Desde hace unos días venimos padeciendo en Tudela, los vecinos de las calles Figueruelas y Descalzos, las obras que están realizando en los patios del Colegio de la Compañía de María.
Cristales, tabiques y paredes vibran como si se tratase de un terremoto. Se ha llamado a la Policía Municipal y la respuesta, en mi caso, fue "Como su vivienda no es muy alta no se preocupe y, en todo caso, saque fotografías". Yo no acabo de entender que se conceda, es de suponer, una licencia de obras sin tener en cuenta a los vecinos y sus viviendas colindantes (casco viejo) y sus posibles problemas de deterioro. ¿No será, que hay prisa por acabar? ¿Hasta qué límite está permitido la intensidad de las vibraciones? ¿O es que da igual? De una u otra forma quiero dejar constancia escrita, por lo que pudiera pasar en los próximos días. La vez pasada que hicieron obras, dos o tres años, nuestra fachada se agrietó.