Que la edad es solo un número y no una limitación lo saben y asumen a la perfección las vecinas de Lodosa que están a punto de concluir la jubiloteca en la que han participado de forma activa durante todo el curso, casi 9 meses. De la mano de la monitora de Alcanadre (La Rioja) Paula Tejada, animadora sociocultural con formación en tercera edad y psicomotricidad para la tercera edad entre otras cuestiones, un grupo de una treintena de lodosanas (y un par de lodosanos) de entre 70 y 90 años se han mantenido activas tanto física como psíquicamente.

La gran afluencia, cuenta Tejada, hizo que tuviese que hacer dos grupos que, desde octubre (y hasta este jueves) han estado acudiendo a la sala de exposiciones de la casa de cultura los martes y jueves, de 16.00 a 18.00 horas, por un lado, y de 18.00 a 20.00 horas, por el otro lado, para participar en las diversas actividades.

Sesión dividida en dos

La sesión, explica Paula, la divide en dos partes. Para empezar, y durante cerca de una hora, se centra en la psicomotricidad y el movimiento; hacen un pequeño calentamiento y luego ejercicios con raquetas, globos, pelotas o bandas elásticas con el objetivo de mejorar o mantener la actividad física. “Buscamos trabajar el cuerpo, la coordinación, la fuerza, el equilibrio y el ritmo”, insiste Paula que desvela que durante la segunda hora potencia la estimulación cognitiva; “nos centramos en la atención, la memoria, el lenguaje, el cálculo, la orientación, etc. Hacemos muchos ejercicios orales pero también escritos con los que fomentamos la imaginación y la creatividad”.

Del inicio de la jubiloteca a ahora, apunta, “se nota mucho su evolución. Yo no sé si ellas lo verán en el día a día, pero con el paso de los meses están mucho más ágiles y pillan todo mucho más rápido”.

Los más importante, eso sí, “es divertirnos e intento hacer todo con sentido del humor y mediante juegos; que se lo pasen bien, que disfruten y que se vayan con la sensación de que han trabajado, pero divirtiéndose. Por este motivo busco que sean actividades cien por cien prácticas; que recapaciten, que piensen y que vean para qué les sirve lo que hacen. Hemos generado muy, muy buen rollo, y la verdad es que me encanta trabajar con ellas, y ellos, y me aportan muchísimo más de lo que puede parecer. Cuando acabo las sesiones me voy a casa súper satisfecha”.

Para Paula, el hecho de que un municipio apueste por estos proyectos “es súper importante porque promueves un envejecimiento activo y favoreces hábitos de vida saludables; es un espacio de integración y de comunicación en el que se fomentan la relaciones entre personas. Es una actividad muy necesaria porque cada vez hay más personas mayores y es vital cuidarlas, son las grandes olvidadas, y hay que hacer cosas a su medida y que estén pensadas para ellas”.

Las participantes, "encantadas"

De este parecer y encantadas con la iniciativa están Trinidad Miranda, de 74 años, Gloria Marín, también de 74 años, y Angelines Sanz, de 76 años, todas ellas lodosanas que han participado este curso en la jubiloteca. Con ganas también de parar y disfrutar del verano con el objetivo de volver con más fuerzas si cabe, explica Trinidad que ella ya había estado en alguna otra edición y que se animó “por probar a ver qué era esto, sin saber muy bien dónde me metía. Desde entonces, la verdad, no he fallado ni una sola vez y espero no hacerlo”.

Por su parte, Angelines cuenta que para ella es una manera “de no estar sola, de salir de casa, y de socializar. La verdad es que he venido este curso por primera vez y hay muy buen ambiente y ha sido una gran experiencia”.

Al principio, apuntan estas vecinas, la jubiloteca era solo un trimestre, de octubre a diciembre, y fueron ellas mismas las que solicitaron que esta vez fuera un curso entero. “Ha sido mucho mejor, con nuestra edad no nos podemos dejar, y no se nos ha hecho largo, al contrario, ha sido muy entretenido”.

Todas ellas coinciden en que las sesiones “te dan mucha energía. Además del rato en el que nos movemos y hacemos ejercicio para mantenernos en forma, la segunda hora es estupenda; nos hace pensar muchísimo y, en lugar de frustrarnos si no nos sale algo, nos ayudamos, nos concentramos, y lo hacemos”.

La monitora, cuentan guiñándole el ojo a lo lejos, “es un encanto y tiene muchísima paciencia, nos anima y nos divertimos mucho. Nos ha hecho cantar, nos hemos disfrazado y hemos jugado a adivinar películas. Apenas repite las actividades, siempre hacemos cosas nuevas, y eso es muy divertido”, ríen recordándolo.

Aunque cansadas tras el esfuerzo semanal, reiteran, “parece mentira, y suena hasta contradictorio decir que nos vamos a casa más ligeras que cuando venimos, pero es así”.

“A mí me viene de primera de bien venir. De hecho, el día que tengo jubiloteca descanso y no voy a andar para llegar con las fuerzas intactas”, explica Gloria.

Estas participantes, que animan a todos los lodosanos y lodosanas a apuntarse, finalizan reconociendo que “es muy importante que haya este tipo de actividades, para nosotras es una forma de salir, de hacer ejercicio; son clases que están adaptadas a nuestras necesidades, y eso es muy importante”.