Con la intención de establecer líneas de trabajo conjunto, compartir estudios o investigaciones realizadas por Navarra, Aragón y el Estado y plantear nuevas propuestas como rutas culturas y naturales que unan ambas comunidades con las infraestructuras hidráulicas como hilo conductor, las tres administraciones han mantenido esta semana una reunión en El Bocal. Entre estas instalaciones claves para desarrollar políticas conjuntas de difusión de la cultura del agua se encuentran el Canal Imperial de Aragón y el Canal de Tauste. A la reunión asistieron la consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, y la presidenta de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), María Dolores Pascual, que buscaban "poner en común iniciativas de investigación, promoción y divulgación sobre el patrimonio cultural relacionado con el agua".

El Bocal, cuyo significado es "azud o presa que se levanta en un río con el fin de desviar su caudal", constituye el comienzo de un gran proyecto hidráulico, el Canal Imperial. Las obras de la primera presa, actualmente conocida como "presa vieja", comenzaron en 1528, por orden del emperador Carlos I (de ahí su nombre como "Imperial") de la mano de Gil Morlanes, arquitecto y escultor zaragozano. En esta época se construyó también el Palacio de Carlos V, antigua casa de compuertas de la Acequia Imperial. En 1770 se inició la construcción de una segunda presa, ya que la primera resultaba insuficiente para dar servicio a las necesidades de la época, bajo las órdenes de don Ramón Pignatelli. Fue el clérigo aragonés que consiguió sacar adelante todo el proyecto, concluyendo los 102 kilómetro que constituyen el Canal Imperial de Aragón, que riega 28.428 hectáreas.

El poblado de El Bocal data del último tercio del siglo XVIII e incluye todos los elementos para facilitar la tarea y la vida de sus habitantes como una posada junto al embarcadero para los viajeros (puesto que el canal era navegable), una escuela, herrería, lavadero, teatro o la preciosa iglesia neoclásica dedicada a San Carlos Borromeo. Además, el Palacio de Carlos V está rodeado de jardines, que incluyen el Laberinto Carlos, que supera los 1.700 m² y un roble de más de 30 metros de altura, probablemente plantado al inicio de las obras, por lo que tiene más de 500 años de antigüedad y fue testigo del nacimiento del Canal Imperial.

Junto con el Bocal, existen otros elementos arquitectónicos de interés, entre los que destacan almenaras, esclusas, puentes y en Zaragoza, en 1776 la Real Sociedad Económica de Amigos del País promovió la construcción de lo que sería el puerto de Casa Blanca. El complejo estaba formado por un puerto para el desembarco, varios batanes y molinos, una almenara de desagüe, dos esclusas, dos puentes, una fuente, una iglesia, caballerizas y la Casa de San Carlos, posada vulgarmente conocida en la época como la Casa Blanca. Además, en la zona se encuentra la famosa fuente de Los Incrédulos, monumento neoclásico. Cuando se abandonó como puerto se reconvirtió en una pequeña central hidroeléctrica en 1894 y la Casa Blanca pasó a ser lugar de esparcimiento, que permitía a los zaragozanos dar un agradable paseo entre arbolado desde las afueras hasta la Puerta del Carmen. La CHE ha reforzado esta zona con la creación, en el antiguo molino de Casa Blanca, del espacio "Hidro-Lógico" un lugar para la divulgación sobre el agua y su gestión.