Con el fin de visibilizar que Sakana es un lugar de acogida para las personas refugiadas y migrantes y al mismo tiempo sensibilizar a la ciudadanía sobre esta realidad, el servicio Anitzartean de la Mancomunidad junto con Sakana Harrera Harana y la compañía teatral Tarima Beltza con la ayuda de Help-Na, Zaporeak y el Gobierno de Navarra han llevado a cabo en Altsasu una quincena solidaria que finalizó este sábado a cubierto. Y es que la meteorología no acompañó y hubo que trasladar el programa al interior de Iortia, donde se habilitaron espacios para reflexionar en torno a diferentes cuestiones.

Era el caso de los rumores, comentarios que se oyen, a menudo sin ninguna base, pero que hacen mucho daño a la convivencia. Así, había que romper una papeleta con un rumor y a cambio se recibía una flor. Por otro lado, Help-Na, asociación de bomberos y voluntarios de Navarra, instalaron en un rincón una tienda de campaña, desde la cual acercaron la realidad de las personas refugiadas, al igual que Zaporeak, ONG que les ofrece una comida digna.

“Hoy en Grecia puede haber más de 50.000 personas que están sufriendo esa parada de Europa para poder seguir su camino. Son personas que huyen de guerras y situación difíciles y lo que quieren es una vida mejor”, apuntó Javier Ruiz, voluntario de Zaporeak. Asimismo, destacó que la pandemia ha agravado una situación que ya era difícil. “Ha sido la excusa perfecta para que el Gobierno griego les quite los pocos derechos que tenían. Les tienen encerrados en los campos”, contaba. Por ello, además de repartir 2.000 comidas al día entre las personas más vulnerables, esta ONG realiza un reparto mensual de comida en seco y otro semanal de leche y fruta.

Por otro lado, se pudo ver la exposición En lo más ancho del estrecho, 25 años, 25 historias, una recopilación de fotografías y textos de Fernando García Arévalo. Además, alumnado del IES Altsasu invitaron a jugar con el trivial que han realizado en torno a esta temática y también se pudo conocer de primera mano la experiencia de una persona migrante y dos refugiadas.

En esta mañana especial no faltó el humor. Y es que Pantxika Lamour ofreció una peculiar mirada a los Derechos Humanos buscando la interacción el público. El broche lo pusieron Oihuarima con una coreografía de la canción Errefuxiatuena de Izaro.

La programación continuó por la tarde con la compañía Tarima Beltza, que puso en escena la obra A la deriva una obra que muestra retazos de las vidas de personas que huyen de la pobreza o las guerras, y de un largo camino lleno de penalidades, incluso la muerte, para llegar a un nuevo mundo que a menudo les rechaza. La recaudación fue para Zaporeak.