El debate sobre la peatonalización del Paseo de la Inmaculada de Estella-Lizarra se encuentra en plena ebullición. Por un lado existe unanimidad en "amabilizar la ciudad" en el equipo de Gobierno, que aprovechó el parón de tráfico que supuso los primeros meses de la pandemia para reconvertir uno de sus dos viales en un carril donde pudieran circular peatones y bicicletas. Un carril separado con macetas, que ha domesticado el tráfico en esta arteria céntrica de la ciudad del Ega.

El debate se trasladó a la comisión de Planificación Urbana y Proyectos Estratégicos del pasado martes. Un encuentro en el que se pudo observar la determinación de los miembros del equipo de Gobierno por llevar a cabo esta tarea que supondría el desplazamiento de un total de 40.000 coches del total de 200.000 desplazamientos que recibe mensualmente el centro de la ciudad. Una cifra que dejaría en 160.000 los vehículos que acceden por el actual vial que une por San Francisco Javier el Puente de la Vía con el nuevo puente del Ega hacia la calle Fray Diego. El trafico ya más residual que se realiza por el paseo de la Inmaculada, se divide en dos grupos: los coches que cruzan sin detenerse, es decir, 20.000 vehículos utilizan la Inmaculada como un atajo, ya que según un estudio realizado, usan solo dos minutos en recorrer este trayecto. Por otro lado, el acceso al paseo cuenta además con otras posibilidades de acceso a viviendas, negocios o servicios que es utilizado por otros 20.000 vehículos. Para el alcalde y presidente de urbanismo, Koldo Leoz "si conseguimos desviar estos vehículos y reconducirlos por la travesía habrá que analizar también sus consecuencias. Hay que conocer la capacidad de la misma para soportar este nuevo tráfico" advirtió.

Con todo, la postura del EH Bildu que cuenta con seis de los 17 concejales en el ayuntamiento, es secundada tanto por sus socios en el equipo de Gobierno (Geroa Bai y los concejales no adscritos, Jorge Crespo y Magdalena Hernández) frente a los siete de Navarra Suma y uno del PSN. Para Koldo Leoz el Paseo de la Inmaculada debe ser una vía con menos paso de vehículos y tiene que estar destinada principalmente a ser "de servicios y para la vecindad". En este sentido, defienden el carril peatonalizado ya que es un espacio que debe ganarse "para las personas". Sus propuestas incluyen una ampliación simétrica de ambas aceras del paseo en el que también acogiera un carril bici que estaría conectado con el existente en el resto de la ciudad.

Por otro lado, son cuatro las entradas al tráfico con acceso a la actual Zona de Aparcamiento Limitada que permite a los usuarios aparcar el coche gratuitamente durante un espacio de 90 minutos, tras desaparecer en la pasada legislatura el aparcamiento controlado (OTA). Un espacio que asume con éxito las necesidades de aparcamiento pero en el que se plantearía la reducción de la velocidad de circulación a 30 kilómetros hora.

Otro de los puntos negros del paseo Inmaculada son los grupos de contenedores para los que se está estudiando la posibilidad de una mayor agrupación, además de "soterrarlos". El debate está abierto y el resto de las propuestas de los grupos se defenderán el próximo martes.