-La Mancomunidad de la Comarca de Pamplona estudiará hoy cómo aplicar una reducción del servicio de transporte urbano, pero reforzado en las horas punta, ante la caída de la demanda y que el fin de semana llegó hasta el 86,44%, por las restricciones en el movimiento de personas a causa de la propagación del coronavirus. El presidente de la MCP, David Campión, aseguró ayer que tras la modficación del decreto estatal que flexibiliza la prestación del servicio de transporte urbano por motivos sanitarios y de uso, la entidad comarcal analizará los últimos datos (de ayer lunes) de utilización del servicio para adecuarlo a la demanda: "Estamos pensando en reducirlo a la mitad, pero reforzando quizá las horas punta, como las primeras horas, y bajar en las llamadas horas valle", expuso. La medida se aplicará a lo largo de esta semana, previsiblemente el jueves, y se hará mediante resolución de la MCP, que a su vez elevará al Gobierno con un informe motivado.

El presidente Campión se reunió ayer por la tarde con representantes de los trabajadores y responsables de TCC, que gestiona las villavesas, para escuchar sus demandas, en un momento delicado, ya que, a día de ayer, había 59 bajas en la plantilla, de las cuales 3 son afectados por el corona virus y 2 se encontraban en espera de confirmación. La plantilla de TCC la forman unas 500 personas, incluyendo chóferes, personal administrativo y prejubilaciones.

El Comité de Empresa, que se está mostrando unido en sus reclamaciones, realizó ayer al presidente de la MCP una serie de peticiones para el servicio, referentes a una mejora de las condiciones de trabajo, que se sumarían a las medidas ya implantadas como el cierre de la puerta delantera para que el chófer no esté en contacto con los usuarios, el pago a través de la canceladora trasera, la que se ubica a la espalda del conductor, y la prohibición de pagar en metálico. Ayer mismo, se instaló en los autobuses un plástico a modo de mampara en la parte delantera, y, como se sabe, no pueden utilizarse los primeros asientos situados detrás del chófer.

Para la plantilla, las medidas de higiene siguen siendo insuficientes, y, según fuentes consultadas de la empresa, se solicitó a la MCP la desinfección del bus cada 4 horas; que se realicen los servicios con buses articulados para evitar aglomeraciones; que un técnico en Prevención Laboral de la MCP se persone en la empresa y verifique los protocolos de limpieza y desinfección, que se ocupe un tercio de la capacidad en los buses rígidos de 20. El presidente de la Mancomunidad se mostró ayer totalmente abierto a estudiar sus propuestas, dada la excepcionalidad de la situación.

El Transporte Urbano Comarcal (TUC) evidencia el estado de alerta sanitaria en el que se encuentra la ciudad desde la medianoche del domingo y ha experimentado una caída sin precedentes. Según datos facilitados por la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, el número de viajeros ha descendido este fin de semana en torno a un 80%. Lo decía ayer uno de sus chóferes, Miguel Oteiza. El domingo por la tarde llevó la villavesa 6 (Rochapea-UPNA) y desde las 14.30 horas hasta las 22.20 horas sólo se montaron en su bus "26 viajeros".

El viernes, cuando ya se decretó el estado de alarma y se recomendó no acudir a los centros escolares, el uso de la villavesa ya comenzó a descender. De hecho, se contabilizaron 71.000 viajeros frente a los 135.000 que suelen registrarse un día habitual, lo que supone una caída del 47,98%. El sábado, la situación fue a peor, y el confinamiento voluntario de la población en sus casas, además del cierre del comercio, la hostelería y toda la actividad de ocio, incidió a la baja en el transporte urbano. Apenas 21.000 viajeros se montaron en el autobús, frente a los 100.000 de un sábado normal, es decir, un 79,26% menos. Por último, el domingo, día obligado en casa, frente a un festivo habitual con 38.000 viajeros de media, solo hubo 5.000, el 86,44% de descenso.

Pedro Lezáun, chófer de la villavesa, trabajó ayer por la mañana en la línea 4H, una de las más concurridas en un día normal, pero ayer sin apenas usuarios. "Es una situación incalificable, una sensación rara", comentaba ayer a este periódico. Comenzó el servicio a las 6.50 y terminó a las 14.30 horas. "La gente al principio tenía nervios, pero luego todo ha ido normal", Respecto al pago obligatorio con tarjeta, explicó que la mayoría de los usuarios "están al tanto" y que el bus se está utilizando principalmente para ir y volver del trabajo y acudir a los centros sanitarios. En la misma línea, Miguel Oteiza, chófer el domingo de la línea 6, señaló que en la casi treintena de viajeros que llevó en toda la tarde "no había ninguna silleta, ni persona mayor ni críos", por lo que parece que "la gente se lo está tomando en serio". Y una de las ventajas, entre comillas, de la nueva situación es que, al no poderse cobrar en metálico, los chóferes del bus ya no tienen que hacer recaudación ni llevar dinero encima.

¿Dónde ir al baño? Uno de los problemas de los chóferes es qué baños utilizar, ahora que la hostelería está cerrada. El domingo por la noche ya se les informó, por líneas, de alternativas en gasolineras y parkings.

"En Bilbao y Donosti bajaron el servicio al 50%, pero hubo que subirlo"

Presidente de la MCP