“No era el típico niño que se pasaba toda la tarde jugando a lego: cogía el balón y me bajaba a la calle. Sin embargo, hace siete años, mi pareja, Erika, me regaló una furgoneta Volkswagen de lego. Me encantó montarla porque te abstraes de todo y al terminarla empecé con mis propias construcciones, como Bolsón Cerrado, una casa que aparece en El hobbit y El Señor de los Anillos”, relata Mikel Gómez, dueño, junto con su pareja Erika Ainaga, de la tienda y legoteca Discover brickslegoteca, que abrió sus puertas el 26 de noviembre.

Tras sus primeras construcciones, Mikel se inscribió en la Asociación de Lego España (ALE), donde conoció a más gente aficionada a este juego. “Empecé a construir más y a participar en exposiciones”, recuerda. En la Semana Santa de 2015, participaron en una exposición organizada por el Ayuntamiento de Pamplona en la sala gótica del Palacio de Condestable. En esa exposición, el Consistorio les propuso que enseñaran a construir legos en un taller a niños y niñas: “Nos comprometimos y vimos que mi parte de constructor junto a la educadora de Erika hacían el kit perfecto”, asegura. El resultado fue inmejorable: “Los niños salieron encantados. Había 40 plazas, cuando en esa época se hacían talleres de 15-20 personas como máximo, y se llenaron en media hora”, señala.

El éxito inicial les llevó a alquilar salas (Pasatiempos en San Juan, Tu Komodin en Ripagaina…) donde impartían talleres semanales: “Diseñábamos un cartel, la gente se apuntaba y les enseñábamos”, explica. Sin embargo, vieron que alquilar una sala semanalmente era “un desembolso importante” y por eso se pusieron a buscar un local fijo. Además, todo “el material, las piezas, los sets, las mini figuras, los accesorios… ocupan muchísimo. Estamos hablando de unos 250 sets sobre los que construir y entre 30.000-40.000 piezas. Necesitábamos un espacio fijo porque, al final, mi casa parecía el parque de legoland”, bromea. Buscaron y buscaron hasta que en septiembre de 2018 dieron con un local de 50 metros cuadrados en el Edificio IWER, donde siguieron con los talleres, tanto para niños como para adultos, y una pequeña tienda.

A pesar de que actualmente la tendencia es cerrar negocios en vez de abrirlos, los talleres adquirieron tanta fama que, “con todos los nervios del mundo”, se lanzaron a por un local más grande “y a pie de calle” y finalmente dieron con el de Ripagaina.

Para los más mayores

Además de una gran variedad de juguetes lego, Discover bricks ofrece una legoteca: “Al igual que la ludoteca es un espacio donde los niños y niñas se divierten con juegos, aquí con legos. Hacemos un juego de palabras”, aclara.

En la legoteca, los niños y niñas cuentan con hasta 20 temáticas distintas: Harry Potter, Star Wars, superhéroes de Marvel, monstruos, ninjago, piratas, dinosaurios, Disney Friends... “Construyen lo que les da la gana”, comenta. Los más pequeños pueden jugar desde las cuatro hasta las siete y media de la tarde de lunes a viernes. “La tienda cierra a las ocho de la tarde, pero media hora antes desinfectamos todo el material”, expone.

Discover bricks también imparte talleres escolares en el concejo de Artica, en Sarriguren, en el colegio público de Mendigoiti e incluso organizados por el Ayuntamiento de Pamplona: “El último que hicimos con ellos fue en navidades. Preparamos seis talleres distintos sobre mitología romana, griega, egipcia, maya, nórdica y vasca. Nos piden temáticas muy especiales y concretas, por ejemplo, para Semana Santa los mundos de Julio Verne, pero nosotros somos capaces de crearlas”, recalca.

Estos talleres no son exclusivos para los más pequeños: los lunes y viernes enseñan en la Casa de Misericordia. “Les sirve para mejorar su motricidad, pero también les transporta a su época de niñez”, explica. La acogida por parte de los residentes ha sido excelente y ejemplo de ello es que estas pasadas navidades, a pesar de que no disfrutaron del belén que les construía la Asociación de Belenistas, ellos mismos se propusieron hacer un belén con las figuras lego. “Ha sido espectacular cómo algunas personas continuaban con el belén fuera del horario del taller. Llegabas al viernes siguiente y decías ‘ahí va, cómo ha crecido esto’. Increíble”, finaliza.