pamplona - Los dos comenzaron a producir alimentos ecológicos hace unos 20 años, cuando por aquí ni se hablaba del asunto ni los consumidores se interesaban lo más mínimo por unos productos más caros y que se asociaban a personas muy sensibilizadas. La perspectiva ha cambiado y aquellos ganaderos y agricultores que se lanzaron a explorar nuevos mercados pueden mirar al futuro con algo más de optimismo que otros.

Edorta Lezáun, de Lácar (Valle de Yerri) es viticultor; Patxi Antxorena, de Garralda, produce carne de vacuno y patatas con los certificados pertinentes. Ambos pertenecen al Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra (CPAEN-NNPEK), una entidad pública encargada del control y certificaciones, que además fomenta la comercialización de los productos ecológicos.

Con este objetivo de promocionar este sector, los dos acudieron ayer a la presentación de una iniciativa para poner en marcha un mercado mensual con productos ecológicos en la vieja estación de autobuses, donde expusieron algunas consideraciones sobre la actual situación del sector primario. "No creo que los grandes tractores que se han visto en las últimas manifestaciones sean la imagen representativa de los agricultores. Debemos saber adaptarnos y ofrecer productos de calidad que el consumidor sepa valorar. Esa es la salida, no las protestas", comentó Lezáun. En su caso, comenzó exportando vino ecológico a los países del norte de Europa cuando aquí no se demandaba tal producto, pero ahora la situación ha cambiado. Sobre si la supervivencia de la ganadería y la agricultura tradicionales están en juego en la actualidad, señaló una posibilidad para evitar que los precios acaben con los métodos tradicionales de producción de los alimentos en Navarra. "El modo rural se sostendría si los urbanitas compran productos de la tierra".

La sonrisa de Patxi Antxorena demostraba estar conforme con la afirmación del viticultor. En su caso, cría y cuida a 50 vacas madres, igual que lo hacían sus padres, en los pastos de la Aezkoa. También siembra hectárea y media de patata de semilla que posteriormente comercializa, tanto fresca como en formato chips. Es el único encargado de la explotación de Garralda y no le parece muy bien el sistema de ayudas de la PAC, que "al final benefician a las grandes explotaciones y se olvidan de los pequeños ganaderos".

Los dos creen que la agricultura ecológica se ha convertido en una de las herramientas indispensables para afrontar los nuevos retos, tanto en el tema del cambio climático, como en el despoblamiento o la soberanía alimentaria.

"Nos necesitamos" Se sienten orgullosos de ser los productores de los alimentos que la sociedad necesita -"nos necesitamos entre agricultores y consumidores", comentó Lezáun- y consideran importante disponer de un sitio donde vender directamente y concienciar a los consumidores de la importancia del consumo directo y de cercanía.