Soñaba que ya llegó la fiesta, que ya suena en el ambiente, que la gente se divierta, que el color sea rojo y blanco y que lo político se aplace. Despierto y veo que sí, que ya llega, que ya está aquí. Que los jardineros se esperen, que los dineros se paseen y que los visitantes se empapen de nuestros olores, nuestras ricas viandas, de nuestra hospitalidad. Soñaba que nos suben el gas y la luz. ¿Volveremos a calentarnos con leña? ¡Qué digo! Esto no puede ser. Llegaremos hasta el Irate. Despierto y veo que ha subido el recibo. Ahora veo que sí que esto es cierto. Soñaba que nos prestaban dinero en los bancos y que todos estábamos con ellos contentos. Y que las cajas de ahorro eran para eso, para tener nuestros ahorros. Despierto y veo que se han unido entre ellos haciendo unos bancos más poderosos. No entiendo. Cojo las gafas de ver para leer la letra pequeña porque ellos cuentan en miles los euros pero a mí, por más que miro y remiro, no me salen las cuentas. ¿Y a ustedes? ¡Corran, corran que ya vienen! ¿Quién? ¡Los Sanfermines! ¡Viva San Fermín! Gora San Fermín!