- Trabajadores de la brigada de obras del Ayuntamiento de Altsasu talaron ayer el nogal de la plaza, un retoño del viejo nogal que se plantó a principios de los años 90 después de que el viejo árbol abandonara el lugar en el que había permanecido durante siglos, más de 300 años según algunos expertos. Y es que las fuertes rachas de viento de la noche del martes al miércoles dañaron gravemente y de forma irreversible la raíz principal del árbol, según señala el alcalde, Javier Ollo. "Los nogales presentan una raíz principal pivotante y un sistema secundario de raíces someras aunque puedan ser robustas", explica. "En este caso, la fuerza del viento, debido al porte del nogal, ha provocado la rotura total de esta raíz pivotante".

Lo cierto es que se llegó a esta conclusión después de que el tronco amaneciera torcido y movimientos oscilantes cuando se levantaba el viento. "Parece ser que las losas de piedra del empedrado de la plaza y también sus raíces secundarias superficiales han evitado la caída total del nogal", observa Ollo. No obstante, dado el valor sentimental de este árbol, se estudiaron diferentes para no tener que derribarlo. Al respecto, el alcalde recuerda que se solicitó una segunda opinión a una empresa especializada, la cual confirmó la conclusión inicial. "En el informe que ha realizado se dice que la caída del árbol podría ser inminente, instando al Ayuntamiento a que de forma urgente lo derribe antes de que pueda provocar daños materiales o personales", destaca. Así, habida cuenta de que es un lugar transitado y de disfrute de numerosas personas, se consideró que no había que alargar la situación. "Se estudiará la plantación de un nuevo nogal en la plaza así como la mejor ubicación para ello", avanza Ollo.

La salida de este nogal fue muy diferente a la de su antecesor, que se despidió hace 29 años, en 1991, entre aplausos y alguna lágrima en olor de multitudes después de un zortziko y un aurresku. Y es que formaba y sigue formando parte de la memora de generaciones de altsasuarras. para las que el nogal era punto de encuentro de fiestas y tradiciones. Pero sigue vivo en forma de escultura. Y es que con su madera el escultor José Ulibarrena realizó una obra, que preside otro lado de la plaza desde 1994.