tudela - La localidad ribera de Villafranca tiene, desde la semana pasada, 60.250 metros cuadrados más de superficie en su término municipal una vez que el Gobierno de Navarra diera el sí definitivo la semana pasada a una medida que se adoptó ya, de forma extraoficial, en el año 1981. Detrás de estas variaciones en la superficie que separa Villafranca y Funes, se encuentran los cambios que el río Aragón experimentó en sus meandros a lo largo de décadas, por la continua erosión y riadas, y dado que su cauce hacía de frontera natural entre ambas localidades se hizo necesario adecuar los límites a la geografía actual.

Más allá de los cambios en las fronteras entre municipios, esta recolocación de las mugas pone en evidencia los cambios geográficos que se producen y sus consecuencias en la gestión diaria del territorio.

el origen Este terreno ganado para los villafranqueses es el balance que queda tras el acuerdo e intercambio de tierras que Funes y Villafranca, que comparten muga en el río Aragón, realizaron hace 38 años (1981) y que se refrendó en el año 2002 con el trazado de la frontera entre ambas que diseñó la Sección de Comunales del Ejecutivo Foral. Por último, los plenos municipales de ambas localidades dieron el visto bueno a principios del año 2018.

Para encontrar el origen del cambio de las fronteras hay que retroceder hasta los años 1929 y 1945. Tal y como señala el documento Alteración de los términos municipales de Funes y Villafranca en el ámbito del soto de Las Contiendas, elaborado por el Ejecutivo Foral, las alteraciones cartográficas en los límites entre las poblaciones de Funes, Falces, Marcilla, Peralta y Villafranca se hacían evidentes desde hacía décadas. La mejora en la tecnología ha permitido cerrar un problema abierto desde hace décadas y que no se acababa de cerrar.

Según el informe del geógrafo del Gobierno de Navarra, el origen de la alteración viene provocado por el “extraordinario movimiento que experimentó el cauce del Río Aragón entre los años 1929 y 1945”. Durante este periodo de más de 15 años, indica el técnico, “el río literalmente barre la línea y mojones de las demarcaciones de estos municipios, en una traslación hacia el SO del meandro que contorneaba el paraje Contiendas. En las sucesivas fotografías aéreas de 1956 a 1966/1971, se siguen observando movimiento menores del río, “que parece ya estabilizarse desde mediados de los 60 hasta la actualidad”.

Como consecuencia de estos movimientos del río, el informe asegura que “se produjo un impacto muy sensible en la estructura de usos y aprovechamientos del suelo que disfrutaban los municipios y que estaba implícita en la demarcación vigente desde 1926. Así, la práctica totalidad del soto en jurisdicción de Villafranca desapareció ocupado por el nuevo curso del río, al igual que una porción del soto de Marcilla en el entorno del mojón de tres términos; también es ocupada por el río una gran superficie de las parcelas de regadío de Funes en la margen derecha”.

Al inicio de la década de los 80, ambos ayuntamientos se reunieron y aquellos acuerdo de entonces quedaron reflejados en lo que se denominó Acta de Amojonamiento de 14 de Noviembre de 1981, firmada por representantes de los recién elegidos Consistorios democráticos de Funes y de Villafranca, asistidos por un representante de la Dirección de Montes de la Diputación Foral de Navarra.

El 18 de marzo de 2002 los Ayuntamientos de Funes y de Villafranca ratificaron aquel acta de 1981 mediante un nuevo levantamiento realizado por la Sección de Comunales, que es el que configura la línea límite catastral en sus actuales términos.

sin afecciones económicas De esta forma, después de casi 40 años desde que se comenzara a pensar en el cambio de los mojones, vistos los cambios en la geografía por la evolución del cauce y meandros del río Aragón, “la alteración de términos municipales resulta consecuencia lógica de la transformación territorial descrita, que justifica una nueva demarcación para restituir los recursos que disfrutaba cada pueblo con anterioridad al desplazamiento del cauce del Río Aragón”.

Desde el Ejecutivo foral se asegura, en el documento ratificado por los diversos plenos municipales, que el efecto en la solvencia económica de los Ayuntamientos afectados es “nulo”. De hecho, los municipios han venido gestionando y obteniendo recursos del territorio con arreglo a la demarcación que ahora se plantea, al menos desde 1981.

De igual forma, aseguran que “no existe un impacto en la organización y gestión de los servicios municipales. En conclusión -termina el documento elaborado por el geógrafo-, se considera que la alteración no afecta a la solvencia de los Ayuntamientos afectados”.

Pese a todo, la consecuencia final, del hecho de que la frontera sea un elemento vivo y que marca la muga, es que la localidad de Funes recibe en este intercambio 7.330 metros cuadrados, que dejan de ser de Villafranca, pero, por otra parte, pierde 67.580 metros cuadrados que pasan a pertenecer a la localidad ribera. El balance es que Villafranca pasa a tener 60.250 metros cuadrados más en su término municipal, mientras que Funes pierde esa misma cantidad.