l tradicional cohete que anuncia las fiestas más queridas de Iruña ha dado paso a los viales de vacunas que día sí y día también, siguen inmunizando contra la covid a los navarros y navarras que acuden al pabellón de la UPNA. Sin descanso, en unas fechas que deberían ser para el disfrute y en las que todo se quedó en papel mojado debido a la pandemia. "Hazlo con cariño, eh!", suplicaba una chica que recién había accedido a una zona de vacunación amenizada con clásicos sanfermineros como Ánimo pues o los mejores temas de La Pamplonesa.

El enfermero Arkaitz Nicolás se encargó de amenizar el pabellón con música sanferminera.

A pesar de que todo continúa a pleno rendimiento, ayer se notó una bajada en la afluencia de gente, probablemente causada por lo especial de la fecha. Así se lo comentó a este periódico el enfermero Íñigo Lázaro, que estos días está vacunando en la UPNA pero también suele ir por pueblos. El joven, que cubre su primer contrato al haber acabado recientemente la carrera, confirmó que "estos días estamos teniendo una afluencia de unas 3.000 personas, pero hoy tenemos 1.800, por lo que estamos más tranquilos". Agradeció que hubiesen puesto música, ya que "para un día que podemos celebrar algo con responsabilidad, que no perdamos el sentimiento".

Y es que unos puestos de vacunación más allá se encontraba el también enfermero Arkaitz Nikolas, poniendo el Riau Riau entre pinchazo y pinchazo. "Aunque no haya sanfermines, es un día oscuro, hay que darle un poco de alegría a esto", aclaró. Le ha tocado trabajar varios Sanfermines y comentó que nada tiene que ver, en lo relativo a su trabajo, la situación actual con otras: "Ya no hay mucha gente en la lista general de enfermería, se ha movilizado todo para la vacunación". Su pena hoy, más que la fiesta, es su hija de año y medio, que no podrá conocer todavía a los gigantes bailando por las calles de Pamplona.

El administrativo Alfredo González trabaja durante las fechas sanfermineras.

"La música me pone un poco melancólico, recordando lo que no hay", confesó Alfredo González, administrativo. Su labor es registrar a las personas que vienen para que luego sean vacunadas, y reconoció que "parece que sí que hay algo menos de gente". Para él, "es normal que después de año y medio de pandemia estemos todos cansados, pero eso no quita para que tengamos que ser responsables". Echa de menos el ambiente de la ciudad, pero señaló que "al menos hemos venido de blanco, para que parezca algo. Aquí seguimos vacunando antes, durante y después de sanfermines".

prudencia y más prudencia Algunos "con ganas de subir al centro" y otros pidiendo prudencia, bien vestidos de blanco y rojo o con ropa de calle como cualquier jornada normal, los ciudadanos que acudieron al pabellón de la Universidad Pública de Navarra fueron vacunados al ritmo habitual.

Una de ellas fue Rebeca Elizalde, que acudió a que se le administrara su segunda dosis, por casualidad un 6 de julio. "Lo más gracioso es que cuando miré la hora era a las 12. Me han puesto el chupinazo, ¡qué curioso!", contó. "No soy muy de fiesta", reconoció, por lo que un año normal probablemente estaría de vacaciones. Se quejó de que "en general habría que tener más cuidado. También creo que se ha abierto todo demasiado pronto sabiendo que venía el verano".

Rebeca Elizalde espera su turno para ser Vacunada.

En casa, con su marido y su padre, al aire libre y en tranquilidad tenía plan de comer María Urdánoz Zazón. Le tocaba cita para hoy, pero tuvo que llamar para adelantarla a ayer y así poder viajar con la pauta completa y no interferir en las vacaciones. Le dieron a elegir la hora, y "elegí a las 12 en punto. Chupinazo en vena". Para ella es "una forma de celebrarlo", ya que "no deja de ser motivo de alegría y celebración". "Me voy a acordar siempre", insistió mientras se colocaba bien el pañuelo con la figura de San Fermín. Urdánoz considera que "con un poco de cabeza se pueden hacer las cosas bien y disfrutar de las fiestas, aunque sea de otra forma".

María Urdánoz Zazón, contenta tras ser vacunada, espera el tiempo reglamentario para comprobar que no le hace ninguna reacción.

Johan Cruz, en cambio, acudió a por su vacuna nada más salir de trabajar, ya que ha encontrado empleo para el periodo sanferminero, por lo que no podrá salir. Hace una semana, cuando abrieron el plazo de vacunación a menores de 30, intentó coger cita, y aunque le fue difícil, al final lo consiguió. "Parece que he tenido suerte", comentó.

disfrutar lo que se pueda Sin embargo, no todo el mundo tenía intención de quedarse en casa, y menos los que cumplen años. Es el caso de Marta Ontoso, que un día 6 de julio, coincidiendo con su cumpleaños, recibió la segunda dosis y con ello, finalizó la pauta completa. Reconoció encontrarse "un poco triste por la situación, pero al menos tengo regalo de cumpleaños". "Ahora nos estaríamos poniendo el pañuelo", comentó, nostálgica. Cree que no todo el mundo tiene conciencia de que "esto se va a alargar mucho". Preguntada por sus planes, respondió que "quedaré para tomar algo, tranquilos, pero algo se hará dentro de lo que se pueda".

Y es que es una opinión muy generalizada: mientras se pueda hacer algo, se hará de forma responsable. Para Carlos Sesma, uniformado de arriba a abajo con la ropa blanca, pañuelico y faja, es una gran pena perderse la fiesta. "¡Menuda cara se me quedó cuando vi que me vacunaban un 6 de julio a las 12!", bromeó. Ayer se quedó sin almorzar, pero "cuando salga de aquí iremos por ahí, con tranquilidad. Habrá que disfrutar lo que se pueda", se conformó.

Muy animado pero también quedándose con las ganas habló con este periódico Carlos Rodríguez, que acudió a vacunarse directamente desde el almuerzo con su cuadrilla. "Dos huevos, jamón y chistorra combinado con la Pfizer...no se si lo podré aguantar", bromeó. Era su segunda dosis y se la ponía a las 12 porque le había tocado, no porque lo decidiese así. "Echo de menos estar donde deberíamos estar un día 6 y no vacunándonos aquí en un pabellón, pero que no pasa nada, que es para que podamos vivir otro día 6", zanjó tajante.

Carlos Sesma recibe su segunda dosis a las 12 del mediodía.

Con humor o resignación, a todos nos ha tocado o nos tocará pasar por el vacunódromo, y así, más pronto que tarde, poder disfrutar de un chupinazo como la ocasión lo merece.

"Estamos teniendo una afluencia de unas 3.000 personas al día, pero hoy son 1.800"

Enfermero

"Aquí seguimos vacunando antes, durante y después de sanfermines"

Administrativo

"Yo fui la que elegió vacunarme hoy a las 12 en punto. Me voy a acordar siempre"

Vacunada

"Echo de menos estar donde deberíamos estar un día 6 y no aquí"

Vacunado