El año pasado eran tres metros de muro ocultos entre la vegetación. Hoy, en una zona de monte despejada cercana a la cima y con vistas privilegiadas, se aprecian 35 metros de muralla y la base de lo que fue una ermita, probablemente medieval. La que dio nombre al monte San Cristóbal y que también probablemente se levantó a su vez en el lugar que antes ocupó un castillo. Del castillo la única documentación conocida es de 1276, la guerra de la Navarrería. Nada más.

El historiador Iñaki Sagredo y la presidenta del Concejo de Artica, Cristina Recalde, principales responsables del proyecto, han enseñado este viernes los progresos de una excavación que comenzó el año pasado y finalizará el próximo. Sagredo destaca la importancia de los hallazgos. “Lo interesante es que hemos podido localizar lo que era la ermita de San Cristóbal, y posiblemente también parte de lo que sería el castillo de San Cristóbal”. El monte Ezkaba enseña nuevos secretos.

Lugar estratégico

Parece que la fortificación tenía una doble función, como baluarte defensivo y también de control de paso: “La muralla va de lado a lado, cierra todo el monte y la única vía para pasar era por la zona de la ermita/torre”, describe el historiador. Respecto a su ubicación, dice que “es un punto visual perfecto para avisar a Pamplona del peligro que podía venir. Otro sitio así no existe”, reconoce. “Es el lugar más estratégico del monte, mucho más que el fuerte. De hecho, los planos más antiguos de fortificaciones del monte están en este punto; no existía todavía el fuerte. Falta estudiar mucho, pero nos puede situar en la fortificación que era prácticamente de Pamplona. Por esa razón pensamos que estaba aquí el castillo medieval: Por su cercanía y estrategia”, asegura.

La excavación de Ezkaba, al descubierto

La excavación de Ezkaba, al descubierto

La campaña –desbrozar, allanar el terreno y excavar para sacar a la luz ermita y muralla, con unos 20 metros ya consolidados– ha aportado muchos materiales. Restos antiguos como una punta de jabalina “altomedieval, de época de los vascones. Todo nos empuja a pensar que esto ha tenido una ocupación desde la edad del bronce hasta la época moderna”. En una zona muy revuelta por la replantación de pinos, “puede aparecer un casquillo de la Guerra Civil con una moneda del siglo XVII y al lado una cerámica de la Edad de Hierro. Son estratos que no tienen un contexto claro o están contaminados”, dice.

Con todo el material descubierto, la idea de Artica es realizar una exposición a comienzos del próximo año. El Concejo ha invertido 20.000 euros en esta campaña y su presidenta, Cristina Recalde, asegura que “nunca hay que dejar de apostar por la historia ni por el mantenimiento del patrimonio histórico, y sobre todo dar un punto de interés importante a todas las personas que nos visitan”. Y seguirán apostando por el proyecto. “El objetivo final es hacer un bonito mirador y que la gente pueda estar aquí, disfrutar de un punto visual perfecto y conocer un poco la historia”, concluye Sagredo.