EN el Gorgias de Platón aparece Sócrates defendiendo las leyes que imponen límites a los poderosos para defender a los más débiles a través de un concepto universal de justicia. Frente a él, el aristócrata Calicles se enfurece y defiende la ley natural del más fuerte: "La naturaleza misma demuestra que es justo que el fuerte tenga más que el débil y el poderoso más que el que no lo es. Y que es así en todas partes, tanto en los animales como en todas las ciudades y razas humanas, lo demuestra el hecho de que de este modo se juzga lo justo: que el fuerte domine al débil y posea más".
Calicles recuerda a los brokers financieros agarrados a semejante idea del mundo, o a presidentes como el del Saxo Bank, para quien la quiebra de Grecia sería una buena noticia. Y así se expresan con toda naturalidad ante unos periodistas complacientes. Saben muy bien que en una sociedad narcisista como ésta, lo normal es que nadie se levante por nada ni nadie, en la mejor escuela del divide y vencerás.
Los reiterados golpes de Estado financieros que estamos padeciendo en la UE, dejan entrever, más allá de la incompetencia de Bruselas, una clara apuesta por la complicidad con los mercados, a costa de la economía real, siguiendo la ley del más fuerte y la máxima de que los fuertes mandan, merecen riqueza y respeto mientras deciden la suerte de los débiles. Hasta el punto de que se puede solapar perfectamente esta "ley natural del más fuerte" con la "ley de los mercados".
Ya sin caretas? ¿qué hacer? Pues parece imprescindible mantener vivo el espíritu ético de Hessel: ¡indignaos!, a la vista del menú precocinado que la Unión Europea nos impone con Rajoy como maestresala. Un espíritu sin violencia pero que debe seguir denunciando el estrangulamiento de la actividad económica, el desprecio al desarrollo sostenible y el desmantelamiento del Estado del Bienestar, empecinados en negarse a reformar un sistema que está agotado, y que tiene a la codicia como valor fundamental. Indignados sí, pero desde la esperanza por construir un mundo mejor para el que tendremos que trabajar con ahínco en la dirección adecuada. Por ejemplo, siguiendo las recomendaciones de Karl Menninger, padre de la psiquiatría norteamericana, que a los veintiún años de su muerte, nos sigue iluminando el camino: "para combatir la depresión, sal de casa, encuentra a alguien necesitado y haz algo por él (o por ella). Libérate del yo por un tiempo y empezarás a sentirte mucho mejor".
Desde aquí, feliz año 2012 a toda la gran familia del Grupo Noticias, reconfortada porque nadie nos puede quitar nuestra libertad para pensar y decidir, por muy oscura que esté la noche y estén de moda las caretas. De hecho, la hora más oscura es la que viene antes de salir el sol.
Gabriel Mª Otalora