El comercio local de proximidad atraviesa un momento delicado. Y es que la irrupción de nuevas formas de consumo golpea con fuerza al sector, sobre todo en las zonas rurales. Sin embargo, hay comerciantes que apuestan por seguir adelante y renovarse. Es el caso de Mª Eugenia Rosa Centeno, de Frutería Maru de Altsasu en la calle San Juan, quien con esfuerzo y constancia, lucha por mantener su negocio y fidelizar una clientela que cada vez dispone de más alternativas. “Los costes de mantenimiento y actualización de los comercios, sumados a la disminución del consumo en zonas rurales, convierten cada jornada laboral en un ejercicio de resistencia”, cuenta Maru.

La gente no siempre ve lo que hay detrás de un negocio como éste. No sólo abrimos la persiana, trabajamos cada día para ofrecer calidad, un trato cercano y un servicio que no se encuentra en otros lugares. El comercio local no solo ofrece productos; aporta autenticidad, conocimiento del entorno y un compromiso con la comunidad que las grandes plataformas no pueden igualar. Es la esencia de lo que somos como pueblo”, destaca esta altsasuarra de 50 años de edad.

Con experiencia en el sector, comenzó a trabajar en esta misma frutería en 2021, entonces como empleada y seis meses después le propusieron continuar al frente. “Con dos hijos en la Universidad y un solo sueldo no llega. La competencia es fuerte, al lado del Dia, mercadillo los miércoles además de las grandes superficies. Pero me gusta el comercio, el trato con la gente”, apunta. Así, se decidió a dar el salto y con el tiempo, poco a poco, ha ido haciéndose su hueco. “Mi clientela me pide producto de calidad. Todos los días vienen camiones con fruta y verdura. Asimismo, me he especializado en productos extremeños de lo mejor, de Zalamea de la Serena, el pueblo de mis padres, y legumbres de Salamanca”, cuenta.

Maru Rosa atiende a un cliente en su frutería. Nerea Mazkiaran

Con el fin de dar un impulso a su negocio, Maru buscó el apoyo del Servicio de Dinamización del Comercio Rural de Navarra, gestionado por Cederna Garalur y cofinanciado por el Gobierno de Navarra al 80%. Se trata de una iniciativa puesta en marcha el pasado año y que sigue en activo este 2025 con el fin de proporcionar asesoramiento especializado e individualizado a comercios de proximidad en zonas rurales.

Esta altsasuarra trabajó codo con codo con Andoni Martín, uno de los técnicos de la red, analizando aspectos clave como la disposición del mobiliario, el orden, la limpieza, la señalización y hasta los hábitos de consumo detectados por esta comerciante. “Yo sabía que algo tenía que cambiar, pero no sabía por dónde empezar. Andoni me ayudó a organizar mis ideas y a ver cómo podía mejorar para ofrecer una mejor servicio a mi clientela”, apunta. Así, no sin esfuerzo, consiguió homogeneizar los colores corporativos en toda la tienda, con un espacio más agradable y luminoso donde los productos que ofrece están ordenados e identificados con nueva señalética.

El caso de Maru y su frutería pone de manifiesto que la supervivencia del comercio local no depende solo de los comerciantes. También está en manos de la ciudadanía, de sus decisiones diarias de consumo y del compromiso con el entorno” destaca Martín, uno de los técnicos de esta red que trabaja junto a los y las comerciantes para mantener vivos los negocios que dan vida a los pueblos. “El futuro de nuestros pueblos está en juego. Comprar aquí significa mantener vivos los servicios, los negocios y, en definitiva, la vida en nuestras calles”, reflexiona Maru.

Plan comarcal en Sakana

Sakana ha avanzado en los últimos años hacia la modernización del comercio. En esta senda, las ayudas Next Generation han sido fundamentales para implementar mejoras colectivas, como la actualización de sistemas de información, nuevas campañas publicitarias y de concienciación, nueva señalítica, pantallas digitales o formaciones específicas, de la mano de la Asociación de Comerciantes y Servicios de Sakana, la Agencia de Desarrollo de Sakana, ayuntamientos y Cederna Garalur, asociación encargada de coordinar el plan.

Una de las peculiaridades de Sakana es la cercanía a Pamplona y a Vitoria a través de la autovía y la fuga de personas compradoras a estas ciudades, que aprovechan sus desplazamientos para hacer recados”, observa Martín.

El sector está formado mayoritariamente por empresas individuales o pequeñas. En cuanto a su titularidad, destaca la presencia femenina, al igual que la antigüedad y arraigo de muchos establecimientos en las comunidades locales. “El resultado de un análisis de diferentes indicadores del comercio en entornos rurales revelan datos preocupantes. Las expectativas a futuro están mermadas, lo que puede ser un desincentivo a la hora de modernizar los negocios comerciales y adaptarlos a los nuevos hábitos”, observa este técnico.

Relevo generacional

Más de la mitad de las personas que trabajan en el sector tienen más de 50 años, en concreto el 52,3%. “El relevo generacional en el sector comercial en Navarra es un desafío significativo, especialmente en las zonas rurales. El cierre de un comercio local no solo implica la pérdida de un negocio y empleo. Supone también la desaparición de un espacio de interacción social y comunitaria. Los comercios de proximidad son vitales para la cohesión social”, incide Martín.