- Por primera vez desde el año 1958, los tudelanos no acudieron a la plaza de Los Fueros para presenciar la ceremonia de la Bajada del Ángel. Sin embargo, de cientos de balcones de la capital ribera partieron otro tipo de ángeles, muñecos, osos de peluche o incluso fregonas en recreaciones que se celebraron casi en cada calle de Tudela y que poblaron las redes sociales. Igualmente, los bocadillos de chistorra se multiplicaron en las familias como recuerdo a las comidas familiares y de cuadrillas en los huertos y en el campo, tan tradicionales en este día.

Además hubo un especial recuerdo para Aimar Sánchez, el niño de 8 años que iba a ser protagonista este año de la ceremonia y que se ha quedado sin hacerlo, con la esperanza de poderlo realizar el año que viene.

“Nos sentimos un poco raros. No podemos mentir. Con la sensación de que teníamos que haber hecho muchas cosas que haces cada año y que ves que te faltan. Pero como la situación es la que es, no se debe dramatizar”. Así se expresaba el sábado Miguel Ángel Vallejo, que junto con Ana María Arregui se encarga cada año de enseñar a los pequeños y pequeñas los pasos que hay que dar y cómo ejecutar la ceremonia. Además los eligen y son ellos también quienes les visten. El último ensayo que realizaron con él fue el 10 de marzo.

Ante la duda de si Aimar podrá realizarlo el año que viene o si el corsé le valdrá, Vallejo señala que “en realidad no se podría decir que repetiría en 2021, si no se hace antes, porque no se sabe qué pasará. El chico tiene una gran ilusión y habrá que ver las medidas. Desde 1991 (con Ignacio Zabalza) no ha repetido nadie pero no significa que no se pueda, sino que no se hacía porque había muchas peticiones. Es problema del corsé, pero creo que todo se podría solucionar porque le veía muy bien, nada justo. Habrá que verlo en el momento oportuno”.

Dice bien Vallejo, porque el alcalde volvió a recordar esta semana que “aún no se ha decidido si se retrasa la ceremonia o cancela definitivamente El Volatín y El Ángel”.

También en eso se apoya el propio Aimar. Su madre, Virginia Jiménez, señalaba que “lo que hacemos simplemente es mantenerle la ilusión de que o bien se va a aplazar, y lo va a poder hacer, o que no cambien mucho sus medidas y que lo pueda hacer el año que viene”. Sin embargo, los diferentes homenajes que le han ido haciendo han ido levantando su ánimo en los días previos al Domingo de Resurrección. Su último ensayo fue el 10 de marzo, pero Virginia recordó que “antes yo ya me lo temía. Le dije a mi compañera, ‘ya verás que este virus que está en Italia se acerca y nos va a jorobar el Ángel’. Y justo”. Ya desde ese momento le fueron diciendo cada día que “igual se suspende”, para que “no fuera de sopetón”.

También ayer Aimar tuvo la visita del alcalde, Alejandro Toquero, acompañado de representantes de la Guardia Civil, la Policía Nacional, Local y Foral, así como Cruz Roja y Protección Civil que haciendo sonar sus sirenas se presentaron en el portal del pequeño para entregarle un muñeco que habían confeccionado Eva Antón y Maite Blanco de la tienda El Duende del Hilo. El hecho fue muy comentado en redes y, en algunos casos, criticado, por el hecho de que las autoridades no mantuvieran la distancia que exigen a los ciudadanos de 1,5 ó 2 metros.

Además los Ángeles de los últimos 30 años, y la niña suplente del año que viene, realizaron un vídeo de homenaje a Aimar en el que, además de darle ánimos, le contaban cómo había sido su experiencia y, gracias a un montaje, aparecía realizando la ceremonia sobre la plaza de Los Fueros.