Los tambores volvieron anunciar en Lakuntza el día de San Sebastián, San Saastin como es conocido en esta localidad de Sakana, un acto que repite desde1990. Era medianoche cuando más de 60 tamborileros vestidos de riguroso blanco, gorro de cocinero y un fajín rojo cruzado en el pecho salieron desde la sociedad Lakuntzako Pertza rumbo Markoxena, nuevo escenario por las obras en la plaza.
Al poco de iniciar la tamborrada se puso a llover, y no paró durante el pequeño concierto dirigido por Adur Kanpo Flores. Con un público fiel, nadie se movió hasta el final. El repertorio era el de siempre. Comenzó con la marcha de San Saastin junto a Lakuntzako Abesbatza para continuar con Tatiago, Idiyarena y Diana, las conocidas obras de Sarriegui. Después fue Diana número uno de La Pamplonesa, Biribilketa de Otsagabia, Zortziko de Lantz y Artillero dale fuego. Ozarki Txaranga acompañó a las baquetas desde un balcón.
Homenaje a Txingurriye
Los tambores callaron en el homenaje que año tras año realiza Lakuntzako Pertza en forma de la entrega de gorro de honor para reconocer el trabajo realizado en pro del pueblo en diferentes ámbitos. En esta ocasión fue para Txingurriye, una asociación que trabaja en la integración de los y las nuevas lakuntzarras. “Lakuntza siempre ha sido un pueblo que ha acogido con los brazos abiertos a personas venidas de fuera. Con la industrialización procedían de Andalucía y Extremadura y estos últimos años de lugares más lejanos, de lenguas, culturas y costumbres diferentes. De acogerles se encarga Txingurriye”, señaló Kanpo antes de invitar al grupo a subir al escenario para la entrega del gorro a su presidenta, Jone Peña.
El grupo se creó en 2009, en un principio enfocado al apoyo escolar. “Varias somos profesoras y pensamos que una buena escolarización es clave en la integración”, apuntó Ane Miren Iruretagoiena. Con el tiempo las necesidades cambiaron y ahora se dedican más a la dar clases de castellano a apersonas adultas, sobre todo mujeres, además de organizar otras actividades. “El objetivo es que seamos un pueblo cohesionado”, destacó.
Día grande, el lunes fue la romería a la ermita de San Saastin, situada a unos 3 kilómetros en las faldas de Aralar. Tras una misa no faltó un buen almuerzo. Por la tarde las celebraciones continuaron en el pueblo con euskal dantzak de la mano Elai Alai y Alkate dantza. Estas fiestas de invierno finalizaron los cabezudos y el toro de fuego. Comenzaron el sábado con el lanzamiento del cohete pero ya el viernes se comenzó a calentar motores con el concurso de piperopiles, un dulce típico de estos días Precisamente, las ganadoras de este certamen fueron las encargadas de prender la mecha, un honor que les pilló por sorpresa. Eran Lourdes Soto Larumbe y Laura Luis Soto, madre e hija para más señas. Después fue la tamborrada infantil.