"Llegó el confinamiento y con él la imposibilidad de acercarse a la familia. Mi madre es viuda y, aunque no somos una familia de abrazos, el hecho de que estuviera prohibido el contacto creó en mí una angustia y una necesidad", recuerda la diseñadora y fotógrafa Arantxa Berruete Rodrigo. Encerrada en casa, Arantxa se puso a navegar por internet y dio con una imagen de una escultura de manos que le llevó a descubrir el Lifecasting y a crear, junto a su marido Antonio Chiorazzo, No me sueltes nunca LIFECASTING, "que viene a ser, quédate conmigo para siempre, y resume perfectamente nuestra intención: que cada persona pueda tener una escultura de un ser querido para siempre", resume.

El Lifecasting es el proceso de crear una copia tridimensional de una forma humana de cualquier parte del cuerpo mediante el uso de técnicas de moldeo. Las características principales son su alto nivel de realismo y precisión, ya que "capturamos detalles tan pequeños como huellas dactilares, pliegues y las diferentes líneas que definen la vida y la historia única de cada uno", explica. Este concepto es muy popular en el norte de Europa en países como Inglaterra, Bélgica u Holanda "y poco a poco está llegando a Navarra, una tierra en la que cuesta que entren las cosas nuevas, la novedad", opina.

No me sueltes nunca diseña esculturas que están destinadas a bebés, niños, adultos e incluso mascotas. La intención del proyecto es "resaltar los eventos personales y que la gente pueda detener el tiempo en sus manos", explica. Por ejemplo, capturan las huellas de unos novios el mismo día de su boda para que "cuando pase el tiempo vean la escultura y recuerden la fiesta de aquel día", señala. También pueden realizar "las manitas de tu bebé, para que aunque crezca tú puedas seguir cogiéndote de su manita. O juntamos a varias generaciones en una experiencia divertida y crear una escultura de esa unión. En definitiva, un recuerdo que se pueda tocar y que cobrará más valor emocional con forme vaya pasando el tiempo porque los bebés crecerán, los jóvenes se marcharán de casa y los abuelos nos dejarán", subraya.

Los primeros pasos

Antes de salir al mercado el 20 de diciembre, la pareja estuvo varios meses estudiando e investigando sobre el lifecasting, qué materiales y moldes emplear y haciendo muchos "prototipos, ensayos, para que una vez que empezáramos a fabricar de verdad, hiciéramos el menor número de errores posibles", confiesa.

Por ahora, les han encargado cuatro esculturas. "Detrás de cada una de ellas hay historias muy bonitas y emotivas", señala. Por ejemplo, la de una familia cuya hija vive en Madrid y realizaron una escultura "que simboliza la unión a pesar de la distancia" afirma. También destaca la escultura de unos "recién estrenados" abuelos que "cobijan entre sus manos los piececitos de su nieto", rememora. En este caso, los abuelos colocaron una placa con la siguiente frase: nació en medio de la tormenta para llenarlo todo de luz.

Ante todo, Ainhoa destaca que No me sueltes nunca es una experiencia familiar, pasar un día divertido, "ya que es el propio cliente a sumergir sus manos en la masa", finaliza.