a Patxi Aldasoro le tocó el gordo el día antes del sorteo, según aseguraba ayer este carnicero de Olazti. Y es que Pako harategia ganó el sábado en San Sebastián el premio del XXIV Concurso de txistorra de Euskal Herria, dentro de la feria de Santo Tomás. Era la cuarta txapela de esta carnicería de Olazti en este prestigioso concurso, la segunda desde que Patxi Aldasoro tomó el relevo a su padre, Pako Aldasoro, en el negocio. "La primera vez me dijo que ya no se podía fallar y tener un día malo. El cliente viene a comprar la mejor txistorra", recordaba Patxi Aldasoro. Era el mismo consejo que le había dado años atrás su abuelo a su padre.

Lo cierto es que el oficio le viene de familia, la tercera generación de una saga que comenzó en 1956 en Altsasu cuando Eugenio Aldasoro y Catalina Sarasua abrieron una carnicería junto a la antigua N-1, una historia que finalizó este pasado mayo después de más de 60 años por la jubilación de sus tíos Juanjo Aldasoro y Jose Galán.

Su padre, el mayor de los hermanos, junto con su madre, Mentxu Guajardo, se instalaron en Olazti en 1974, un negocio que ha heredado su hijo pero en el que ha realizado importantes mejoras, sobre todo hace cuatro años para obtener el registro sanitario a nivel europeo. "Tomé la decisión en su día de continuar, con nuevos retos y aquí seguimos, manteniendo el nivel de la familia e intentando mejorar", observa Patxi Aldasoro, al tiempo que destaca que el premio ha sido "un subidón". Al respecto recuerda que la sorpresa fue grande después de que su padre pensara que una de las txistorras descartadas era la suya. "Cuando dijeron que habíamos ganado ni se lo creía", observa. Y es que ganar en Santo Tomas en la capital donostiarra son palabras mayores, una fiesta que huele a txistorra. Se presentaron una veintena de productores.

Así, padre e hijo empatan en txapelas. El primero las consiguió en 2001 y 2006 mientras que Patxi Aldasoro consiguió la primera en 2016, una competición sana de la que estas los dos muy orgullosos, sobre todo el padre con la satisfacción de haber dejado en negocio en buenas manos.

MÁS PREMIOS Este año que está a punto de acabar ha sido redondo, tercer puesto en el concurso de Navarra y segundo en el de chorizo cocido de Euskal Herria en Azpeitia. "Nuestro objetivo es seguir haciendo las cosas bien. Y la mejor prueba de ello es que la clientela responde", señala. Por ello, dedica el premio al pueblo de Olazti. "Los vecinos y vecinas son el jurado todos los días. No hay mejor reconocimiento", asegura.

No obstante, reconoce que los premios son el mejor escaparate, un anuncio que llega a mucha gente y siempre se nota en la carnicería, con clientes de diferentes puntos del Estado que acuden por la fama de su txistorra, la mayoría de los cuales repiten. El secreto, buena materia prima y una receta que ha pasado de generación en generación con pequeños cambios. Y es que ahora los gustos han cambiado y se prefiere la carne más picada, con menos grasa y también con menos sal.