Etxalar- Las subastas de puestos de caza de palomas que en breve llevarán a cabo numerosos ayuntamientos y concejos del Pirineo y otras zonas anuncian el final de un ciclo y el inicio de otro, el del verano y el del otoño, cuando la actividad humana encaminaba a los montes y los bosques. Llegaba la época en la que se llevaba a cabo la corta del helecho, fundamental para su secado y uso para cama del ganado, hacer acopio de leña para la invernada, se aprovechaba para recoger frutos de temporada como las castañas, nueces, avellanas o los hongos, y también para cazar en el tiempo de migración de las aves hacia el sur, con la que encontraron una fuente de financiación.

En estas fechas, como lo hace el Ayuntamiento de Etxalar, anuncian subastas de palomeras o las han celebrado la Junta General del Valle de Aezkoa (15 puestos desde 80 a 400 euros), el Ayuntamiento de Esteribar en el lugar de Errea (seis lotes con 17 puestos desde 900 a 1.350 euros), y en Luzaide-Valcarlos en los parajes de Ehunzaro (12 puestos) y siete en paraje de Gabarbide. También el concejo de Baraibar (Larraun) subastó en fechas recientes el aprovechamiento de caza de palomas migratorias en 36 puestos (precios desde 400 a 3.000 euros), y el concejo de Goldaraz, en el Valle de Imoz, lo hará en breve igual que en otros muchos municipios. Las subastas, en general, se celebran por los sistemas de “a pliego cerrado” o “a viva voz”, a los que en tiempos pasados se añadían las de “a candela” (con pujas hasta que se agotaba con una vela encendida) y del “paso del ramo”, más utilizado en la Navarra media y en la Ribera. - L.S.M.