Los novillos de Macua no ha dejado heridos de consideración durante los cuatro días que han participado tanto en el encierrillo que los traslada a las ocho de la mañana hasta los corrales a la sombra del puente de la Cárcel. Tampoco en el encierro posterior en el que atraviesan las calles Ruiz de Alda, Mayor, plaza de Santiago, Cuesta de Entrañas para alcanzar la plaza de toros en la avenida de Yerri. Ocho pasadas en las que la tónica general fue la misma, un trote accesible para las carreras y poca cantidad de corredores hasta la parte final de Yerri donde se concentra la mayor parte de los y las participantes. El último encierro siguió el mismo guión y finalizó también sin heridos ni incidencias reseñables.

Por la tarde, las vacas despidieron la programación taurina, primero con un doble encierro vespertino y posteriormente en la plaza con la última suelta de las fiestas.