La coincidencia de las fiestas de El Puy de Estella con las elecciones comienza a ser una tradición a fuerza de repetirse y no por que tengan algo que ver ambas circunstancias. Bueno, algo que ver sí que hay: mucha gente tiene hipotecado el día para pasarlo entero en el colegio electoral. Los responsables de las mesas se convierten en autoridades por un día. Ellos son los garantes del voto que es el gran tesoro de la democracia. Y gracias al trabajo de quienes les ha tocado participar en esta ceremonia de la consulta, mañana asistiremos a una jornada en la que la voluntad popular será posible. Después de una dura campaña electoral llega la hora de la verdad. Momento decisivo que merece la pena vivir y contar por lo que, desde DIARIO DE NOTICIAS, les aviso de que ahí estaremos para informar de todas y cada una de las noticias y peculiaridades de estas elecciones. Esta semana nos han llegado algunas quejas de vecinos que ven con malos ojos la pegada de carteles en el periodo electoral de los partidos. Digo los partidos porque que las agrupaciones electorales las miran con lupa y apenas les dejan gastarse dinero ni para los carteles, algo difícil de explicar y que empaña esta aparente libre competencia electoral. Rompo una lanza en favor de quienes ocupan los espacios públicos -y algunos privados también-; hay que decir que durante muchos años las elecciones, tal y como las conocemos hoy, se suprimieron con el régimen fascista de Franco. Elegir cualquier pared para pegar un cartel altera el orden habitual de cualquier pueblo o ciudad. Seguramente se podría hacer de manera más ordenada pero las propuestas son lo importante junto con la libertad para votarlas en libertad mañana. Y eso es, en fin, lo que hay que mantener limpio y además tenerlo bien claro.