PAMPLONA. Los vecinos de Etxabakoitz lucharon durante mucho tiempo para conseguir que el Ayuntamiento se acordase de ellos. Finalmente, tras muchas reivindicaciones, el consistorio decidió realizar la tan necesaria infraestructura. Las obras comenzaron en octubre de 2012 y se demoraron hasta el comienzo de este verano.

Desde ese momento, los vecinos comenzaron a hacer uso del ascensor. Esta obra es de gran utilidad especialmente para las personas mayores, que la utilizan para transportar la compra hasta sus casas, mientras que antes tenían que subir por unas incómodas escaleras que también han sido adecentadas y reformadas. "Para los que somos mayores, es un bien necesario y más con este calor", explica José Antonio Morales, de 76 años y que tiene una hija viviendo en el barrio.

Las otras beneficiadas de esta apertura son las familias, especialmente las que tienen niños. El ascensor no queda lejos de las piscinas, por lo que con el calor que azota estos días a Pamplona, es fácil encontrarse un porcentaje alto de viajes con personas con aparejos de baño. "Es útil ya que tardamos menos en ir a la piscina y es algo que se agradece con todos los bolsos y demás, de esta manera tenemos a los niños controlados", confirma Elena Echenique, madre del barrio.

El ascensor salva un desnivel de 25 metros y tiene capacidad máxima de 21 personas y 1.600 kilogramos de carga. Se prevé que realice 53 viajes por hora; por tanto podrá desplazar un máximo de 1.110 personas cada hora. Esta cadencia permite llegar a las necesidades mostradas en cuanto al número de desplazamientos de la zona conforme al estudio de movilidad. La cabina, que es panorámica acristalada, tiene unas dimensiones de 1,50x2,30 metros.

Posiblemente este sea el único ascensor con dos inauguraciones, ya que los vecinos hicieron una paralela en la que realizaron una graciosa parodia con autoridades, e invitaron a participar a todo el vecindario como "reconocimiento a su esfuerzo y su lucha que finalmente dieron sus frutos".

Un inconveniente Los vecinos de Etxabakoitz esperan que este ascensor sea el punto de partida para que el Ayuntamiento les preste más atención. "Con el ascensor solo no vamos a vivir", comentan desde la Asociación de Vecinos de Etxabakoitz, donde esperan que el Ayuntamiento no vuelva a dejar de lado al barrio y tome cartas en asuntos como el de las casas deterioradas que hay en el lugar. De todas formas, desde la Asociación reconocer que el ascensor ha supuesto un importante "avance".

De momento, el ascensor tiene "un lunar". En el mes que lleva operativo ya se ha averiado tres veces, lo que es un porcentaje alto y provoca que los vecinos reclamen al Ayuntamiento un poco más de control para evitar o reducir el máximo posible estas incidencias.

Pamplona cuenta ya con siete ascensores urbanos en funcionamiento. El primero fue el de Erletokieta, en 2004, para salvar el desnivel entre Iturrama y la Milagrosa. Después se construyeron los elevadores de la calle Isaac Albéniz en la Milagrosa (2006) y el de Descalzos (2008), para unir Rochapea y Casco Antiguo. En 2008 el barrio de San Juan salvó la distancia entre las calles Monasterio de Irache y Monasterio de Fitero con un ascensor que es el único que cuenta con una parada intermedia.

Manuel Rodríguez

Vecino

"Está funcionando muchísimo, lo usa principalmente gente mayor que sube a hacer la compra o sus gestiones. Antes había que comprar siempre abajo o dar una vuelta tremenda, ahora ha sido un alivio tremendo para el barrio".

José Suárez

Vecino

"Ha venido de maravilla, pero tendrían que poner a una persona o algo para que controle ya que se está estropeando mucho, espero que sea el primer paso para que el Ayuntamiento nos haga más caso que hasta ahora".

Begoña Arteaga

Vecina

"Se está estropeando bastante, deberían poner una persona para que controlase. Ha supuesto mucho cambio, porque antes teníamos que subir por unas cuestas muy grandes y era muy cansado. Espero que solo sea el comienzo y no paren".

Isidoro Jiménez

Vecino

"Sigo subiendo muchas veces andando, pero para las personas mayores ha supuesto un cambio muy importante. Además, los vecinos de abajo ahora ya no están tan incomunicados como antes y es algo que se agradece".

Lorenzo Baines

Vecino

"Era una cosa que era necesaria, no se podía tener a la gente mayor subiendo las escaleras todos los días. Ha sido un cambio brutal que debería continuar con otras acciones tanto en Etxabakoitz como en el Grupo Urdánoz".