Dice que cuando leyó la historia de La consagración de la primavera pensó que el personaje estaba escrito para él y que debía superar el casting. Meterse en la piel de David fue como mostrar una parte de su vida, aunque Fernando Franco, el director de la película, no le conociera. Cuando tenía dos años, Telmo Irureta sufrió una encefalopatía y desde entonces está en silla de ruedas. Conseguido el objetivo, Telmo ha descubierto un nuevo mundo en el que se habla de un tema que a él le ha interesado mucho, la sexualidad. Ha tenido como compañera de rodaje a Emma Suárez en el papel de su madre. Reconoce que hay muchos prejuicios a la hora de hablar de la intimidad de las personas discapacitadas y también a la hora de encarar su realidad. Sabe que en muchas miradas hay pena o compasión, algo que él no entiende. Es sobrino de la actriz Elena Irureta y cree que involuntariamente ella ha ejercido cierta influencia a la hora de que él eligiese ser actor. Declara haber tenido una infancia muy feliz con su familia y su entorno más próximo, aunque con los años tuvo que asumir las reacciones que provocaba en la gente nueva que se iba incorporando a su vida. Estudió Magisterio y Pedagogía, este año se ha matriculado en Psicología, es curioso y le gusta aprender. En estos momentos no hay nadie en su vida sentimental, pero espera que aparezca esa personal ideal a la que quiere dar todo el amor que lleva dentro. En noviembre estará en Santurtzi (Bizkaia) en el Festival de Teatro, con la obra Sexberdinak/Sexpiertos, compartieno escenario con Aitziber Garmendia. La trama habla de sensualidad y sexualidad y está escrita por él mismo y Kepa Errasti. El texto quiere demostrar que la silla de ruedas no es ninguna barrera para el amor y el sexo.

PERSONAL

Edad: 33 años.

Lugar de nacimiento: Zumaia (Gipuzkoa).

Formación: Ha estudiado Magisterio, Pedagogía y se acaba de matricular en Psicología. 

Familia: Es sobrino de la actriz Elena Irureta y siempre ha sentido el pinchazo de la interpretación muy dentro de él. 

Trayectoria: Ha participado en distintos cortos y le ha ido bien con sus monólogos. La consagración de la primavera es su primer largometraje, debutando con un papel protagonista creado por el director Fernando Franco. Se estrenó en el marco de la 70 edición de Zinemaldia. En estos momentos, a la espera que se concrete la propuesta de una nueva película, pasea por los escenarios vascos con la obra Sexberdinak/Sexpiertos, una obra que estará presente en el festival de Teatro de Santurtzi que se celebra del 3 de noviembre al 3 de diciembre.

Una película en la que usted se desnuda en todos los sentidos, literal y metafóricamente. Parece un guion hecho ex profeso para usted.

Eso mismo pensé yo cuando leía cómo era mi personaje, y lo mucho que nos parecíamos. Me pareció muy curioso.

¿Y fue escrito basándose en su vida?

No, yo no conocía a Fernando (Franco). No, no lo pensó para mí, no me conocía de nada, pero cuando me llegó el personaje pensé: ¡Buaf! Este casting lo tengo que ganar. Tenía que hacer ese papel. No estaba pensando para mí, pero no quería dejarlo escapar.

En ocasiones los personajes de discapacitados son interpretados por personas que no lo son. ¿Le parece injusto?

Nosotros, las personas con discapacidad, no tenemos las mismas oportunidades. Que un actor sin discapacidad haga un personaje que sí la tenga, no me parece mal, pero me parece mejor que lo podamos hacer nosotros.

Sin embargo, estudió Magisterio.

Y luego estudié Pedagogía. Después me metí en las artes escénicas y ahora me he matriculado en Psicología. Yo sigo estudiando.

¿Tanto le gusta estudiar?

No sé si me gusta mucho, lo que sí me gusta es aprender cosas nuevas y abrir nuevos caminos. A veces es necesario un empujoncito y ponerse a hacer algo.

"Me gusta aprender cosas nuevas y abrir nuevos caminos”

Hay ocasiones en las que se mira a las personas que tienen algún tipo de discapacidad de una forma compasiva. ¿Percibe usted este tipo de miradas?

Sí, claro. Se habla con un poco de pena o se nos habla como si fuéramos niños pequeños. Si yo digo alguna tontería o cuento un chiste, a la gente le va a hacer más gracia que si lo cuentas tú. A lo mejor esperan menos de nosotros. Pasa lo mismo que cuando un niño te cuenta un chiste, que por muy malo que sea, la gente dice: ¡Qué salado!

Esta película pone el foco en algo que dejamos escapar o que no vemos en las personas discapacitadas, su sexualidad. ¿Le ha sido difícil afrontar ese tema en la película?

No, nada difícil. A mí me gusta mucho hablar de ese tema. Siempre he dicho que de lo que no se habla o lo no se ve parece que no existe. Pienso que a nuestra sexualidad hay que darle visibilidad. Las ganas de normalizarla pueden más que la timidez o el pudor. En la película hemos tenido la ayuda de una chica que ha sido la coordinadora de intimidad. Ella se ha ocupado de guiarnos y acompañarnos en las escenas más íntimas o delicadas. Ha hablado con los actores para asegurarse de que todos estuviéramos cómodos y de que no sobrepasásemos los límites que cada uno tenemos.

¿Se ha sentido incómodo en alguna escena?

Incómodo no. Es verdad que alguna de las escenas, como eran más delicaditas, ha habido un nivel más alto de concentración y de no querer estropear el momento. He estado con gente muy buena y me he sentido como en casa.

Vaya madre le ha tocado en la película: nada menos que Emma Suárez.

Ya te digo, una maravilla. Sabía quién era Emma Suárez como actriz, pero ahora la he conocido en persona. Es igual o más maravillosa que como la vemos en la pantalla. Me encanta. He tenido mucha suerte de poder trabajar con ella. No me lo podía ni imaginar. 

¿De dónde sale su vocación de actor? ¿Tiene su tía Elena (Irureta) algo que ver en esa vena artística?

Creo que sí. A Elena le he visto actuar desde que yo era muy pequeñito. La he visto haciendo de todo, cine, teatro y televisión. Este, el de la interpretación, siempre me ha parecido un mundo interesante.

Telmo Irureta es un actor que ha triunfado en Zinemaldi con una película muy especial.

Telmo Irureta es un actor que ha triunfado en Zinemaldi con una película muy especial. Arnaitz Rubio

Tiene también entre manos una obra de teatro.

Sí, sí. Se llama Sexberdinak/Sexpiertos y actúo con Aitziber Garmendia. La obra va un poco de lo mismo que la película. Hablamos de otras cosas, pero sale también el tema de la sexualidad y la discapacidad.

Dice que hay pocos personajes para personas discapacitadas. ¿Qué hace cuando no tiene uno a la vista?

Cuando no me sale nada, me invento yo el personaje. ¿Que no hay trabajo de otros? Me escribo uno para mí.

Así que también escribe. Es usted una caja de sorpresas.

Sí, me gusta mucho, pero es verdad que últimamente ando un poco vago. Bueno, voy a decir una cosa de la que me he dado cuenta hace poco. No es que me guste escribir, es que me gusta que ya esté escrito. Para ver el trabajo completo tiene que haber uno previo, y eso es lo que me da un poco de pereza.

Fernando Franco tiene fama de trabajar temas que pueden resultar incómodos al espectador. ¿Cree que esta película responde a esa fama?

Es un poco incómoda, pero hace pensar. El público en general sale con una buena sensación después de haberla visto.

Lo suyo ha sido llegar y besar el santo. Su primer largometraje y es el protagonista.

Es un buen comienzo, ¿no? Espero que no sea el último. 

No sea agorero. Supongo que el apoyo familiar y su entorno ha sido determinante en su vida.

Tengo una familia maravillosa. Estoy muy contento y agradecido, soy como soy por ellos. Mi madre ha estado ahí siempre, a tope.

¿Cuándo fue consciente de que tenía unas diferencias frente a otros niños?

No lo sé. Cuando todo ocurrió yo era muy pequeñito y siempre me he visto así. No recuerdo a un Telmo no discapacitado. Creo que siempre he sido consciente de que había cosas que otros niños podían hacer y yo no, pero como me he sentido muy querido... Me suelen preguntar si he tenido una infancia muy difícil o si me han hecho bullying. Pues no. He tenido una infancia muy feliz y nunca me han hecho bullying ni nada parecido. He estado muy bien con mis compañeros de clase.

¿El paso del tiempo cambia las perspectivas?

Es verdad que te vas haciendo mayor y vas conociendo más gente. Ya no es solo tu familia y el entorno más cercano, en tu vida entran otras personas, y ahí viene el cambio. Es gente que no te conoce y ves las reacciones que produces. Ves las caras, oyes los comentarios y notas que hay miedo. Ahí sí que viene un poco el acojono y llega el bajón.

¿Es un hombre con muchas aficiones?

Tengo algunas. Además de hacer teatro, me gusta ir al teatro. Escribir es otra afición y me encanta estar con amigos y pasarlo bien. Me gusta quedar con uno o dos amigos y divertirme. 

Muchas veces las barreras arquitectónicas impiden una vida normal a las personas con problemas de movilidad, pero, ¿nos olvidamos de las barreras emocionales?

Son las que más me interesan a mí. Las barreras físicas están ahí y te jodes. Punto. Las emocionales, las mentales, son algo mágico, algo especial. ¿Sabes por qué? Porque se pueden limpiar, se pueden evitar. Cuando te quitas de ellas, buaf, es una liberación.

¿Cree que hemos avanzado?

Cada vez más, y me hace ilusión que así sea. Me gusta que se hable de estos temas, pero aún hay mucho camino por recorrer.

Hay pocas películas como La consagración de la primavera...

Casi ninguna. El punto de vista del director de esta película es muy especial.

¿Tiene más ofertas de este tipo?

Por ahora, no, aunque sí que me han hablado de una película que no sé cuándo se hará y nada más. Estoy atento para ver qué pasa, si a alguien le intereso. Me encantaría que hubiera más. He sido tan feliz haciendo esta película...

Durante el Zinemaldi se convirtió en uno de los actores más famosos de esta edición y en uno de los más perseguidos por los medios de comunicación.

Y ha estado muy guay. Fue un poco locura, sobre todo el día del estreno, que fue todo seguido, con entrevistas en periódicos, televisiones y radios. Me preguntaban si estaba agotado, y sí, claro que estaba agotado, pero me gustaba mucho. No es algo que tú vivas todos los días. Me ha gustado mucho vivir esa experiencia.

"He sido feliz haciendo la película y viviendo unos momentos increíbles en Zinemaldia.

Vamos, que se ha sentido bien siendo famoso por un rato, ¿no?

Muy bien. Sientes que en todo esto hay un puntillo interesante.

La película habla de sexualidad. ¿Tiene usted pareja?

Ahora mismo, no. Sí que la he tenido, pero ya se acabó. Espero que me llegue el amor en algún momento.

Dependiendo de las personas, amar se conjuga de diferente forma. ¿Cuál sería su pareja ideal?

¿Mi chico ideal? Cariñoso. Me gustaría alguien que me quiera de verdad. No pido más. Si me quiere de verdad, qué más me da que sea alto, bajo, moreno, rubio… Tengo mucho cariño y mucho amor para dar, por eso también lo quiero recibir.

La consagración de la primavera tuvo muy buena acogida en el festival de Donostia. ¿Fantaseó con que pudiera llevarse algún premio?

Por supuesto. Creo que todos los que estamos en el festival tenemos esa fantasía. Pero lo que importa es que al público le guste.

¿Nunca ha pensado en ejercer su carrera de Magisterio? ¿No ha dado nunca clases?

Sí que he dado clases, pero no me iban mucho. Me he dado cuenta de una cosa: para ser profe o maestro hacen falta dos cosas: paciencia, mucha paciencia, y un poco de mala leche. Y yo no me enfado, soy una persona a la que le cuesta mucho enfadarse. Si vas solo de majo, tampoco te toman muy en serio los alumnos, así que pensé: Si estos niños no me hacen ni caso, ¿qué hago aquí, con lo bien que estoy haciendo monólogos? Prefiero dedicarme a otras cosas, y ser actor es algo que me entusiasma.

¿Una profesión difícil?

Bueno, me las arreglo, y si no me sale trabajo ya me lo invento yo. Soy feliz, he sido feliz haciendo la película y viviendo unos momentos increíbles en Zinemaldia.