Trompetas, flautas, trombones, platillos... Y un sonido especial. La plaza Río Ebro, en la Milagrosa, fue ayer rebautizada como la plaza La Pamplonesa, un lugar que cuenta ya con su propia banda sonora y un hueco especial en el corazón de los pamploneses y en la ciudad a la que, durante cien años, la agrupación ha puesto banda sonora. Y es que, tal y como señaló ayer el alcalde, Joseba Asiron, su recorrido e importancia dan para mucho. “La Pamplonesa es hoy en día un referente, un símbolo de la ciudad, y dudo mucho que haya otro ejemplo de banda municipal que tenga tanto sentido y tanta repercusión en la vida de su ciudad. Yo siempre digo que si quieres hacer algo que funcione en la ciudad tienes que poner o a La Pamplonesa o a la Comparsa, y si pones a las dos... El éxito está ya asegurado”.

Para muestra un botón: decenas de personas se acercaron ayer a un acto que contó con su particular jota, la de Silviano Fernández, y también el tradicional Gora Iruña como sintonías que brindaron a la jornada un ambiente especial. Al sur de la ciudad, limitando con la avenida de Zaragoza al oeste, con la calle Río Queiles al norte y la calle Mochuelo al sur, la plaza surgió en marzo de 2010 y fue denominada Río Ebro en agosto de ese mismo año. La Asociación Amigos de la Pamplonesa fue quien solicitó el nombramiento de este enclave al Ayuntamiento, motivándolo en dos cuestiones: que este año se cumple el centenario de la fundación de la banda y que se trata, además, de uno de “los elementos que conforman la singularidad de Pamplona”.

Tal y como recordó Asiron, se trata de una agrupación que “ha puesto música a nuestras fiestas, a nuestras vidas, a los Sanfermines, San Saturnino, la Navidad... La Pamplonesa es sinónimo de festejo, de día grande, de celebración para Pamplona y sus habitantes”. Porque durante este siglo de vida sus instrumentos y su gracia han ambientado las fiestas, elaborado un archivo musical de más de 1.500 obras de concierto y 350 piezas de desfile, además de llevar el buen nombre de Pamplona allá a donde ha ido, recordó el alcalde.

Este junio celebrarán su centenario y, quizás, también la declaración institucional que propone su candidatura al premio Príncipe de Viana de la Cultura 2019. No es poco.

Pero si de algo pueden presumir -entre otras muchas virtudes- es de haber cosechado el cariño de los pamploneses, uno que sin duda han ganado después de tantos años. El presidente de la Asociación de Amigos de La Pamplonesa, Xabier Martínez, señaló que en estos cien años la banda se ha sabido ganar un lugar en el corazón de los pamploneses.

“Sus conciertos, sus desfiles, su Riau-riau... Y hoy ese lugar se convierte también en un lugar físico, en esta plaza. Nadie como La Pamplonesa para unir a todos con su música, para llegar desde la humildad a ser los mejores. Gracias por haber dado forma a algo tan nuestro, sois la banda sonora de nuestras fiestas, del teatro Gayarre y de todo lo que os proponéis. Porque os habéis ganado los garbanzos con vuestro esfuerzo, y hoy desde vuestra plaza pido mayor reconocimiento de vuestro trabajo: creo que es de justicia hacerlo porque multiplicáis por diez todo lo que tocáis”, dijo, citando a los hermanos Cervantes, a los maestros Cerdá, López, Sorbet “y cientos de músicos, entre ellos Turrillas, al cual le disteis la oportunidad de sacar lo mejor de nuestras vidas, su música”.

también El silencio En nombre de toda la formación intervino su presidente, José Andrés Palacios, que agradeció el reconocimiento sin perder “el trabajo y la humildad” que siempre les ha caracterizado. “La música es sonido pero silencio, ese silencio que representa el trabajo de miles de horas, un trabajo anónimo y de esfuerzo no sólo en la calle sino también para preparar proyectos musicales impresionantes”, dijo, dando voz también al director artístico de la agrupación, Vicent Egea.

Él, que representa todo ese esfuerzo, explicó que ellos son “intérpretes de emociones, y vivimos de ellas. Para nosotros nuestro sueldo principal es el aplauso que recibimos día a día. De eso sí que podemos decir que somos una banda privilegiada, y ganamos por goleada a cualquier banda en cuanto al cariño y la emoción que recibimos”, valoró, agradeciendo el honor que supone este reconocimiento. “Ese cariño es difícil de conseguir en otros sitios y nosotros tenemos esa gran suerte, tenemos que cuidarlo, y es algo que genera mayor ilusión y mayor entrega, si cabe”, zanjó.