Con las primeras tonalidades otoñales asomándose en el paisaje, la vida se multiplicaba ayer en Ezcároz en la 17 ª edición de su "Larrazkeneko Bilketa, la Fiesta de Otoño", organizada por la asociación Bilgua con la colaboración de todo el pueblo que arrima el hombro y da sabor a la jornada con los productos de temporada y sus recetas tradicionales.

Fueron cinco horas de intensa actividad en la que la plaza cogió los aromas del otoño tras una marcha micológica dirigida por Javier Gómez y Víctor Huete, profesionales de la micología, con almuerzo en una borda, explicación de los ejemplares recolectados y posterior exposición a su regreso, aunque de menor variedad y cantidad que otros años. "Hace tiempo empezaba a nevar antes en las zonas de montaña y ahora, llueve tarde, todo se retrasa y hace demasiado calor para la seta", comentaba Javier Gómez.

EDUCATIVA Sin embargo, fue igual de divertida para las 50 personas que participaron por grupos. Entre ellos se encontraban Josep Molina, de Barcelona, su hija Anna y su compañera, Catia Pedrosa, vecinas de Isaba. Para los tres era su primera marcha en Ezcároz. No conocían la fiesta. "Ha sido muy educativa para diferenciar las variedades y también como concienciación del peligro que puede entrañar su desconocimiento. "Los expertos nos han dejado claro que, ante la duda, nunca debemos comerlas", apuntaba n. En el grupo tampoco pasaba desapercibido el cambio climático. "Es evidente. El monte está seco, no hay humedad. Pero estos pueblos son maravillosos y esta fiesta tiene un verdadero valor de producto de proximidad", expresaba el catalán.

DELICIA AL PALADAR El plato estelar de la fiesta, previa clase de cocina pública, fue la tapa del cocinero y vecino de Ezcároz, Gorka Aginaga ayudado por Ana Hualde y María Ángeles Samper: papada ibérica ahumada con sarmientos a baja temperatura con alcachofas, salsa de trufa y hongos confitados, miel de Roncal y escamas de jamón y sésamo blanco y negro. Un lujo al alcance de todos. "Es una apuesta muy bonita . Esto para mí no es trabajo, lo hago con mucho cariño porque es una fiesta especial para el pueblo y todo el pueblo aporta y lo hace posible", subrayaba Aginaga. Y como de sabores de otoño iba la mañana, a su lado, otro cocinero profesional , en este caso jubilado, Miguel Ozcoidi, cocinaba 5 kilos de arroz de verduras . "La pena es que no hay setas, pero lo importante es participar. Si es buen año, hay buen condimento y si no, apañamos lo que sea", decía. Y como broche final de los sabores, no podían faltar las tradicionales migas. Solos y otros en cuadrilla, la docena de participantes extendían sus calderos en la plaza en el XVI Concurso de Migas de Pastor. Andres Hualde y Juan José Narvaiz, María Mancho, Luis Mari Narvaiz cocinaban los ingredientes: pan, tocino, ajo y agua, según lo aprendieron en sus casas. "Lo hacemos por participar", coincidían. El primer premio fue para la cuadrilla de Daniel Narvaiz y Pablo Mikeleiz. "Las mejores trabajadas, finas, de textura más suelta y sabor tradicional", argumentó el jurado. Pero ayer todo no fue comer en Ezcároz. El Cross de Montaña volvió con 58 participantes a la fiesta que tiene como eje el hongo, comienza con deporte y acaba con un concierto musical y el mejor sabor de boca de Bilgua.