Como harían nuestros antepasados, cuando llovía o hacía frío, que se metían a las cuevas para guarecerse, es lo que hicieron este domingo los visitantes que acudieron para disfrutar del Día de las Cuevas. Goio Hualde, que junto a Leticia Sarratea son los guías de la cueva de Ikaburu, afirmaba que “en el exterior a la mañana marcaba cero grados, y dentro de la cueva catorce grados todo el año y veremos más murciélagos o algún lirón, que también se meten a la cueva buscando calor”. Añadía que “la cueva está muy bonita porque todas las formaciones están goteando y el río Urtxume está precioso”. Del Día de las Cuevas afirmaba que “es el inicio de la temporada para nosotros, a partir de ahora empezamos a funcionar de manera diaria y el primer golpe de turistas esperamos para Semana Santa”.
El primer grupo de visitantes pudo sacar fotografías dentro de la cueva, turistas como los valencianos Antoni Sendra y Raquel Sánchez, que junto a sus hijos Joana de 8 años y Lluc de 2, se mostraban fascinados a la salida de la visita: “Es muy bonita, impresionante, no te esperas cuando estás en el exterior que bajo tierra haya una cueva tan grande” y “ahora, si nos lo permiten los niños, iremos a visitar la de Zugarramurdi”.
En la localidad vecina comenzaron el día con la proyección del documental ‘Escuchando el silencio’, realizado por Montes Solidarios, que lleva años promoviendo y organizando actividades de montaña para que personas con problemas de movilidad puedan disfrutar también de los tesoros naturales subterráneos. Ainhoa Aguirre, directora de la cueva, acompañaba después a una cuadrilla de niños en la segunda actividad del día, ‘Aventura mitológica en Zugarramurdi’, una especie de yincana donde “queríamos relacionar la mitología vasca con la ecología y el cuidado del entorno, recordando que, cuidando la naturaleza, el propio entorno cuidará de nosotros y nos permitirá ese futuro”, indica Ainhoa Aguirre.
Durante todo el día, en ambas cuevas hubo visitantes, y a pesar de las previsiones de mal tiempo, la diosa Mari se portó y no llovió. Hizo frío, y si hace frío, al igual que hacían nuestros antepasados, a la cueva.