Atarrabia Abesbatza está de fiesta. Cumple 20 años disfrutando de la música, en euskera y en otros idiomas, cantando y transmitiendo al pueblo de Villava-Atarrabia el fruto de su trabajo. En estas dos décadas, el coro se ha ido transformando: algunos compañeros ya no están y ha habido nuevas incorporaciones. Pero lo que no ha cambiado ha sido el objetivo: seguir evolucionando, aprendiendo y haciendo disfrutar al público. “Queremos sentir la música, tomarla como un placer para transmitir al público eso que sentimos”, resume Esther Pagola, cantante del coro desde sus inicios.

“Este aniversario es motivo de celebración y de alegría. Después de pasar varias etapas con diferentes directores, hemos conseguido muchos avances y disfrutamos un montón de la música. Empezamos con el objetivo de ser un colectivo del pueblo para participar en los eventos festivos y culturales de Villava-Atarrabia cantando en euskera. Con el paso de los años, como la música es universal, nos hemos abierto a otros pueblos, culturas e idiomas como el italiano, el quechua, el zulú, el inglés o el catalán”, explica.

El concierto del aniversario será el sábado y domingo a las 19.30 horas en la Casa de Cultura de Villava. El guion y la dirección artística correrán a cargo de Fermín Cariñena, mientras que la parte musical le corresponde al actual director, Iñigo Casalí. Como es habitual en sus espectáculos, las escenificaciones y los elementos teatrales tendrán un papel fundamental en la actuación.

Un espectáculo completo

“Preparamos los conciertos como un proyecto musical y lo enriquecemos con otras disciplinas artísticas como teatro, danza o música instrumental. Además, tenemos que reconocer que, si hemos llegado hasta aquí, además de por el esfuerzo de todas y cada una de las personas del coro, ha sido porque en todo momento hemos contado con la ayuda inestimable de diferentes colectivos y personas que, desinteresadamente, nos han echado una mano. Por eso, en el momento de la celebración, hemos querido que de nuevo estén con nosotros”, remarca Esther Pagola.

Así, participarán en el espectáculo Izaskun Iturri, Ismael Yagüe, Araitz Vizcay e Itziar Pérez de Ziriza, además de txistularis, gaiteros, gigantes, kilikis, zampanzar de Villava, Mikelats dantza taldea, el grupo de teatro El Bardo, dantzaris de Estella, Hutsun txalaparta y la txaranga Ziripot. 

En cuanto al repertorio, se han seleccionado algunas de las canciones que han cantado a lo largo de estos 20 años con diferentes directores: Pello Goñi, Kun Agustí, Nekane Piñuela e Iñigo Casalí. “Los temas son muy variados, de diferentes estilos y épocas. Por ejemplo, a Iñigo Casalí le gusta mucho el Renacimiento. Siempre tenemos canciones en euskera y, además, de diferentes estilos e idiomas. Creo que es un repertorio variado y entretenido”.

A la semana siguiente, la coral viajará a Salou. “Tenemos muy buena relación con un coro de allá y tocaremos en el Centro Vasco de la localidad. La verdad es que tenemos muchas ganas de ir. Luego, participamos en todas las celebraciones culturales y festivas del pueblo con villancicos, en el Atarrabiako Eguna y en el alarde de txistularis de fiestas de Villava, así que no paramos”.

A finales de octubre llegará el colofón del aniversario. “Tenemos una cantata compuesta por nuestro director para el 700 aniversario de la fundación de Rentería y la vamos a hacer en octubre. En esa cantata, participarán otras dos corales de Villava: San Andrés y Paz de Ziganda. Será un evento de mucha más calidad y uno de los más importantes que hemos hecho siempre”.

La clave del éxito, el trabajo

El coro nació en un Olentzero en el año 2003 y ha pasado por muchas etapas en estas dos décadas. “El primer director fue Pello Goñi, que dirigía también Iruñean Kantuz, y llegó un momento en el que, pasados ya casi diez años, nos dijo que ya nos había enseñado todo lo que sabía. Luego llegaron Kun Agustí y Nekane Piñuela y, desde el 2018, estamos cantando con Iñigo Casalí, con el que hemos dado otro paso de gigante. No solamente en cuanto a voz y canto, sino que también estamos disfrutando de la música”. 

“Ahora somos unas 40 personas. La mayoría estamos jubilados, pero han entrado unos seis jóvenes y eso nos alegra mucho. Encima, tienen formación musical. El coro no es profesional y mucha gente no sabe de música, pero se compensa porque trabajamos todos muchísimo”, concluye.