Arrancaron ayer la obras de reparación del talud de la ladera del antiguo castillo de Zalatambor que afecta a la carretera NA-1110 que da acceso al túnel Fortunato Aguirre. Unas obras que de momento se están realizando con los cortes de tráfico en ambos sentidos regulados por señales semafóricas pero que la semana que viene necesitarán el corte total de la circulación. “Seguramente las obras de reposición del mallado necesiten que un vehículo ocupe ambos carriles de las carretera y que durante por lo menos dos días se tengan que cortar al tráfico”, comentó el alcalde Koldo Leoz.

Las obras que contaban con un presupuesto de ejecución de 86.000 euros, fueron adjudicadas finalmente a la empresa Solutioma por un importe de 60.699 euros (sin impuestos). Ayer, los operarios de la empresa comenzaron la labores de acceso y consolidación de la ladera que se encuentra parcialmente cubierta por viejos mallados que dejan al descubierto zonas desprotegidas por donde se pueden producir desprendimientos.

Es el caso del pasado 26 de agosto, cuando varios fragmentos del talud cayeron hasta la carretera, sin que afortunadamente impactaran sobre peatones o vehículos. La preocupación creció por aquel episodio en el que incluso cayó un trozo de roca de 65x35 centímetros que cruzó de lado a lado, el asfalto de la NA-1110.

Aquel incidente hizo que desde el Ayuntamiento se revisase la zona y se encontraran algunas grietas que antes no se habían detectado. Algo por lo que se requirió la realización de una informe que ha llevado a la redacción del actual proyecto de consolidación del talud de Zalatambor cuyas rocas podría caer hacía la carretera de Pamplona en la zona del Túnel.

Las obras consistirán en la instalación de una maya de gran contención que complete la zona ya cubierta y “en la parte inferior una zanja con un rebajamiento que tenga también una protección vertical”, afirmó el arquitecto municipal Javier Caballero.

A pesar de que la zona es aledaña a la carretera, desde el Ayuntamiento se decidió iniciar las obras ante el peligro de posibles desprendimientos. “En este caso hemos creído que lo primero era la seguridad de los vecinos y vecinas, por eso aunque consideremos que también es responsabilidad de Obras Públicas hemos decidido asumir el total del proyecto para evitar posibles daños por los desprendimientos”, comentó ayer Leoz.