"Intercambio y diálogo entre diferentes para generar cosas mejores"
Están en la base de los formatos de vanguardia que Asier Andueza lleva de Aoiz a Elizondo
El programa de actividades LEB se extiende en tiempo y territorio desde el pasado julio hasta el próximo mes de mayo de 2026. Lo hace con cinco líneas de actuación: LEB PROB, LEB INTENSIF, LEB LAB, LEB EKIN Y LEB ZABAL y un objetivo claro: acercar la vanguardia escénica al entorno rural garantizando el acceso a la cultura, impulsando la creación y conectando artista y público.
El programa arrancó en Aoiz con tres residencias artísticas de: Jon Iraizoz (Navarra) Ana Cotoré (Zaragoza) y Teresa Martín Sauceda (Cádiz).
“LEB pone el acento en todas las fases del proceso creativo, dándole más peso al camino del artista y al feedback del público que al producto final pulido en un escenario. Abierto a la ciudadanía. No usarla de espectadora, si no que sea verdaderamente partícipe en el proceso creativo abierto a la ciudadanía y que en él se genere el diálogo entre público y artistas. Esta es la gran apuesta de este año.”, declara el director artístico, Asier Andueza.
En todo el programa LEB, se fomenta la reflexión, la acción y la experimentación, añade.
En este sentido, la línea de residencias artísticas en Aoiz es el ejemplo más claro. “Allí las compañías han disfrutado del espacio, tiempo y recursos para poder explorar, investigar y compartir sus procesos creativos con el público. Las residencias son un campo de ensayo, prueba-error, explica el director de la propuesta cultural. Aoiz fue la primera localidad que acogió el festival en 2023 y en 2024 quedó desierto por falta de financiación.
En esta edición, LEB ha tenido que reinventarse con nuevo diseño, la parte más cara se ha comprimido por actividades más baratas extendidas en espacio y tiempo, pero mantiene el espíritu de la cultura del entorno rural y de, algún modo, ha dado continuidad a aquel proceso que germinó allí con procesos participativos con adolescentes, ensayos de puertas abiertas para presentar a la vecindad” explica Andueza.
Más de 57 proyectos presentados y 114 propuestas de textos escénicos, “te reafirma en que hay un mundo para esto y que no está alejado de la realidad cultural. Disciplinas distintas, perfiles y orígenes diversos es enriquecedor y bidireccional”, defiende.
En su afán está seguir trabajando e intentar que LEB vuelva a ser grande. De cara al futuro, se plantea incorporar más espacios, que el programa anual pueda salpicar a otros territorios. Buscar una financiación conjunta para tener mayor capacidad de maniobra y mantener las colaboraciones afianzadas desde 2023.
Y seguir generando contextos “donde pasan cosas, romper dinámicas en favor de la creación y del público; materializar la idea que está el ADN del festival”.
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