La madrugada del 11 de noviembre nos sobresaltó con la triste noticia del fallecimiento de nuestro compañero y amigo Jesús, a la edad de 69 años. Una noticia que nos impactó profundamente ya que nadie de los que lo conocimos se la esperaba.

“Viviste como quisiste”; ese fue el epitafio que eligió su familia para la esquela; esas tres palabras muestran cuál fue su manera de ser y actuar.

Jesús Larrasoain, ex liberado y militante histórico de ELA desde muy joven, inició su actividad sindical en Altsasu cuando todavía resonaban los ecos del final de la dictadura. En 1982 asumió la dirección del sindicato en Tudela y posteriormente desempeñó diferentes responsabilidades que le llevaron a desarrollar su actividad en Iruña. Su carrera sindical finalizó en Tudela, donde se jubiló.

No era fácil asumir la responsabilidad del sindicato en la Ribera en aquella época. Pero con la determinación que le caracterizó, dio un paso al frente, y se embarcó en ello, siempre acompañado de una familia que le apoyó a lo largo de toda su trayectoria.

Pronto se integró y sintió como propia esta parte de nuestro país, la Ribera; se convirtió en un ribero más, y dedicó su energía a impulsar la Ikastola Argia, la Asociación de Amigos y Amigas de Olentzero, la Peña Beterri, etc... todo eso demuestra su compromiso inquebrantable con el euskera y la cultura vasca.

Fue un referente para el sindicalismo en la zona, un persona conciliadora, dialogante, disciplinada, amigo leal y respetuoso con sus adversarios. Sería muy difícil encontrarle un enemigo.

Permaneció siempre cercano a los que más sufren, y fue cómplice con los que luchan en busca de una Euskal Herria más justa, decente e igualitaria.

Hoy en día resulta imposible entender la expansión de ELA en la Ribera sin su esfuerzo, militancia y trabajo. Fueron años de sembrar la semilla del sindicalismo para que ELA arraigara con fuerza y vigor. Y todo ello, cómo no, con la ayuda permanente de su compañera de vida, Soraya.

Una vez que completó la misión de consolidar el sindicato en la Ribera, se hizo a un lado de forma elegante para que un equipo más joven tomara las riendas de la organización. La ingente labor de Jesús, y de las personas que se incorporaron después al sindicato, así como todos los hombres y mujeres que han militado en diferentes momentos, han contribuido a que ELA pueda decir con orgullo que en la Ribera, también, es un gran proyecto sindical y abertzale.

La asistencia masiva a la despedida de Jesús dejó en evidencia lo querido que fue nuestro compañero y amigo, y puso en valor su ejemplo de vida; Soraya, Jessica y Hegoitz, así como el resto de la familia recibieron el sentir y aprecio que le teníamos a Jesús.

Hasta siempre compañero, ez adiorik, beti arte!!

Goian Bego.

*En nombre de los compañeros y compañeras de ELA