, reconocen.
En la primera jornada, Xanti e Irene perdieron 4-3 contra Uruguay y Argentina y se fueron a la cama penúltimos. “Nuestro objetivo era no quedar últimos. Teníamos buen golaveraje, pero con las dos derrotas aumentó la presión”, relatan.
Al día siguiente, Australia dio la campanada al batir 4-3 a Navarra, la gran favorita. “Fue increíble, una sorpresa enorme porque nadie se lo esperaba”, aseguran. A continuación, perdieron con honor 4-3 frente a Euskadi, los recientes campeones del mundo.
Los fantasmas volvieron a aparecer en el inicio de la tercera jornada porque México les endosó un 4-1, Xanti e Irene llevaban una victoria en cinco partidas e iban terceros por la cola.
“Aún no íbamos últimos, eh”, bromean. Fue el “punto de inflexión” del torneo porque de las siguientes seis partidas ganaron cinco: “Estábamos enchufadísimos”, se ríen otra vez.
Los australianos se presentaron séptimos en la última jornada y tenían la misma puntuación en el casillero que los terceros, pero para ganar la medalla de bronce se debía dar una carambola: ganar ambas partidas, que Navarra perdiera contra Argentina y que se produjera un triple empate entre Australia, México y la Comunidad Foral. “No estábamos en las quinielas. No confiábamos”, afirman.
Dos pañuelos de San Fermín
Sin embargo, se guardaban un as bajo la manga: dos pañuelos de San Fermín que llevaban anudados al cuello desde el principio del torneo. “El origen navarro nunca se pierde, aunque se esté en Australia o en Perú”, defienden.
El capote del morenico hizo de las suyas, ganaron a Chile y Canadá y se produjo el milagro: Australia, tercera. “La gente se nos tiró encima, nos abrazaron y se alegraron mucho porque éramos la pareja más joven, Irene era la única mujer y estábamos solos. Fue muy emocionante y se nos escaparon algunas lágrimas”, admiten.
La pareja dedica la medalla a su familia y amigos –les narraban el minuto y resultado por WhatsApp–, en 2025 quieren representar de nuevo a Australia en Argentina y apuntan más alto. “A por el oro”, finalizan.
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