Cuando uno entra en Txokoto Taberna se da cuenta enseguida de que es algo más que un bar. Por su barra y botillero de madera, su contigua zona musical con tocadiscos y cerca de 1.600 vinilos y 900 CDs y, sobre todo, por sus paredes forradas de carteles de decenas de conciertos, algunos míticos, del llamado rock radical vasco celebrados en el Valle de Baztan y en otro lugares y otros reivindicativos históricos.

Al frente del bar están Fermín Fernández Barea, Mintxo para los amigos, y Rakel Pardo Pérez. La relación de Mintxo con la taberna ha sido un viaje de ida y vuelta, pues comenzó en el mundo de la hostelería desde niño porque el bar era de sus aitas, Fermín y Carmen, y como asegura su ama “Mintxo creció en la fregadera”. Su hijo comenta entre risas que “si Obelix nació en una marmita, yo nací en un bar”.

Tras dejar sus estudios de BUP, con 18 años, comenzó a llevar la gestión del bar con el apoyo de su madre. Tras la jubilación de sus padres cogió las riendas, hasta que el año 2014 la grave inundación “me reventó todo el bar, los seguros no me dieron todo el dinero necesario para el arreglo y ese verano y en fiestas de Txokoto de ese año lo di todo. Trabajé todo lo que pude y más y ese día morí laboralmente, me quedé en los huesos (recuerda que murió su abuelo también). Siguió la fiesta, terminaron las fiestas y ahí decidí que dejaba el bar, toque fondo en lo personal y en lo laboral”.

De ahí Fermín se fue a trabajar a diferentes lugares, todos en hostelería: “He trabajado en Baztan en la posada de Elbete, Itzalargiko borda, Intza y además en 70 y pico barras, en fiestas, en Bermeo, Vitoria, Donosti, Iruña, Lesaka... aprendiendo siempre”. Y el año 2021 regresa a Txokoto.

El regreso

En la vuelta a casa y tras realizar algunas reformas en la parte de abajo del bar, donde está la barra y el comedor (zona de conciertos), volvieron a abrir el local el 2 de julio. El bar tiene en la parte de arriba un comedor en el que Mintxo y Rakel tenían claro la reforma: “La idea desde un principio era montar un espacio cambiante, lo convertimos en un espacio de actos, de conciertos, presentaciones... Sigue siendo un comedor pero es un espacio de dos caras, al igual que la parte de abajo”.

En el fondo la taberna es “un sitio para venir, escuchar música… Desde el principio fue nuestra idea, que la motivación fuera lo principal, con el trabajo que conlleva la hostelería pero que tuviera una motivación importante, unas raíces. Al final nuestras inquietudes artísticas, que sobre todo son literarias y musicales, y que también abarcan otras cosas. Y centrarnos en eso”. Añaden que “queremos tener una seña de identidad que sabes que vas a ver al pesado de siempre en la barra a oscuras con música pero que vas a estar a gusto. Se está perdiendo la esencia de los bares, es una pena”.

Por otro lado Rakel afirma que “hacemos lo que nos gusta hacer y eso conlleva que, al finalm creas un espacio muy concreto, que tiene esa seña de identidad. Va ligado, no vas buscando que sea alternativo, es el resultado de algo, el reflejo de algo diferente”.

Añaden que en el bar “siempre está la música puesta, puedes leer o charlar, no hay tele. Desde el primero momento dijimos que no íbamos a poner tele, y la gente se entretiene viendo los carteles de las paredes, los discos”.

Actos culturales

Desde su apertura han organizado 235 actos culturales (92 conciertos, 17 charlas, 22 presentaciones de libros, 57 DJs, 16 de poesía, 2 teatros, 4 documentales y 3 ferias del libro) además de 22 pintxo potes solidarios. “Lo que buscábamos era traer cosas que igual no son tan fáciles de ver o escuchar”.

No cuentan con ninguna financiación. “Todo sale de nuestro bolsillo, de las ganancias del bar, jamás cobramos entrada y todos los que vienen cobran algo, aunque no quieran, aunque sea para la gasolina”.

De todo lo organizado Mintxo destaca al grupo Cuatro pesos de Uruguay, que llenan estadios a nivel mundial y que se pusieron en contacto vía Berlín a través de una organización antifascista.

Próximamente vendrán entre otros los italianos Giudi E Quani, un grupo de Nueva York y Jimmy Barnatán con Jim&Mike. En sus deseos a Rakel le encantaría traer a la escritora filósofa Clara Serra con su libro El sentido de consentir y a Mintxo, “pensando en grande”, al grupo argentino Todos tus muertos.

“La cosa no es sólo tirar cañas, echar un café, comer un pintxo o leer el periódico. Nos gusta decir que creamos barrio, un barrio vivo, un pueblo que esté vivo culturalmente creando un punto de encuentro”, afirma Mintxo para acabar.