El capotico de San Fermín llega más allá de la calle Estafeta, a Paiporta, una de las localidades más afectadas por la DANA. Dos de sus vecinos, Raquel Nieto y Emanuele Sabiucciu, han podido contarlo y creen que el santo morenico tuvo mucho que ver con que el pasado 29 de octubre salieran vivos de la tragedia. Lo han perdido todo, pero un examen prenatal el día de la riada mortal les salvó de la DANA, mientras su casa era engullida por el agua.

Impresionante imagen de la casa de Raquel Nieto (el bajo en el centro) en Paioporta, en un mar de lodo, la noche del 29 de octubre. CEDIDA

Dos agentes de la Policía Municipal de Noáin han conseguido poner nombre propio a esta curiosa historia que une a Pamplona con Valencia con un pañuelico rojo. Xabi y Javi, los Javis de Noáin, como se les conoce en el cuerpo de la policía local, estaban trabajando este sábado pasado en uno de los puentes de Paioporta (el del metro, que sobrevuela las vías), destrozado por la DANA, controlando el tráfico: "Nos vino una pareja a pedirnos ayuda, a ver si les podíamos iluminar para entrar a su casa y recuperar unas pertenecencias". Raquel quería buscar las manteletas de sus trajes de fallera entre el lodo, y era la cuarta o quinta vez que volvían a su casa, situada junto al barranco, para intentar rescatar lo que fuera.

"Está claro que San Fermín ha tenido algo que ver. No somos muy religiosos, pero la coincidencia está ahí"

RAQUEL NIETO BIOT - Vecina de Paiporta afectada por la DANA

"Les acompañamos y nuestra sorpresa fue que al llegar nos encontramos un pañuelico rojo con el escudo de Pamplona manchado de barro colgado en la llave del agua, a modo de símbolo", explica Xabi, agente municipal. "Nos contaron que el 7 de julio le habían pedido al santo protección en el embarazo y que San Fermín les salvó la vida. La tarde de la tragedia tenían una ecografía en Valencia y, milagrosamente, no pudieron volver al pueblo". El pañuelico rojo que Raquel llevaba este año al cuello en el Chupinazo apareció entre toneladas de desechos, entre el fango y la cuna de su hija que no había estrenado, y quisieron colocarlo como el recuerdo de un día con suerte. "A nosotros nos llamó mucho la atención. Nos pareció una historia bonita", añade el municipal de Noáin, que este martes regresa a Navarra después de más de una semana de trabajo en la zona cero de la tragedia.

Raquel y Emanuele, el 6 de julio en el Chupinazo, con los pañuelos rojos en alto. CEDIDA

"Está claro que San Fermín ha tenido algo que ver"

Raquel Nieto Biot, valenciana de 35 años, está embarazada de 5 meses y medio. Se enteró de la buena noticia apenas unas semanas antes de venir a Sanfermines. "Aún y todo quisimos ir para que los conociera mi novio, que es de Cerdeña. Me une una relación muy estrecha con Pamplona, y comencé a ir a las fiestas desde muy joven, en 2016". Patinadora de velocidad es amiga de Bernardo Senso, secretaro de la Federación Navarra de Patinaje, que siempre les aloja en su casa. "Estuvimos en el Chupinazo y nos retiramos pronto. Y al día siguiente, fuimos a ver a San Fermín y le hicimos una promesa: si nos protegía durante el embarazo, volveríamos el año que viene".

Imagen interior de la casa de Raquel Nieto arrasada por el agua el pasado 29 de octubre en Paiporta. CEDIDA

Y bien que lo hizo. Ese fatídico 29 de octubre, Raquel tenía consulta con el ginecólogo para seguir la gestación. "Teníamos a las 5 y media en Valencia, y nos acompañaron mis padres". Pues bien, a la salida ya comenzaron a recibir "la llamada de una amiga diciéndonos que no fuéramos".

El destino hizo el resto: "Nos montamos en el coche y no arrancaba. Tuvimos que llamar a la grúa para que viniera a cargar la batería y, cuando nos pusimos en marcha, ya la policía nos hizo dar la vuelta". Se quedaron en Valencia y salvaron la vida. "Ya para entonces estaban circulando los vídeos, el Turia estaba desbordado". Y mi vecina me alertó: "Me he subido al primero, está subiendo mucho', me dijo".

Eran las 8 de la tarde y "nadie nos había alertado de nada". Y añade: "Está claro que San Fermín ha tenido algo que ver. No somos muy religiosos, pero la coincidencia está ahí". San Fermín y los familiares fallecidos: "Ellos nos han protegido".

Han perdido su casa, dos coches y todos los recuerdos

El agua entró de lleno en su vivienda, donde estaba montando el cuarto de la pequeña Giulia, su futura hija: "Justo nos la habían dado la casa en noviembre de 2023, no llevábamos ni un año. Es una entreplanta, que está junto al barranco. Fue tan fuerte que el agua subió hasta 3 metros, reventó las paredes y se llevó todo por delante". Milagrosamente, un vecino logró rescatar también a su perra: "Saltó y la cogió".

Raquel Nieto, embarazada de cinco meses y medio, con su novio Emanuele Sabiucciu, ante lo que queda de su casa de Paiporta. CEDIDA

Cuando volvieron al día siguiente, "mi casa no tenía paredes y el ventanal había reventado". Embarazada como está, tiene humor para subirse cada día por la montaña de lodo, muebles y restos que quedan de su vida: "Se ha secado, y es como subir un monte", bromea. En las visitas a su casa destrozada, ha conseguido rescatar la ropa que preparaba para su pequeña, dos de los cinco trajes de fallera, y la ropa de San Fermín: "Estaba arriba de un armario y no le ha pasado nada". Eso y la bandera de Cerdeña de Emanuele, que ha estado colgada estos días.

Aunque no han perdido a ningún familiar, Raquel ha dejado un trozo de su vida junto al barranco de Paiporta. "Mucha ropa me la está lavando mi madre y parece que tiene salida, pero las fotos, la casa, los muebles... todo está perdido". Llora todos los días. Solo les queda el coche con el que fueron a Valencia, y han perdido los otros dos.

Ahora, Raquel y Emanuele están viviendo con los padres de ella, y ella ha vuelto al trabajo: "Soy farmacéutica a 80 kilómetros de Paiporta y mi novio, que trabajaba en el sector cerámico, está cobrando el subsidio". Giulia se espera que nazca "para las Fallas, el 10 de marzo cumplo".

Pueda o no, lo que tiene claro es que el año que viene volverá a Pamplona. "La promesa está hecha". Llevará el pañuelo rojo que ahora cuelga entre las ruinas: "Lo he dejado ahí como un símbolo de la resistencia".

Una de sus fotos, entre el amasijo de lodo y madera en que ha quedado su vivienda. CEDIDA