El escepticismo, el cansancio y el hartazgo de los vecinos y vecinas del casco antiguo de Tudela va creciendo y aumentando conforme pasan los días y no ven en la nueva ordenanza del ruido (cuya aprobación inicial el pasado lunes pone en marcha los trámites para su entrada en vigor), una solución a su problema que, según indicaron, les está afectando psicológicamente. “No es tanto el interés de que haya una nueva ordenanza sino la disposición del Ayuntamiento en cumplirla. Ya había antes ordenanzas y no se cumplen”, señaló alguno de la quincena de vecinos que estuvieron presentes en el pleno del pasado lunes.

Desde I-E llamaron la atención sobre el hecho de que la propia Policía Local haya señalado de que hay algunos de los puntos que no se podrán hacer efectivos. Olga Risueño pidió formación para los agentes y que se incluya a peñas y asociaciones en el texto.

los vecinos La ordenanza fue aprobada de forma inicial con los únicos votos a favor de Navarra Suma (si bien faltaba Fernando Ferrer, por lo que el voto de calidad del alcalde fue definitivo), ya que las formaciones de la oposición, tanto Izquierda-Ezkerra como el PSN, anunciaron que votarían en contra porque era necesario hacerlo para presentar alegaciones posteriormente y así poder mejorar el texto, con el que los vecinos han mostrado numerosas discrepancias. Bien es cierto que el secretario señaló después que no era necesario esa votación contraria a la ordenanza para hacerlo.

Ese voto en contra indignó al edil de Urbanismo, Zeus Pérez, que lo vio como una afrenta personal y les acusó de haber cometido una “felonía” hacia su persona y alertó de que eso significaba “un antes y un después”, lo que daba a entender que no iba a volver a contar con la participación de la oposición, algo que negó después. “Han sido desleales a este gobierno y a mi, porque el texto estaba consensuado y en ningún momento dijeron nada en la comisión”, añadió

Las discusiones sobre las cuestiones políticas del tema, y las acusaciones de Pérez sobre el aprovechamiento político del problema, contrastaron con la indignación y preocupación de los vecinos y vecinas presentes en el pleno. “Es un problema gravísimo, los bares van a más y el Ayuntamiento no hace nada. Tendremos que usar los medio legales, porque ¿es eso lo que están buscando, una sentencia firme?”, señalaron al tiempo de que alertaron de que “vamos a seguir protestando. No nos representan ninguno de ustedes. Solo exigimos que se cumpla la ley, nada más”.

Uno de los vecinos leyó algunos de los artículos de la ordenanza de conductas cívicas ya existente, “no estará permitido hacer ruidos entre las 22.00 y las 8.00, ¿es esto de obligado cumplimiento? ¿y por qué no se cumple? Da igual que se haga una nueva ordenanza, ya hay instrumentos la cuestión es hacer cumplir la ley. ¿Me puede decir a cuántos bares se ha multado por no cumplirlas?”, señaló un vecino a lo que el alcalde le contestó asegurando que “lo que pasa es que hay un problema de convivencia”.

Además los vecinos recordaron que los bares no cumplen con la norma que señala que son los establecimientos quienes han de limpiar su parte de la calle, “la inmensa mayoría de los hosteleros cumplen con la limpieza”, contestó el alcalde.

Especialmente crítico fue el ex concejal de UPN Jesús Álava que negó las afirmaciones de Toquero de que se tratara de un problema de convivencia. “No nos metemos con nadie, el que provoca el problema de convivencia es el que incumple la ley por la inacción de este Ayuntamiento. La responsabilidad es suya, de los 21 concejales. Esta situación va a terminar muy mal. ¿Hasta cuando hay que esperar ahora para que entre en vigor la nueva ordenanza? Por que el jueves otra vez no dormiremos porque empezarán los bares. No me sirve que me digan que se va a seguir haciendo como antes o que cuando yo estaba en el Ayuntamiento no hicimos nada. Estuvo mal hecho, pero yo no era el alcalde y decía lo que el alcalde me decía, igual que ahora. Les exigimos que hagan lo que tienen que hacer”.

La aprobación inicial supone que a partir de ahora se abrirá un período para alegaciones, que examinará el Consistorio para incluirlas o no. Hasta la aprobación definitiva y su puesta en marcha pasarán varios meses.