eL 16 de noviembre de 1912 se inauguró oficialmente en Obanos la nueva iglesia, dedicada como la anterior a San Juan Bautista y que se había construido aprovechando muchos de los elementos arquitectónicos del templo original, trasladándolos piedra a piedra después de numerarlas. Se aprovechó la portada, la bóveda de la primitiva nave principal del siglo XIII y la del sotocoro, del siglo XVI. Se trata, pues, de una iglesia peculiar de estilo neogótico y que ahora está de celebración.

Por eso, durante 2012 se van a organizar numerosos eventos para conmemorar el centenario y, de hecho, mañana domingo, a las 12.00 horas, tendrá lugar la apertura del Año Jubilar con una misa a la que asistirán, además de diversas autoridades civiles, el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez.

Y es que, a finales del año pasado el Consejo de la parroquia de Obanos pensó que "sería bueno" que el centenario no se celebrase únicamente el 16 de noviembre, sino a lo largo de todo el año, tal y como explica el párroco, César Magaña. Por eso, "a nivel eclesial se pidió a Roma que 2012 fuera Año Jubilar en nuestra parroquia y en diciembre, el día 20, se nos concedió esa petición. Eso significa que hasta noviembre se pueden ganar en la parroquia las indulgencias plenarias, el jubileo...", comenta Magaña. "Y eso es muy importante para los vecinos y los pueblos de alrededor que quieran ganarlos", añade el párroco de Legarda y Obanos desde 2008, y de Buztintxuri desde 2004.

Magaña detalla que a lo largo de todo el año se van a celebrar, además de conferencias y conciertos, -ya ha habido algunos-, otros actos eclesiásticos. "Vamos a hacer, por ejemplo, una celebración conjunta con todas las parroquias de Navarra que hay en honor a San Juan Bautista", dice. "Prácticamente cada mes hay un concierto y algún otro acto para ayudar a la gente a sentirse más Iglesia, más parte de la parroquia, y para hacerla crecer conjuntamente".

UNA HISTORIA CURIOSA María Amor Beguiristáin, doctora en Prehistoria y responsable de la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad de Navarra, ha orientado su labor investigadora hacia la arqueología y la etnología. Natural de Obanos, es sin duda una de las mayores expertas en la historia de la localidad y, por supuesto, en la de la iglesia de San Juan Bautista.

Tal y como explica, la idea de sustituir el antiguo templo a principios del siglo pasado (estaba en los terrenos de la vieja cooperativa) vino marcada por el mal estado en el que se encontraba y porque se había quedado pequeño. "Desde principios del siglo XV ya hay documentación de que amenazaba ruina y, de hecho, reciben exención de impuestos para su reparación. Lo más sorprendente es que en el siglo XIX se hicieron numerosas obras, pero no debieron ser suficientes", apunta. "Además, la población de Obanos a principios del siglo pasado superaba los mil habitantes y en la iglesia antigua cabían unos 600, con muchas zonas desde las que no se veía el altar", comenta Beguiristáin, quien agrega que también "se buscaba acercar la iglesia a la plaza del ayuntamiento y a la zona sur del pueblo, ya que este se había extendido hacia allí".

Beguiristáin, que hace apenas unos días impartió una conferencia sobre este tema, recuerda que la obra se inició el 10 de marzo de 1911 con un presupuesto estimado de 120.000 pesetas y que para la edificación se creó una comisión, integrada por el párroco, Salvador Garísoain; los coadjutores Eduardo Armendáriz y Justo Jáuregui; el alcalde, Vicente Zabalegui; el regidor síndico, Ángel Ulzurrun, así como Casimiro Ardaiz, Joaquín Armendáriz, Juan Lana, Ildefonso Urío y el secretario municipal, Jorge Azanza.

"El 19 de agosto de 1910, en un pleno municipal, los vecinos se comprometieron a sufragar los gastos con el 2% del valor de su cosecha en vino y cereales, y la Corporación aprobó por mayoría absoluta la construcción del nuevo templo". Se recaudaron 40.000 pesetas de donativos de los feligreses y "los materiales reaprovechados más la mano de obra gratuita supusieron 30.000 pesetas", apunta la doctora. "Además, el Ayuntamiento donó cuatro eras que tenía arrendadas a los vecinos para ubicar la nueva iglesia y la Primicia de la Diócesis financió las obras, fondos a devolver por la iglesia de Obanos sin intereses". Igualmente, como curiosidad, "se rifó la Purísima antigua para obtener recursos, y se obtuvieron 263 pesetas por la rifa".

El arquitecto de aquella obra fue Ángel Goicoechea, que firmó el proyecto el 31 de diciembre del año 1910. Eso sí, "le obligaron a cambiar algunas cosas, como la torre, la localización de la entrada principal...", recuerda Beguiristáin, quien cree que hay pocas similitudes entre el templo nuevo y el original. "Según tengo entendido, sólo se parecen por los porches que tenía la antigua desde el siglo XIX, el interior era totalmente diferente".

También se aprovechó, de alguna forma, el retablo original. "Se conservaron todas las imágenes principales que había en el antiguo, pero no se pusieron en el nuevo retablo, sino que actualmente están colocadas en las capillas laterales", concluye.