Lleva toda una vida dedicada al entretenimiento en televisión y de ella dependen los principales programas de entretenimiento de TVE. Desde 1977 Toñi Prieto está ligada a la cadena pública, y aunque su nombre muchas veces queda en la sombra, su labor es fundamental a la hora de buscar formatos que calen en la audiencia. Hace unos días visitó Pamplona para participar en el congreso Quo Vadis? y aprovechamos la ocasión para charlar con ella y analizar grandes programas que han triunfado en televisión.

Ha sido testigo de los últimos años de la historia de la televisión. ¿Ha evolucionado mucho en los últimos 40 años? 

Muchísimo, especialmente en la forma de consumir televisión. Antes toda la familia se reunía delante del televisor y compartía los programas que se hacían en su momento. Ahora, con las redes sociales y todos los dispositivos que hay en una casa, es muy difícil reunir a toda la familia en el sofá. Pero creo que todavía hay formatos que lo pueden conseguir.

¿Por ejemplo?

Uno de ellos es Masterchef. Es un formato que curiosamente ven los niños, los padres y los abuelos. Tiene esa virtud de poder concentrar a toda la familia. También pasa con Operación Triunfo, pero menos quizá. 

¿Masterchef supuso un antes y un después en los programas de gastronomía?

Sí, y yo me cuelgo la medalla como televisión pública. Hicimos una gesta importante cuando lanzamos este programa de gastronomía. En otras cadenas se hacía otro tipo de formatos sobre cocina, pero ninguno como este. Fuimos valientes, la productora hizo un trabajo fenomenal y la verdad es que conseguimos encandilar y hacer al público partícipe de la gastronomía, algo impensable. Cuando se trata de un programa musical, por ejemplo, tú puedes ver las cualidades del concursante, cómo canta, pero al hablar de gastronomía, desde casa no puedes probar el plato, te tienes que fiar de lo que ves. 

"Eurovisión es un formato que tiene fans muy vehementes”

De hecho es mucho más que un programa de gastronomía, también es un reality.

Sí, se ven las situaciones personales de los concursantes, hasta dónde son capaces de llegar, cómo trabajan bajo presión... 

¿Qué busca el espectador hoy en día? ¿Es más exigente ahora que antes?

Creo que sí. Antes solo había La 1 y La 2, y el espectador no tenía más opciones donde buscar o comparar. Tampoco existían las telivisiones como las entendemos ahora. Contentar al espectador ahora es más difícil por la oferta que existe. Cada vez es más difícil llamar su atención para que vea un programa determinado.

¿Cómo afecta a la televisión pública la existencia de tantas plataformas?

Tenemos una premisa que a lo mejor otras cadenas no tienen, que es formar y entretener, y como servicio público intentamos dar una programación que no expulse a nadie, que sea digamos un 360 o más realista. Tenemos otros parámetros y vamos en otra línea, pero yo creo que todos somos compatibles. Nosotros buscamos un tipo de programación que quizá no haríamos como hacen las privadas, hay determinadas líneas que no traspasamos. 

¿Qué características debe reunir un programa para triunfar en televisión?

La característica fundamental es la autenticidad. Que haya una verdad en un formato, es decir, que no haya nada impostado ni preparado, es fundamental para que el formato llegue a todo el mundo. Al espectador le gusta ver a otras personas reír, sufrir, disfrutar... Otra característica es que el formato en cuestión te haga partícipe. No puedes ser un mero espectador, te tiene que hacer participar o empatizar con lo que estás viendo en antena.

¿Cuáles son, a su juicio, los programas que siempre formarán parte de la historia de la televisión?

Hay un programa que yo creo que marcó un hito en su momento y era maravilloso: Un, dos, tres. Todo lo que hacía Chico era mágico, como Historias para no dormir. Yo tuve la suerte de trabajar con él en El semáforo y era un genio. Él sí que sabía lo que espectador quería y era un transgresor. En la actualidad también hay formatos, tanto en Televisión Española como en otras cadenas, que me parecen muy grandes. Para mí, cualquiera que reúna en un momento dado a toda la familia es maravilloso.

¿Un, dos, tres tendría cabida hoy en día?

Pasados unos años lo volvimos a poner en marcha y ya no tuvo la repercusión que tuvo en su momento. La clave era que tenía muchas fases: una parte cultural que te hacía partícipe como espectador, tenía muchos decorados, y unos regalos que en aquel momento eran fantásticos. Hoy día se quedarían en nada, pero entonces el poder adquisitivo que había en España no era el de ahora, y cuando de repente te regalaban un coche, un apartamento o una colección de electrodomésticos era todo un acontecimiento. Conseguía que cualquiera que estuviera viéndolo desease concursar. 

Analizando otros grandes formatos que han triunfado en televisión como Operación Triunfo, ¿cuál es el secreto de su éxito?

Desde mi punto de vista es que es un concurso en el que además reciben una formación. En OT se da la posibilidad de entrar en una academia donde les forman, es decir, que le estás dando opciones a mucha gente joven que quiere labrarse un futuro en la música. Partes de unas cualidades para cantar, pero así como en otros concursos actúas y te vas, en este formato puedes crecer, evolucionar, y eso se transmite al espectador. 

Además, fue un fenómeno de masas, algo que no ocurre ya en televisión.

Curiosamente, aunque nosotros teníamos mucha audiencia, donde realmente descubrimos en qué habían cambiado las televisiones hasta el momento fue en la audiencia no lineal, es decir, en las redes sociales y en el canal que teníamos. Había un seguimiento, sobre todo por parte de gente joven, de lo que hacían los concursantes de OT durante el resto del día. Eran espectadores de su evolución como cantantes, pero también de su convivencia, de cómo eran, como discutían, como comían... creo que los españoles somos un poco cotillas y nos gusta ver también esa parte más cotidiana. En OT hay naturalidad, verdad, y eso se ve y se transmite en antena.

¿Se plantea TVE recuperar este formato?

De momento no, es un formato que va y viene y yo creo que no se debe hacer todos los años, debe descansar. Siempre está ahí y siempre se puede recuperar. Además, es un formato caro y hay que medir mucho cuándo se puede poner en marcha. No ocurre lo mismo con Mastechef, nos pasa que vamos enlazando uno con otro y no muestra ningún desgaste.

"El programa ‘Masterchef’ tiene la virtud de poder reunir a toda la familia”

Su nombre también está ligado a Eurovisión, uno de los programas más antiguos y con audiencias altísimas. ¿Por qué sigue gustando tanto?

Fundamentalmente porque es una competición entre países y el orgullo patrio siempre se quiere medir. Por eso también hay siempre tantas polémicas en torno a este formato. Es difícil contentar a todo el mundo porque no hay una fórmula mágica para ganar. España durante muchos ha quedado en la cola, a veces lo hemos hecho mejor y otras peor, pero siempre han ido grandes artistas. Esto es algo que ocurre en más países, por ejemplo en Alemania y Reino Unido, pero sin embargo allí no se dan las crisis que se dan aquí. Siguen participando con orgullo y no pasa nada. Hay que tener paciencia. 

Este año los resultados han sido buenos.

Con Chanel hemos quedado muy bien, pero antes también se habían hecho propuestas similares, por ejemplo con Soraya, que por lo que sea no gustaron en aquel momento. Yo siempre digo que este es un trabajo de largo recorrido, hoy puede ser blanco, mañana puede ser negro y no por eso puedes desfallecer. Tenemos una plataforma buenísima que es el Benidorm Fest, que lo hemos reactivado y está funcionando muy bien.

¿Por qué Eurovisión siempre está en el punto de mira? Es un formato del que todo el mundo quiere opinar.

Eurovisión, no se por qué, es un formato que tiene muchos fans muy vehementes y a la hora de defender sus posturas hacen más ruido que otros, y creo que no hay que ser tanto ni tan poco. A mí me gusta todo en su justa medida. Hay que buscar el equilibrio.

Cuando hay críticas, que las ha habido, y muchas, ¿cómo afectan a todo el equipo de trabajo que hay detrás?

Es duro, sinceramente, por la parte que me ha tocado a mí, porque yo formaba parte del equipo. Cuando veo que hacen comentarios diciendo que no habíamos hecho bien nuestro trabajo, me duele. Soy muy empática con los artistas y me fastidia mucho. Cualquiera de los cantantes que han participado se han dejado la piel por salir y representar su papel. Ellos han puesto todo su empeño, toda su energía, pero ¿son menos artistas porque no haya funcionado su actuación? Desde luego que no. Siguen siendo igual de buenos. Chanel es maravillosa y una persona muy completa, pero no es más artista que Pastora Soler, Miki o Amaia y Alfred porque haya quedado mejor en la clasificación. En este aspecto la gente es poco objetiva, si quedan bien posicionados dicen que se ha hecho bien y si quedan mal lo critican.

Por último, ¿qué proyectos de entretenimiento llegarán a TVE en 2023?

Ahora mismo estamos en pleno proceso de aprobación. De cara al futuro seguiremos apostando por los grandes formatos de música y entretenimiento, concursos, magacines... En televisión está todo inventado, no tenemos una varita mágica, pero vamos a intentar poner en marcha proyectos que sean interesantes para la gran audiencia.