Con la esperanza de vivir un primer día más tranquilo que el año pasado, donde la impresionante granizada afectó al ánimo de los fiteranos y fiteranas, la localidad ribera dio inicio a sus nueve días festivos con el tradicional acto del Bolo. “Nos hemos levantado todos mirando al cielo con el corazón todavía un poco encogido con el recuerdo de lo ocurrido porque la tormento nos devoró todas las fiestas”, explicó Miguel Aguirre, alcalde de Fitero.
Aunque los pensamientos sobre lo sucedido en 2023 seguían estando presentes en las conversaciones, una vez se acercaban las 12 los vecinos dejaban de lado la negatividad para vivir con intensidad el comienzo de fiestas. Y que mejor que hacerlo que a ritmo del Bolo.
Este peculiar acto tiene lugar después del lanzamiento del cohete, justo cuando la Txaranga Riau Riau comienza a tocar los habituales pasacalles. En ese momento, los participantes intentar impedir el paso de los músicos bailando en posición circular y empujando hacia atrás. La Corporación y los miembros de la brigada se tienen que emplear para intentar que la marabunta progrese. Todo esto hace que la duración del primer acto de las fiestas de a Virgen de la Barda se alargue hasta las prácticamente 3 horas y media de duración.
EL PROTAGONISTA
Mientras el ambiente en la plaza de las Malvas se calentaba, en el Ayuntamiento la tensión se apoderaba del protagonista del día. José Yanguas, concejal y primer teniente de alcaldía, fue el encargado de proclamar los tradicionales vivas antes de prender la mecha a la fiesta en Fitero. El edil se mostró “nervioso”, aunque “muy orgulloso” de haber podido tener este reconocimiento.
Junto a él se encontraba el resto de la corporación municipal y políticos de localidades cercanas. El alcalde de la localidad aprovechó este acto para “invitar a todos los vecinos y vecinas, así como a los visitantes, a que disfruten con respeto de las fiestas, esperando que no tengamos que lamentar ningún incidente”.