- El Ayuntamiento de Tudela usó el cambio en la normativa para vivir su primer pleno virtual sin presencia física en la propia Casa Consistorial, más allá del secretario y del alcalde, que estaba cada uno en sus despachos. El resto de los concejales, al igual que los periodistas, cambiaron el salón de plenos por el cuarto de estudio del hijo, el cuarto de estar o un rincón de la cocina cerca de la calefacción. La capital ribera, forzada por la situación, se ha visto forzada a entrar en el siglo XXI de sopetón y si hace dos años ni siquiera se retransmitían los plenos, ahora se ha pasado a un pleno virtual en el que las caras de los concejales aparecen en una especie de colmena en la pantalla del ordenador para gestionar, obligados por la pandemia, el destino de los tudelanos.

El Consistorio usó el artículo 47 del Reglamento, que prevé que el pleno celebre sus sesiones fuera de la Casa Consistorial en caso de “fuerza mayor”. Además el Ministerio ya había señalado que se autorizaba “las sesiones de los órganos representativos de gobierno mediante sistemas tecnológicos de videoconferencia o similares que garanticen la seguridad tecnológica”. Para ello se había entregado una clave a los 21 ediles y a los periodistas para que ayer a las 9.30 se conectaran a través de la aplicación hangouts.

Previamente se había realizado algún ensayo entre los ediles, para tener prueba de sonido, pero la realidad siempre supera la ficción y todo salió en general bien, salvo que el secretario, que debía levantar acta, no podía grabar bien el sonido ni escuchar bien las intervenciones. “Debe ser el wifi del Ayuntamiento”, decía desde su despacho, “pues yo estoy también en el Ayuntamiento y lo oigo perfectamente”, respondía Toquero.

En lo que respecta a los temas tratados destaca la aprobación definitiva de la plantilla orgánica, con los únicos votos favorables de Navarra Suma y los contrarios de I-E y PSN. De nuevo el caballo de batalla fuera la creación del puesto de jefe de gabinete y la subida de sueldo a la secretario del Ayuntamiento, en ambos casos sin aclarar sus funciones. Los dos partidos de la oposición criticaron la medida dado que el jefe de gabinete supone un gasto de 49.415 euros y la secretaria pasa de cobrar 28.190 euros en la anterior legislatura a 35.107 euros, sin que se sepa en base a qué. Además desde I-E se pidió a Navarra Suma que la secretaria de alcaldía “deje de hacer política en redes sociales con sus comentarios durante sus horas de trabajo que pagamos todos”, a lo que Navarra Suma contestó señalando que “no podemos entrar en la libertad de opinión de los trabajadores municipales”. I-E recordó que su petición era para que lo haga “fuera de su horario laboral”.