Con una buena merienda a base de croquetas, tortilla de patata y langostinos, la buñuelera Natividad Malo Almingol recibía, con buen apetito y mejor humor, sus primeros 100 años de vida este 5 de junio. “¿Estás con fuerza para ir a por los 101 y los 102?”, le bromearon. “¡Claro! ¡Que aún tengo fuerza! ¡Acércate un poco más y te lo demuestro!”, contestó sin dudarlo.

A Nati, como se le llama entre familiares y vecinos, la longevidad le viene de raza. No es casualidad que una de sus abuelas, Leonor Enciso Frago, viviera hasta los 104 años. Pero, ¿cuál será el secreto? “Trabajar mucho en el campo y comer, comer mucho y bien”, contaba mientras no dejaba de bromear con Amparo, de 92 años, que le acababa de traer un hermoso ramo de flores. Ella es una de las dos hermanas que le quedan vivas. Pretende seguir el ejemplo y ‘brincar’ los 100.

Buen humor y "comer mucho y bien"

“Fueron 13 hermanos en total, aunque dos se murieron de niños. Mi madre era la sexta y la tía Amparo es la décima”, detallaba su hija María Josefa Sáinz, quien se encarga de su cuidado. Ella también contaba en qué invierte Nati sus días. “Pintar, lo que más le gusta es pintar, y sigue comiendo estupendamente, para cenar lo que prefiere es la tortilla de chistorra”, explicaba. Además, quienes se acercaban a visitarla coincidía en su buen humor como elemento clave de su buena salud: “Nunca la hemos visto enfadada”.

Casada en 1951 con Santiago Sáinz Almingol, el matrimonio tuvo dos hijos, María Josefa y Santiago. También tiene dos nietos, Jaime y Lidia, y dos biznietos, Ares y Nagore. Junto a todos ellos, además de las vecinas, sobrinas y demás familiares, celebró este especial 5 de junio tras recibir, por la mañana, un detalle por parte del Ayuntamiento de Buñuel y la visita de su alcalde, Enrique Villafranca.