uharte arakil - Son ya 52 años desde que la sociedad Aralar Mendi de Uharte Arakil decidió organizar el primer Artzai eguna, en un principio un concurso de habilidad de perros que con el tiempo ha ido incorporando nuevos concursos siempre con una misma filosofía, poner en valor el trabajo de los pastores y las pastoras, en femenino. Y es que las mujeres son parte fundamental en el sector, antes y ahora. Por ello, en esta edición se ha querido dar voz a las mujeres pastoras, trabajadoras incansables en un sinfín de tareas, tanto en el manejo del ganado y como en la elaboración del queso pero muchas veces en segundo plano, casi invisibles.

Con el fin de visibilizar esta labor, la sociedad Aralar Mendi organizó el pasado 25 de julio unas jornadas sobre la mujer en el pastoreo que reunió a siete pastoras: Arantxa Borreguero Molero, de Uharte Arakil; Marta Pérez de Albéniz Ruiz, de Aranarache; Maixabel Balda Mercero, de Unanu; Miren Huarte Martiarena, de Uharte Arakil; Cristina Ruiz de Larramendi Ruiz, de Eulate; Marta Pérez Loperena, de Egozkue, y Naiara Calderón Ayestarán, de Ihabar; las mismas que fueron homenajeadas ayer en representación de todas las pastoras.

Son siete historias diferentes pero que comparten muchas vivencias en un oficio duro pero que tiene muchas satisfacciones, como destacaban estas mujeres. Algunas llegaron por tradición familiar, como era el caso de Isabel Balda, Marta Pérez de Albéniz y Marta Pérez Loperena, pero como destacaban, fue una decisión consciente. “Hace cuatro años trabajaba en una empresa y cuando fallecieron mi padre y mi tío, decidí coger el relevo y seguir con la tradición familiar”, apuntaba esta última. Madre de dos hijos, señalaba que la conciliación familiar no siempre es fácil pero destacaba que “este trabajo te da la oportunidad de organizarse de otra manera”. En su caso, el reparto de tareas es total, dentro y fuera del hogar. Y es que su marido también trabaja en la explotación cuya titularidad es de esta pastora. Según un estudio realizado por INTIA el pasado año, del total de personas físicas titulares de explotaciones, el 83% de 219, 182 en total, un 28,6% son mujeres

Con 57 años, Maixabel Balda era la más veterana, por edad y oficio, casi cuatro décadas como pastora. “Comencé porque mi padre tuvo una lumbagia por Navidad. Había mucho trabajo por los partos. Nadie me dijo nada. Volví a casa y aquí sigo”, apuntó. En la actualidad trabaja con su hermano, al igual que Marta Pérez de Albeniz. “Es bonito que se nos reconozca y que se vea a la mujer en el mundo rural, aunque siempre ha estado ahí, ha sacado adelante las explotaciones” señaló esta pastora, también madre de dos hijos.

Otras comenzaron en el oficio por amor. Era el caso de Arantxa Borreguero y Cristina Ruiz de Larramendi, que se casaron con pastores. “Yo trabajaba fuera y le ayudaba a mi marido, hasta que decidí quedarme”, observó Ruiz de Larramendi. Desde entonces han pasado 18 años.

Estas pastoras también destacaban la importancia de que se reconozca al sector en general. “La sociedad tiene que ver que el pastoreo y la ganadería en general es fundamental para el medio ambiente y para que haya vida en los pueblos”, destacaron.