- Las calles del II Ensanche de Iruña se encontraban ajenas al tinte de blanco y rojo que otros años inundaban cada rincón de la ciudad. Algunas compras, recados de última hora y una vuelta por Carlos III amenizaron una mañana gris en la que las nubes acechaban a los paseantes.

El Mercado del II Ensanche apenas recibió a lo largo de la mañana clientes. "No hemos notado mucha actividad. El día 5 sí que tuvimos un poco más de jaleo, pero hoy bastante tranquilos", expresó José Antonio Yerro Ochoa, dueño de la Carnicería Yerro. "La gente desde hace muchos años es previsora y hace los encargos antes del día del Chupinazo, y este año a pesar de las circunstancias no iba a ser distinto", añadió. "El día 6 es un día inhábil para vender, porque la gente anticipa sus compras y encargos. El año pasado decidimos no abrir, aún sin saber todo lo que iba a ocurrir, y este año se nos ocurrió levantar la persiana", destacó.

En la Carnicería Ederra, un año normal estarían preparando el almuerzo ya que "no suele venir mucha gente y a las 12 solemos estar solos en el mercado almorzando y riendo todos juntos", señaló Alberto Ederra, dueño del puesto. "En unas fiestas normales se trabaja poco en el mercado porque la gente tira más por la hostelería y pasa menos tiempo en casa", apuntó. "Estamos atendiendo más compras del día a día, aunque hay algún encargo más especial. Puede pasar por una jornada de un martes normal", explicó.

La ropa blanca no perdió su protagonismo en estos días de "no fiestas", aunque la mayoría tiraban de prendas de otros años. "He sacado un par de pantalones blancos por cumplir con la tradición, pero no me he comprado nada", señaló Marina Arano, vecina de Pamplona. En comercios como la Lanera Navarra también notaron el bajón de ventas respecto a otros años. "Un 6 de julio normal esto sería la locura máxima hasta las 12, no pararíamos de vender ropa blanca", destacó Beatriz Juan García, encargada de la tienda. "No hemos notado un incremento de las ventas. Sí que hemos vendido algún pantalón blanco a los más nostálgicos y hoy ha caído algún pañuelico, pero poco más", añadió.

Una de las paradas clave que no se pueden dejar escapar estas fechas, aunque el virus siga presente, es en el bar La Navarra de Pamplona. Uno de los pintxos de tortilla más aclamados y alabados por la gente de Navarra y todo el que se acerca. "La mañana está siendo más tranquila que un día normal, no hay mucho movimiento en comparación con otros días", explicó Viktoria Stavtseva, camarera del bar. "Es cierto que siempre se acerca gente y ahora se hace fila en la entrada por el tema del aforo. Han sido muchas las personas que han comprado bocadillos para llevar", agregó. "También se agradece una jornada tranquila, porque en un 6 de julio normal esto sería un no parar con mucho trabajo y atendiendo a muchísima gente"expresó.

"El día 6 es un día inhábil para vender, la gente hace las compras días antes"

Carnicería Yerro