- Que una tienda tenga que cerrar cuando está a punto de cumplir los 50 da pena, pero que, además, sea uno de los comercios que marcaron la diferencia en Pamplona y que en los años 70 trajeron un soplo de aire fresco a la oferta comercial y educativa de la ciudad, es una tragedia. Kide, el establecimiento que revolucionó el mundo del juguete en la capital, cierra definitivamente. Lo hará a finales de este mes de junio, pero en los próximos días ya va a comenzar con las liquidaciones, algo a lo que Nekane y Ana Jiménez, las mujeres que han estado siempre detrás del mostrador de Kide -Nekane desde los orígenes-, "no estábamos acostumbradas". Porque Kide (compañero o colega en euskera, esa palabra que también hace alusión al juego como relación entre las personas) siempre fue un referente en Pamplona a la hora de adquirir un regalo diferente. Y clientela no les faltaba.

Kide abrió en 1972 de la mano de una cuadrilla de Pamplona vinculada, muchos de ellos, a San Fermín Ikastola, con nombres como Xabier Amatria, Javier Cunchillos, Javier Yaben, Karlos Garaikoetxea, Alberto Munárriz, Ayestarán, Etxebeste... "Buscaban una tienda donde se pudiera comprar, por ejemplo, el material de las ikastolas. Así echó a andar y estuvimos varios años, porque yo empecé con 15 de empleada, pero después nos vendieron la sociedad". Kide nació dedicada al material didáctico, dando al juguete una consideración que iba más allá de lo meramente lúdico. "El juguete como símbolo", lo describe Nekane Jiménez Azpilicueta, quien añade que "siempre hemos dado mucha importancia al juguete de madera, al juguete no sexista, al no belicista y a que, en definitiva, tuviesen un valor pedagógico". Y fue una revolución, porque Kide era entonces la única de Pamplona, "y quizá una de las pocas de todo el Estado", que se especializó en el juguete de madera y el juego educativo. Y todo el mundo acudía cuando buscaba un detalle original que se saliese de lo comercial, de la Nancy y el Exin Castillos de aquellos duros años 70.

En 1979, Nekane Jiménez y otros cuatro socios se hacen cargo de la empresa. Eran años en los que en Pamplona comenzaban nuevos movimientos educativos, como las escuelas infantiles municipales, con un modelo pedagógico totalmente pionero entonces. Y allí estaba Kide: "Yo todo lo he aprendido aquí. Y, aunque entre los socios había gente muy preparada, hicimos mucho trabajo de búsqueda, de materiales, de técnicas en el tema de manualidades...". Nekane Jiménez recuerda que fueron las primeras por estos pagos y que se convirtieron en "referencia para muchas otras tiendas". El primer comercio Kide estuvo ubicado en la calle Gorriti, donde disponían también de un almacén de venta de material escolar para colegios y escuelas infantiles de la ciudad. A principios de los 80, abrieron otro establecimiento en la plaza Obispo Irurita de San Juan, pero éste y el de Gorriti se cerraron en el año 2000, cuando se abrió la tienda actual, en la calle Tafalla, 33.

Resulta difícil pensar cómo en un momento en que tan de moda están los modelos pedagógicos alternativos, Kide tenga que cerrar. ¿Cuándo comenzó a notarse un cambio? Sus propietarias explican que hubo un momento "en que los colegios dejaron de hacer actividades manuales, allí se fue una parte del negocio". A ello se unió después el desarrollo de los Todo a cien, los bazares orientales y las grandes cadenas que venden de todo... "Nosotras siempre pensábamos que la tendencia nuestra era ir igulándonos a Europa en gasto de juguete dedicado al niño, pero está claro que aquí eso no va a ocurrir nunca ni de lejos".

Llegó la crisis de 2008 y en los últimos tiempos la venta on line ha puesto la puntilla: "Hay gente joven que se fía más de lo que les diga un influencer que del consejo de la dependienta". Y en este devenir "poco a poco la cosa se ha ido complicando más, la campaña de Navidades no fue lo que se esperaba, ahora llegó el Covid, y el otoño se plantea incierto no, lo siguiente". Y eso que ellas lo han intentado todo, y durante el confinamiento han hecho reparto a domicilio. "Pero llega un momento en el que con todo el dolor del mundo dices '¡hasta aquí!".

Kide siempre ha mantenido una misma filosofía de trabajo, poniendo el foco en el juguete como aprendizaje. "Que al niño le sirva, le estimule, tanto para el desarrollo físico como intelectual. No ese juguete que le das al crío porque está llorando y en diez minutos lo rompe y se ha olvidado, sino darle al juguete otro valor, que lo tiene, hecho de materiales duraderos y de calidad, y ecológicos". Y, sobre todo, el juguete no sexista, a pesar de que "en esta cuestión no hemos ido a mejor, hemos ido a peor. La sociedad tiene un problema, y ahora los fabricantes están volviendo a la serie azul y a la serie rosa, porque así se lo piden, e, incluso, desgraciadamente, la gente joven". Frente a esto, Nekane Jiménez lanza un mensaje: "Deberíamos preocuparnos de los juguetes de nuestros hijos. No hay que pensar en el juguete como algo trivial, porque por medio del juego le podemos hacer mucho bien al niño".

Cierran el 30 de junio, pero Ana Jiménez matiza que "es una fecha orientativa, porque no sabemos cómo va a ir el tema de la liquidación. Pondremos carteles y a ver qué pasa, porque todo esto es nuevo para nosotras, nunca hemos tenido que hacer liquidación, no nos ha hecho falta". Así lo atesoran generaciones y generaciones de clientes, a los que dan las gracias. "A muchos les asesoramos cuando eran padres y ahora, de abuelos, vienen a comprar a los nietos".

Porque lo dicen ellas mismas: "Creemos que jugando los niños aprenden a relacionarse, a contar, a imaginar, a reír, a correr... ¡E incluso a volar!". Así debería ser.

"En materia de juguete sexista, hemos ido a peor. La sociedad tiene un problema"

Kide (calle Tafalla, 33)