Navarra Suma mantiene la idea de reparar la pasarela del Labrit sin esperar a lo que decidan los tribunales sobre los daños encontrados en la estructura, como le reclaman los socialistas, sus socios presupuestarios, que ya han hecho saber su postura contraria a que el Ayuntamiento de Pamplona tenga que adelantar el dinero del arreglo.

En medio de esta disputa -que se hizo visible durante la negociación del Presupuesto, cuando Esporrín obligó a Maya a retirar la partida destinada a la reparación- Navarra Suma ha dado otro paso hacia adelante por su cuenta.

Este lunes, la Junta de Gobierno Local ha aprobado la adjudicación del contrato para la redacción del proyecto de refuerzo estructural y acondicionamiento de la pasarela del Labrit. Tiene un coste de 36.800 euros y el plazo de ejecución es de 25 días.

El contrato ha sido adjudicado a la empresa Alonso Cobo Estudio de Ingeniería, la misma que el año pasado realizó la prueba de carga que no se hizo en su día y elaboró el estudio técnico del informe del Colegio de Ingenieros encargado por el Ayuntamiento de Pamplona para conocer el estado real de la estructura, cerrada desde 2016 por el desprendimiento de varias placas.

El estudio que confeccionó Alonso Cobo para el Ayuntamiento ya confirmaba punto por punto los graves defectos de construcción que habían aparecido en dos informes previos, pero a diferencia de los anteriores sí consideraba posible el arreglo.

Describía la pasarela como una estructura compleja que se comporta como un arco muy rebajado, ubicada en una zona donde el estrato resistente se sitúa a 4,15 metros de profundidad en el apoyo del Jito Alai y 10 metros en Media Luna, lo que obliga a una cimentación profunda, resuelta con micropilotes.

El modelo informático elaborado para simular el comportamiento de la pasarela detectó que el terreno permitía el desplazamiento de la cimentación, lo que según los responsables del proyecto era imposible que sucediera.

El análisis estructural detectó una alta sensibilidad de la estructura respecto de los movimientos de la cimentación y diversas carencias, siendo la más destacable la inestabilidad (pandeo) en el cordón superior de las vigas longitudinales en el centro del vano largo y chapas verticales entre cuadernas.

Además, el grado de deterioro de la pasarela es relevante con una corrosión generalizada en toda la estructura y muy importante en la zona inferior del nudo, ala superior del cordón inferior y zonas de apoyo. Asimismo, se detectaron numerosas soldaduras mal ejecutadas e incluso inexistentes.

Para la reparación, la ingeniería cántabra señaló en su informe la necesidad de actuar sobre los cimientos para impedir el movimiento horizontal de los estribos de la pasarela (puntos de apoyo de Jito Alai y Media Luna).

Medidas para el arreglo

Su propuesta prescribía una inyección de microcemento en el terreno u otras técnicas de fijación de cimentación, para limitar la alta sensibilidad de la estructura a ese movimiento concreto.

Por otro lado, y en relación a la estructura metálica, habrá que realizar correctamente las soldaduras e incluir los refuerzos metálicos que sean necesarios, tras medir el espesor útil de las chapas después de una hidrolimpieza del óxido.

Finalmente, respecto a la corrosión que presenta acero-corten con el que está realizada, el informe proponía mejorar el drenaje de la pasarela y retirar el actual pavimento y sus soportes para ejecutar uno nuevo que impermeabilice la chapa superior.

El informe de Alonso Cobo cifra el coste de las intervenciones necesarias para el arreglo en unos 380.000 euros (IVA no incluido).

Una vez que la Junta de Gobierno Local le ha adjudicado el contrato, deberá detallar en un proyecto los trabajos y el importe de los mismos. Según el Ayuntamiento, la adjudicataria mantiene la misma estructura y la estética actual de la pasarela, aunque propone consensuar el diseño con los redactores del proyecto original de la estructura.

El Ayuntamiento lo considera una actuación necesaria para volver a poner la pasarela en funcionamiento y abrirla al uso público.

En un comunicado remitido tras la Junta de Gobierno, afirma que la redacción de este proyecto, y la posterior ejecución de los trabajos permitirán su reapertura de acuerdo a los requerimientos de seguridad y a la normativa vigente.

Las intenciones de Navarra Suma se pueden ver frustradas por las reticencias de los grupos de la oposición y por las dudas que siguen generando los daños de la estructura, cuyo alcance podría disparar el coste de la reparación.

También quedan algunos interrogantes sobre el procedimiento, ya que el expediente municipal marcha en paralelo al que se sigue por la vía judicial.

El concejal delegado de Proyectos Estratégicos Fermín Alonso ha reiterado este lunes que la intención del Ayuntamiento es reabrir la pasarela, aunque ha evitado aclarar qué sucederá cuando la ingeniería concluya el proyecto y el Ayuntamiento tenga que licitar la obra de reparación.