Segundo encierro de Tafalla 2024: un toro desobediente y una carrera tranquila
Un morlaco de la ganadería Rosa Rodríguez se da la vuelta al final del recorrido y antes de entrar en el corral / Cuatro corredores son atendidos por golpes y caídas de poca gravedad
Una carrera calmada y limpia de 3’39’’, aunque con percances en el tramo final del recorrido. El segundo encierro de Tafalla, a cargo de la ganadería Rosa Rodríguez de Portugal, ha querido replicar la dinámica del día anterior. Y lo ha imitado en parte, ya que solo ha habido cuatro heridos leves por golpes y caídas. Pero antes de entrar en el callejón uno de los toros se ha dado la vuelta y ha amenazado con embestir a los mozos. Ha vuelto a amagar ya en la plaza. Con todo, no ha habido peligro y el encierro ha podido terminar tan tranquilo como había empezado.
Los mozos han llegado e ido tomando las calles de Tafalla. Todos los corredores han compartido unos nervios que no han calmado hasta que ha llegado la hora señalada. Los seis toros han salido del corral con la fiel compañía de los bueyes. Un burel ha resbalado en sus primeros pasos, pero pronto ha logrado mantener el equilibrio. El grupo, todavía unido, se ha dirigido hacia la avenida Severino Fernández. Los jóvenes corredores han intentado mantener el paso, aunque resultaba una tarea compleja. Ha sido en esta avenida donde un buey ha tomado la delantera y ha dirigido al resto de la manada. Sin embargo, la mayoría del grupo ha quedado atrás. Únicamente dos morlacos y el cabestro, que seguía siendo el cabecilla, han conducido la carrera. Uno de los toros rezagados se ha desviado y ha subido a la acera izquierda, aunque al final ha vuelto con el resto de sus hermanos. En la curva de la Farola, el grupo ha logrado unificarse. La excepción ha sido uno de los mansos. El mismo que ha liderado todo el recorrido y que ha embestido a uno de los corredores que, acto seguido, ha caído al suelo. Algo más tarde, el resto de la manada ha girado y se ha dirigido hacia la avenida Sangüesa.
Ha sido una recta tranquila y veloz. El manso ha seguido a la cabeza y el resto del grupo trataba de seguirle la pista por el centro de una calle amplia entre corredores que les han abierto el paso porque no soportaban la rapidez con la que se aventuraban los morlacos.
En la curva de la Estación, dos hermanos se han separado del resto de la manada para acompañar al cabestro que ha tomado las riendas durante toda la carrera y han generado la incomodidad de muchos corredores, que han quedado enclaustrados por los dos grupos de morlacos. No obstante, tan solo ha sido un susto que se ha mantenido durante el último sprint del recorrido y que no ha generado heridos más allá de algún que otro golpe entre los mozos.
Todo esto ha quedado eclipsado cuando uno de los bureles ha frenado en seco antes de entrar en la plaza, mientras el resto de la manada se encontraba a deseo de finalizar la carrera. Durante más de 20 segundos, el toro ha quedado dando vueltas sobre sí mismo y se ha formado una avalancha de corredores detrás de él a la espera de su avance. Los pastores han logrado que entrara en el callejón.
La alegría no ha durado mucho porque en el momento en el que se metió al ruedo ha vuelto a pararse y se ha girado con la intención de salir, pero los pastores han creado una barrera con sus cuerpos y han conseguido que entrara en el corral. Un encierro lento y con algunas anécdotas destacables, pero sin grandes complicaciones.
“Demasiado bien"
Alberto Martínez, pamplonés de 27 años, lleva más de once corriendo encierros. El joven debutó en Tafalla el jueves, y ha vuelto a repetir esta mañana. “Ha ido bien, demasiado bien. Los toros han ido muy lentos, muy trotones”, ha asegurado. Pese a tratarse de un encierro “cómodo para correr”, no ha podido disfrutar todo lo que quiso porque no le ha conllevado “mucho esfuerzo”. Un poco más adelante han corrido Álex Hernández y Eneko Gómez, jóvenes de 23 años y naturales de Andoain. El segundo encierro ha sido más satisfactorio que el primero para ellos. Sin embargo, “se han cruzado dos toros y me he tenido que apartar”, ha señalado Álex. En Sanfermines también corrieron, pero en Tafalla “lo disfrutamos más”.
Nilesh Puig estaba contento tras la carrera. No es para menos. El mozo, de 26 años y vecino de Pamplona, ha logrado acompañar a los astados en su camino hasta la plaza. “En la curva de la Estación he podido coger toro”. Su cuadrilla ha presumido de su amigo por el éxito en los dos primeros encierros.
Martín Donézar y Fermín Úriz, pamploneses de 21 y 26 años, se encontraban al final del recorrido. Úriz lleva más de 15 años corriendo en estas fiestas y este año lo hace por la parte final. “Primero ha venido un manso y luego ya han venido los toros buscando por los dos lados”. Los dos mozos han intentado meterse con los últimos morlacos, aunque han sido “muy arropados por los bueyes y fuera complicado meterse entre ellos”. También han coincidido con el toro más desobediente: “Justo hemos estado con el que se ha girado en la puerta”, ha contado.
Cuatro atenciones
El servicio de enfermería de la plaza de toros ha atendido a cuatro personas por lesiones leves. Se trata de una situación “inusual. Es raro el año que no tenemos herido por asta. En ese sentido estamos bastante tranquilos, porque las dos primeras carreras han sido bastante limpias”, ha señalado Pedro Arzoz, responsable de Cruz Roja. En el puesto número 4, situado en la curva de la Estación, U.A.M., un joven de 21 años, ha sido atendido debido a dos erosiones en las dos rodillas. Por otro lado, a O.A.E., pamplonés de 21 años, se le ha curado una herida que presentaba en la mano derecha. En el caso de H.E.M., de 18 años, ha sufrido un golpe en la cabeza que no supuso ningún problema grave. Finalmente, E.J.A., varón de 42 años, ha tenido una pequeña contusión en la rodilla derecha y en el codo izquierdo. Ninguno de ellos ha sido trasladado al Hospital Universitario de Navarra (HUN).